Circular desde Viveros del Valle a la senda de la umbría del castillo de la Asomada y Collado del Cerillar

NOTA IMPORTANTE: LA DIFICULTAD CON LA QUE CATALOGO MIS RUTAS ESTÁ REFERIDA PARA MONTAÑEROS HABITUADOS A CAMINAR, QUE SE DESENVUELVEN CON SOLTURA POR TODOS LOS TERRENOS, NO PARA SENDERISTAS OCASIONALES. SI TIENES POCA EXPERIENCIA, AÑÁDELE UN GRADO MÁS A LA DIFICULTAD DE MIS RUTAS PARA NO LLEVARTE SORPRESAS.

Recorrido circular partiendo desde la carretera junto a los Viveros del Valle y subiendo luego por la pista que nos acerca a las canteras que hay junto a la autovía de Murcia a Cartagena. Pasamos por debajo de ésta y accedemos a la rambla del Puerto. Continuamos después por la senda marcada como PR que sube al Castillo de la Asomada, pero nos desviamos a media altura para continuar por la preciosa "senda de la umbría del castillo" (para mí una de las sendas más bonitas de toda esta zona, e inexplicablemente sin marcar como PR) que nos acerca a otro paso bajo la autovía, casi a la altura del Puerto de la Cadena. Junto a la Venta del Civil continuamos por una pista, para abandonarla enseguida y continuar por un bonito camino que transita por el interior de un barranco. Así nos acercamos a la Casa Colorada, pero ,poco antes de llegar a ésta, nos desviamos a izquierda para, tras pasar unos cultivos, girar otra vez a izquierda y ganar altura hasta acceder nuevamente a la pista que dejamos junto a la Venta del Civil. Por esta pista llegamos al Collado del Cerillar en donde giramos a izquierda. Pronto abandonamos la pista y tomamos el inicio de la "Senda Ismael", para al poco desviarnos a derecha por una senda menor, que considero mucho más interesante que la anterior, pues es más salvaje y sobre todo está mucho menos erosionada que la "Ismael", que tiene algunos tramos destrozados por los ciclistas, que no respetan la prohibición explícita de bajarla. Subimos al "Pequeño Cervino" (una pequeña tachuela en medio de dos barrancos a la que se sube tras una corta y fácil trepada), donde hacemos una paradita, ya que es una buena atalaya. Bajamos el último tramo de senda hasta la pista de la Rambla del Valle, por la que retornamos al coche.
La mañana había sido lluviosa, así que el monte estaba precioso, incluso con algo de niebla a primera hora.