Circular en Dima: Indusi, monte Garaio, San Lorenzo de Baltzola, Indusi
near Ogaragoitia, País Vasco (España)
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Itinerary description
Llegamos en coche desde Bilbao hasta el barrio de Indusi, en Dima. Para ello cogemos la autopista Bilbao–Behobia y salimos en Galdakao, como si fuéramos al hospital. Pasamos por Usansolo, Bedia, Lemoa y, antes de llegar a Igorre, nos desviamos por la circunvalación para en dos o tres Km coger la desviación hacia Dima. En dos km. llegamos al pueblo y lo cruzamos, siguiendo adelante como si fuéramos a Gasteiz, hacia el puerto de Dima. En unos tres Km llegamos a Bentatxuri, donde la carretera se mete en un pequeño desfiladero. Giramos en la primera desviación a la izquierda junto a una parada de autobús y a un centenar de metros llegamos a la ermita de "San Fresku", del barrio de Indusi, donde aparcamos.
Allí mismo arrancamos y empezamos a registrar la ruta. Cruzamos un puentecito sobre el arroyo Indusi y seguimos hacia la izquierda, para en unos cientos de metros, junto a un panel informativo del parque de Urkiola, girar a la izquierda por un puente siguiendo la carretera hasta un caserío próximo sito en un alto, es el caserío Gibeltar. En el cruce también nos señalizan las cuevas de Baltzola de las cuales pasaremos bastante cerca. Vamos a ir algún tramo por la PR–BI–41.
Tras superar el caserío citado seguimos adelante y después de un pequeño tramo cruzamos una puerta metálica que dejamos cerrada. Al poco cruzamos el arroyo Baltzola sobre un puentecito de cemento sin barandillas, y enseguida, cuando el pedregoso camino se empieza a empinar pasamos bajo Jentilzubi, o puente de los gentiles, que no es mas que un gran puente natural de piedra bajo el cual pasa el camino, pero que para los amantes de las leyendas vascas fué construido por los "gentiles" unos seres mitológicos de enorme fuerza. La verdad es que es un paraje espectacular. A la derecha dejamos una desviación hacia la cueva de Axlor, que está cerrada con una verja, ya que en su interior se encontraron restos humanos neandertales (sobre todo dientes) y materiales del paleolítico: hachas, puntas de flecha, restos de fauna cazada y consumida, etc. La cueva fué descubierta y comenzada a excavar por Joxe Miguel de Barandiaran en los años 60. En realidad esta zona estuvo habitada desde el paleolítico, siendo además, como hemos comentado, asiento de numerosos mitos y leyendas.
Pero sigamos adelante. El camino, con bastantes zonas pedregosas zigzaguea en ascenso hasta llegar a un llano donde vemos una señal de desvío hacia las cuevas de Baltzola, actualmente cerradas debido a algunos casos de Fiebre Q (producidos por una ricketsia llamada Coxiella Burnetti), que en 2021 afectó varios escaladores que se entrenaban en las espectaculares paredes interiores de la cueva. Estas paredes están plagadas de vías de escalada de gran dificultad, con extraplomos extremos. Es, o mejor dicho era, una extraordinaria escuela para escaladores y escaladoras de experiencia, incluso venían de otros países por su fama, que desgraciadamente ahora ya no pueden disfrutar por su clausura. Parece ser que el origen de la contaminación fue porque las cuevas eran refugio de ganado, generalmente ovino y caprino, y algún parto de algún animal infectado había sembrado el polvo de la cueva con dichas bacterias, llegando estas a las vías respiratorias por inhalación. En nuestra ruta, tanto a la ida como a la vuelta veremos varios carteles amarillos con la recomendación de evitar el paso "por riesgo biológico de fiebre Q".
Nosotros seguimos adelante por el amplio camino y enseguida debemos desviarnos a la derecha para dirigirnos a la cumbre del Garaio. Hay una señal que lo indica. Vamos subiendo por el camino hasta llegar al borde de un pinar que se ve al fondo. Una vez de llegar al pinar nos desviamos a la izquierda, siguiendo un sendero que apenas se ve, pero las señales amarillas y blancas nos van a guiar todo el rato. No hay pérdida.
Mi amigo Eduardo, setero, se entretiene en rebuscar entre la maleza por si hay alguna seta. Al rato le vemos aparecer cuesta arriba con unos honguitos en la mano. La senda va cogiendo altura, sale del pinar y se mete en el karst para ir ascendiendo por la ladera del monte Garaio. Las vistas son excepcionales, pero la senda es exigente, serpenteando entre las rocas calizas del karst durante un rato, hasta que llegamos a ver la cumbre. El último tramo hasta la cima es el mas intrincado de seguir por las aguzadas rocas que forman toda la cumbre. Me veo obligado a prescindir de los bastones para echar mano a la roca. En la minúscula cima (574 m) hay un buzoncito blanco y una placa de hierro perforada y roñosa con una imagen de San José y la Virgen María con el niño Jesús en brazos.
Saco una foto y nos marchamos de allí de inmediato, a pesar de que el descenso hasta el pinar por la otra parte del monte se nos hace larga, ya que es una senda de barro bastante empinada, en descenso, entre árgomas y algunas zarzas y con barrillo entre las rocas. Hasta que llegamos al pinar y la senda se hace más clara y visible. A partir de ahora y hasta el monte Olabarria iremos por el interior de un pinar con señales blancas y amarillas. Nuestro andar es lento porque vamos mirando a los lados para ver si pillamos alguna seta, pero nada. El camino por el pinar sería un tanto complicado si no existieran las marcas blancas y amarillas, ya que hay senderos marcados por los ciclistas de montaña y nos pueden equivocar. Llegamos a una bifurcación y seguimos por donde indican las dos rayitas paralelas pintadas en los pinos, no por donde hay un aspa. Al poco llegamos a otra bifurcación y vamos a la derecha, y tras unos metros en bajada a la izquierda.
Y llegamos a un cruce de caminos con un poste de señales y con una alambrada enfrente y un camino a la derecha con una plantación de hayas y robles a ambos lados. Pero nosotros en el cruce seguimos hacia abajo por una amplia pista bajo el arbolado, llegando al poco tras una cerrada curva a pasar por encima del arroyo, donde la pista comienza a subir. Pasamos al lado de un par de caseríos y llegamos al entorno de la ermita de San Lorenzo de Baltzola. Toca parar para dar buena cuenta en una mesa de los bocatas que ha traído Edu y de unos buenos tientos a la "damajuana".
Una vez llenos los estómagos, bajamos al lado de la ermita para pasar junto a la pequeña gruta con un altar protegida por una verja metálica, y fuera, al lado, una imagen de la virgen de Lourdes. Es curioso ver al lado, un pequeño púlpito de piedra. Hay también una fuente.
A no más de unos pocos metros hacia abajo vemos como parte a nuestra izquierda una carreterita que al poco llega a los caseríos del barrio de Baltzola, que no son mas de tres o cuatro. Seguimos hacia abajo y enseguida nos metemos en el bosque pasando un portón y superando el arroyo Baltzola por un puente lateral. El camino ahora se dirige a las famosas cuevas de Baltzola y es llano. Vemos enseguida que el arroyo, un poco mas abajo, a la derecha, se ve metiendo entre las peñas. Como yo conozco la zona llego a un cruce del camino con una senda que desciende hasta el arroyo e intento pasar por la gruta o también llamado "túnel de Abaro". Pero no puedo. Debido a la prohibición de acceder a las cuevas por el asunto de la fiebre Q, han colocado una valla metálica de parte a parte. La verdad es que no lo entiendo muy bien, porque en este túnel, que yo sepa, jamás se ha refugiado el ganado, simplemente porque todo el año circula el arroyo por san interior con mas o menos agua. Otra cosa es la cueva donde se escala, situada mas adelante, que es un amplio anfiteatro con dos entradas por el que puede entrar el ganado, sobre todo cabras.
Y me doy la vuelta volviendo sobre mis pasos. Como yo era el único que quería entrar al túnel de Abajo, mis amigos se han pirado para Indusi y ahora tengo que acelerar el paso para echarles mano. El camino a partir de ahora es exactamente el mismo por donde hemos subido, así que acelero el paso aunque solo consigo echarles mano ya abajo, casi en la ermita de San Fresku en Indusi, donde hemos iniciado la ruta.
En definitiva, una ruta corta (solamente 7,6 km), con algunos repechos duros y de andar difícil por el karst del Garaio, de escasa altitud acumulada (378 m), que hemos realizado con bastantes paradas para comer el bocata y coger algunas setas. Los paisajes son espectaculares y, además, con el valor añadido de que estamos en una zona llena de leyendas y mitología, y de prehistoria. Totalmente recomendable.
Waypoints
Puente. Izqda. Señales
Llegamos enseguida a un puente que cruzamos para subir hasta un caserío cercano
Gentilzubi o Puente de los Gentiles
Pasamos bajo gentilzubi. Dejamos a un lado el sendero que sube a la cueva de Axlor (yacimiento arqueológico del neolítico)
Carteles de Fiebre Q
Llegando a las cuevas de Baltzola encontramos varios carteles de este tipo
Giro a la derecha
Vemos una pista que sube hacia la derecha y vamos por ella. Los carteles que indican el desvío están un poco mas adelante.
Carteles del desvío a la derecha
Estos son los carteles del desvío hacia el Garaio
Pinar. A la izquierda
Llegamos al borde de un pinar y sin entrar en él seguimos hacia la izquierda.
Cima Garaio
Tras una ascensión zigzagueante por terreno rocoso y kárstico llegamos a la cumbre del Garaio
Señales en los pinos
Tras bajar de la cima por la parte contraria entramos en un pinar. Las señales nos guían
Puerta. Por el puente
Tras pasar ante la gruta de la virgen giramos bruscamente a la izquierda y pasamos ante los cuatro caseríos del barrio de Baltzola, y al poco llegamos a esta puerta y puente.
Caminito hacia el túnel de Abaro
Cojo el caminito al túnel de Abaro y me vuelvo
Sendita hacia el túnel
Cojo la sendita hacia el túnel pero me tengo que volver ya que el acceso esta cerrado.
Gentilzubi de nuevo
Paso en un rato por Gentilzubi yde nuevo, a que el camino desde la desviación al túnel de Abaro es el mismo hasta volver a Indusi.
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