Circular: La Giganta desde Prado Bajo

Comenzando en el cortijo de Prado Bajo (se encuentra entre la estación de Piñar y la localidad de Bogarre), seguimos una pista hasta llegar a otro cortijo - Prado Alto.
Al dejar atrás este cortijo, llegamos a un pozo y una gran alberca.
Nos vamos adentrando en el bosque de encinas en donde se pueden ver multitud de murallas de piedras y sendas muy poco marcadas.
Llegaremos por un camino dificultoso hasta el río de la Atalaya y su barranco, y se desemboca en la pista del camino real de la Cañada del Aguadero.

En continua subida, llegaremos a las cuevas de los zapateros y bordeando la mole en las que se encuentran damos vistas a la pista forestal proveniente de El Sotillo (Iznalloz).
Pasamos por la cueva de las Cabras y subimos a la raspa y lengua central de la Giganta por su coladero.
En este punto, merece la pena recuperar el resuello, y disfrutar de las vistas: Bogarre, Moreda, TorreCardela al fondo, el cerro Mencal, Sierra Magina, Alta Coloma, Jabalcón y la Sagra. Enfrente nuestra, tenemos la raspa de la sierra de los Beatos y el collado de Pedro Andrés.
Queda pendiente de otra visita conocer el Peñón de Pedro, en dónde se encuentra la tumba de un pastor de la zona, que se encuentra descansando desde hace bastantes años en lugar tan recóndito y escondido.

Otro tirón de cuesta y lapiaz, para hacer cumbre en el pico La Giganta (1706 mts), nuestro objetivo del día conseguido.
Volvemos sobre nuestros pasos, y salimos otra vez por el coladero hasta la pista perimetral de Pedro Gil.
Pasaremos junto a un caserío para el ganado a la izquierda del camino, y rápidamente pisando la cañada real llegamos a las ruinas del Cortijo Los Prados.
En este tramo, se pueden observar multitud de puestos de cazadores para su actividad.
IMPORTANTE: preferible por la comodidad del terreno, terminar la ruta circular cogiendo la pista que sale a la derecha de las ruinas del cortijo mencionado. Obviar el desvío de la izquierda que hicimos que te aleja del destino y obliga a caminar por padrones y tierras de labor.

La pista indicada nos lleva nuevamente a los cortijos Prado Alto y Baja, punto de finalización de la ruta, en cuyas eras se encuentra estacionado el vehículo.
Reto conseguido y nos acercamos hasta El Quinto Pino (Diezma) para disfrutar de la hospitalidad de sus gerentes y sus generosas tapas. Su huevo frito individual con papas a lo pobre reviven nuestras castigadas y cansadas piernas.

SE DESARROLLA LA RUTA EN GRAN PARTE POR CAMINOS SIN MARCAR Y ZONAS AGRESTES. SI NO SE TIENE ESPIRITU AVENTURERO Y SE QUIERE EVITAR ESA ZONA, DEBE SEGUIRSE EL TRACK SIN ENTRAR EN LOS PINARES, POR LO QUE SE PUEDE SUBIR A LA GIGANTA SUBIENDO LA PISTA Y EL CAMINO REAL.
EVITAR ESTA RUTA EN PRIMAVERA Y VERANO.
EL CALOR DEBE TENERSE EN CUENTA POR ESTOS CONTORNOS