Circular Llananzanes-Braña Cochoro-Braña Llananzanes-Llananzanes

De nuevo nos desplazamos a Llananzanes para hacer una ruta por las brañas cercanas.
Para llegar a Llananzanes hay que desviarse en Collanzo por la AE-6 hacia Casomera y La Paraya. En esta última localidad, tomar un desvío a la derecha, cruzar el río Carbayalín o Aller y subir hasta Llananzanes por una carreterina estrecha. Si hay suerte, hoy la tuvimos, al lado de la antigua escuela y cercano a la capilla de Santa Ana, hay un pequeño aparcamiento para dos, tres coches.
Cómo ya hemos apuntado en otras ocasiones que visitamos este pequeño pueblo, no cuenta con residentes permanentes, sólo está habitado ocasionalmente los fines de semana.
Iniciamos la marcha pueblo arriba por la pista que sube al Puerto de Piedrafita, con la idea de subir a la Braña de Cochoro, que no conocíamos, pero de la que teníamos muy buenas referencias por otros caminantes. Subimos hasta Corraldoso, teniendo que desandar ese corto recorrido, para volver a la bifurcación que al poco de salir del pueblo toma un desvío a la izquierda. Esa es la pista que se debe tomar para ir a Braña Cochoro.
La pista, ancha y en buenas condiciones, con algunos buenos ejemplares de castaños en sus inmediaciones, se encuentra enseguida con la canal del agua de la Central Hidroeléctrica de La Paraya. Al poco, llegamos a una bifurcación, tomamos el desvío de la derecha hacia el Sur, para emprender una subida muy pindia, con pocos descansos, a través del hayedo del Monte Los Cuayos.
En esta subida nos encontraremos a nuestra izquierda con la majada de Otambo, de la que sólo pudimos ver una cabaña que queda cercana al camino, pero no la majada que se encuentra tapada desde nuestra posición en la pista. Aprovechamos un pequeño peñasco para encararmarnos en él y contemplar la vega del Valle del río Aller, que asciende hasta el Puerto de Vegarada.
Al final del hayedo nos encontramos con las praderías de La Braña Cochoro.Bordeamos la pradera cerrada y dividida por murias de piedra hasta encontrarnos con el grupo de cabañas, techadas con las llábanas tipicas de la zona, alrededor de las cuales pastaban algunas vacas y caballos.
Desde aquí, parte una ruta hacia la majada de Carbazosa y hacia los picos Morgao y Laguna, pero eso va quedar para otro día. Hoy nos vamos a dirigir a la Braña de Llananzanes para lo que tomamos una senda que arranca de la parte baja de las cabañas para introducirse de nuevo en el hayedo. En esta travesía por el bosque, nos alcanzó un ganadero a caballo que iba camino de la Braña donde tenia su ganado. Nos acompañó durante ese recorrido, nos guió y nos facilitó información de la zona.
Subimos hasta El Cantu, desde donde ya pudimos ver la Braña de Llananzanes. Aqui desaparece el hayedo y debemos descender por una senda, casi imperceptible, cubierta de brezo y felecho, hasta la riega de Carbazosa, que atravesamos, para luego acceder a la Braña de Llananzanes por su parte más alta.
Nos despedimos de "nuestro guía" al pie de su cabaña e iniciamos el descenso directamente hacia Llananzanes, obviando el camino hacia el Collado Rocín y el de Campanal.
Descendemos hacia la parte baja de la majada y de nuevo nos introducimos en un hayedo por una senda que ya no abandonaremos hasta empalmar en Corraldoso con la pista del Puerto Piedrafita, después de pasar por las cabañas del Rasteyu y atravesar hasta en tres ocasiones las riegas/arroyos/torrentes, entre los que destaca nuevamente el de Carbazosa.
Una vez en la pista de Piedrafita, balizada como PR AS-265, descendemos hasta Llananzanes, punto de inicio y final de nuestra ruta.