Circular Llanos de Ana Lopez - Barranco de la Mina

Ruta que comenzará en los Llanos de Ana López y terminará en el mismo sitio, ruta circular de unos 7 km aproximadamente. La dificultad es moderada por lo que es asequible para casi todos los públicos con algo de forma física y con una duración de entre 3 y 4 horas según el ritmo que se lleve.
Pasaremos por muchos parajes preciosos como el Barranco de la Mina con sus cascadas donde corre agua casi todo el año.
La hora elegida para encontrarnos en los llanos fue de 9:30 a 10 para poder terminar a una hora buena. Cuatro seremos los aventureros, Santi, que vendrá por su cuenta y José, Javier y yo que vendremos juntos en el coche de José.
Al final entre una cosa y otra comenzamos a las 9:45 más o menos, hoy es un día fresco aunque no requiere ir abrigado y no pinta que vaya a llover.
Al suroeste comienza el primer tramo, arranca un sendero que conecta con una pista de tierra, un sendero de unos 200 metros a la sombra de los pinos y en paralelo a la carretera general en sentido al Pico de los Pozos de las Nieves, lo que más curioso me resultó fue ver unos buzones en mitad de ningún sitio, o por lo menos en apariencia ya que estos buzones son de alguien.
El camino se irá torciendo poco a poco a la derecha alejándose de la carretera llevándonos directamente a una puerta metálica que hace tiempo cerraba el paso a las fincas y que hoy está rota y abierta, tan solo queda una valla antigua y oxidada. Desde la puerta hay otra pista a la derecha que hay que seguir entre cultivos vallados de manzanos. Solo es seguirla hasta llegar a otro desvío por una pista asfaltada, iremos hacia la izquierda, en leve subida hasta de nuevo la carretera GC-150. Toca girar a la derecha y recorrer unos 310 metros de asfalto hasta localizar el camino de bajada hacia la Hoya de Becerra. Antes de iniciar el descenso nos acercamos a otro punto cercano de donde tuvimos unas vistas preciosas del Roque Nublo.

Ya en el camino correcto, este se encuentra empedrado, unos metros más a delante hay una valla pequeña de color verde que cierra unos cercados agrícolas, esto indica que vamos por el buen camino. Tras 10 minutos llegamos a un grupo de cuevas y una pista de tierra, hay que seguir el camino recto, siguiendo el descenso en paralelo a la barranquera que hay a la derecha.

Pronto llegaremos a un desvío, uno desciende hasta el barranco de la mina que es el que deberemos tomar, no tiene perdida, en la señal pone Barranco de la Mina-Las Lagunetas.

Hay que ir con bastante cuidado para no resbalarse ya que un traspiés y el tortazo es tremendo, por el camino pasaremos cerca de varias cuevas usadas para que los animales puedan guarecerse, por cierto que no veas que pedazo de higuera con no menos pedazos de higos, me puse hasta los ojos de comer, ricos, fresquitos y dulces, una delicia!!! Ummmm.

Son dos los saltos de agua que veremos, quizás la más complicada de alcanzar sea la segunda, hay una cuerda que nos ayudó en el mismo descenso aunque a José no le valió de mucho, todo su orgullo quedó tirado por los suelos del culazo que se dio quedando embarrado hasta los ojos, la humedad aquí reinante mantiene todo mojado y la niebla reinante le da un toque de misterio a todo.

Tras un tentempié y un poco de descanso reiniciamos el regreso a la señal anterior, deberemos tomar el otro camino ya en ascenso pasando por alguna que otra cueva y unas formaciones geológicas impresionantes a la derecha, difícil pasarlas por alto.

Tras un rato de caminata llegaremos a otro desvío, no hay que seguir recto sino por el camino de la derecha, no coger el que va a las casas claro, el camino continúa hasta llegar a una pista que tras no muchos metros volvemos a encontrarnos con un desvío a la derecha que seguimos hasta encontrarnos con un cartel que pone por un lado propiedad privada y por el otro camino real.

Seguimos el camino real en ascenso hasta llegar de nuevo a nuestro punto original, por cierto que por el camino dediqué unos minutos a recoger un buen montón de nueces, los había tirados por todos lados, que ricas están!!!! Ah, y de paso unas ciruelas, si es que más que ruta senderista pareció una ruta gastronómica.