Circular Loma del Picaño - Bocígano

No es una ruta complicada, si no fuera por el tramo entre el Collado de la Ortigosa y el Río Berbellido, ya que por la bajada por el Valle del Arroyo de la Fuente Fría no hay sendero y hay que seguirlo con el track. Una vez llegados a la acequía el camino se sigue sin problemas.
El inicio de la ruta es fácil. Se parte de la Plaza de la Iglesia en Bocígano, se continúa por la carretera hasta un desvío que sale a la derecha y que irá más o menos manteniendo la cota por el Valle del Arroyo de Las Canalejas, por la ladera de la Loma del Picaño.
Solo en un punto hubo un contratiempo, y es que en el momento de hacer esta ruta, tras un periodo de muchas lluvias y nieves, los arroyos iban muy llenos, y en algún momento, el cruzarlos se hizo difícil.
Tras ascender hasta el Collado de La Calahorra por la pista, la cantidad de nieve empezó a ser importante, pese a ser casi finales de abril, por lo que, sin raquetas, el paso cada vez se hacía cada vez más pesado.
Al final en lugar de seguir y rodear el Cerrón, se prefirió seguir por el Collado de La Ortigosa y continuar atrochando por el Valle de la Fuente Fría.
En el tramo aún con nieve, en el que en algunos momento esta cubría por el pecho, tras alcanzar el arroyo, bastante crecido, y evitar los puntos en los que se podía ver que pisar era complicado por estar la nieve fundiéndose, se llega al un campo de piornos. Seguir por aquí no es recomendable, pero en ese momento era la única opción, ya que salir del laberinto de piornos y brezos se hace bastante complicado.
En algunos momentos se llega al río, pudiendo observar algunas bonitas caídas de agua que seguramente no se ven en este arroyo muy a menudo.
Alcanzado el Río Berbellido, el sendero es difícil de seguir por la cantidad de maleza. Los hitos y marcas del sendero son casi inapreciables, por lo que tocó ir con el GPS en la mano para poder seguir el camino.
Al llegar a la acequia, seguir el camino ya es más fácil, pues solo basta seguir por su margen, salvo en algunos puntos en los que las caídas de agua, ramas o troncos te obligan a desviarte.
Tras unos cuantos kilómetros se llega a los Prados cercanos al pueblo de Bocígano.