CIRCULAR LOS BARRANCOS, EL TORCAL, CERROS VILCHES, JUNTA DE LOS ARROYOS -ARBUNIEL-

Los que, por un motivo u otro, nos movemos por Arbuniel, sabemos que, en lo que respecta al aspecto paisajístico, existen varios puntos de interés: el nacimiento del rio Arbuniel y todo lo relacionado con él -acequias, fuentes y molinos-; el Torcal -con sus paredes horadadas por múltiples huecos, sus base cuajada de callejones y formaciones rocosas, y la plataforma superior o banco; los dos arroyos con sus respectivos barrancos -el Muerto y el Salado-; la formación montañosa que preside el pueblo desde cualquier punto y que oculta parte de las grandes cimas de sierra Mágina y que no es otra que Piedra Bermeja; y el cerro de la Torre, con la leyenda de Gallarín.
Sin embargo, elevándose y separando ambos arroyos existe un cerro que pasa desapercibido, el cual, los habitantes de Arbuniel, desde bastante tiempo atrás, tenían que superar a través del puerto del Lobo para dirigirse por el antiguo camino hasta Huelma, la población mas grande de estos contornos, para abastecerse -aún hoy ocurre pero con la carretera y los vehículos a motor es bastante menos penoso-.
Este cerro es el objetivo de nuestra ruta. La catalogación de moderada es por la subida hasta el puerto que aunque es corta, la pendiente es importante por un terreno suelto y carente de vereda, y por las continuas subidas y bajadas por este cerro que aunque casi siempre por vereda, en muchos casos las ha creado el ganado, y ellos con 4 patas suelen andar por ellas mejor que nosotros. Este cerro, realmente son 2 -Silla y Cerro de Vilches- aunque en el pueblo dividen cada uno de ellos en otros 2 ,con el puerto Méndez entre ambos: Cerro la Tiná y Filón de las Cornetas el primero, y Filón de las lomillas Colorás y Collado de la Corcobá, el segundo, .
Esta ruta también nos va a permitir conocer alguna otra cosa como el lugar donde se unen los dos arroyos -Las juntas-, así como la caída de agua donde el río Arbuniel le da vida al arroyo del Muerto -valga la paradoja- y junto a esta lo que queda de un curioso acueducto, así como la ubicación de varias de las cuevas del Torcal y alguno de los corrales "naturales" que los pastores aprovechaban en la base de este.
Tanto esta como cualquier otra ruta que incluya una visita al Torcal, recomiendo que se haga en temporada húmeda.