Circular Mancha Blanca - Caldera Blanca 12022020

El sendero de Caldera Blanca nos lleva hasta lo alto de un volcán monogénico (producto de una sola erupción volcánica) cuyo cráter mide 1.200 metros de diámetro. Una vez alcanzas la cima, simplemente, te quedas sin palabras, simplemente Impresiona.
El sendero de Caldera Blanca parte del pequeño pueblo de Mancha Blanca.
No hay pérdida alguna, el inicio del sendero se encuentra a unos 2 km. del Centro de Visitantes de Mancha Blanca (que es el Centro de Visitantes del Parque Nacional de Timanfaya) y a la salida del pueblo de Mancha Blanca. El camino está marcado con una señal y un panel informativo que proporciona algunos detalles sobre la ruta.
Saliendo de la carretera principal (la que une Timanfaya y Mancha Blanca) y tomando una estrecha pista de tierra alcanzas una zona habilitada como aparcamiento donde dejar el vehículo (si se encuentra lleno hay que aparcar en el pueblo de Mancha Blanca y hacer ese tramo andando).
Realizar el sendero de Caldera Blanca te llevará parte de la mañana (o la tarde) pues se trata de un camino de unos 11 kilómetros de distancia (ida y vuelta). Alcanzar el cráter de Caldera Blanca (458 metros de altitud) lleva casi 1 hora de caminata.
Desde lo alto puedes bordear todo el cráter aunque yo solo lo hice en parte debido a las prisas por el horario de la guagua.
Comenzamos el sendero rumbo hacia el volcán La Caldereta. El sendero que nos ocupa bordea el volcán La Caldereta y continúa hacia el otro volcán, Caldera Blanca situado justo por detrás (uno es mayor que el otro). La pista está muy definida y serpentea por mares de lava.
Tanto el volcán Caldereta como el de Caldera Blanca se formaron hace unos 2 millones de años pero sus alrededores están compuestos por materiales de la erupción de Timanfaya (1730 – 1736). Ambos volcanes constituyen lo que se denomina como islotes, es decir, terrenos no afectados por las coladas. Su formación es fruto de un vulcanismo fisural, un vulcanismo organizado donde los volcanes están “ordenados” y asociados por la aparición de una fractura profunda en la corteza de la Tierra.
Hay que destacar que en la toponimia de Lanzarote la palabra caldera sustituye a la palabra montaña (o volcán) cuando el cráter es muy pronunciado o tan llamativo como la propia montaña. Dos ejemplos de esto son la Caldereta y Caldera Blanca. La imagen de ambos volcanes frente a nosotros nos acompaña durante la primera parte del sendero, una panorámica que nos asombra pues los cráteres de ambos resultan enormes desde la distancia.
La Caldereta es el primer volcán con el que nos tropezamos tras unos 25 minutos de paseo. Posee una altura de 324 metros y su cráter algo más de 300 metros de diámetro. En este caso, su cráter no es completamente redondo sino más bien elíptico, no es perfecto pero su forma recuerda a la de un gran recipiente o caldero.
Los cráteres producto de erupciones volcánicas explosivas dan lugar a esta singular forma. Me salí brevemente del sendero que nos lleva a Caldera Blanca para acercarme y asomarme a su interior pues uno de sus laterales se encuentra totalmente erosionado.
Tras una pequeña parada para tomar fotografías, seguí caminando hasta alcanzar Caldera Blanca. El tamaño y altura de los volcanes de La Caldereta y Caldera Blanca provocaron que las lavas procedentes de la erupción de Timanfaya se desviaran y crearan alrededor de los mismos inmensos mares de lavas cuyo color negro llama muchísimo la atención.
Aquí se mezclan materiales de diferentes épocas pues entre ambos volcanes, la Caldereta y Caldera Blanca, encontramos lavas negras solidificadas procedentes de erupciones volcánicas más modernas. Los tonos blancuzcos de ambos volcanes destacan entre el intenso negro de las coladas volcánicas de Timanfaya.
Alcanzado el pie de Caldera Blanca continue a la derecha por el Lomo de las Casas. He seguido la ruta indicada por el cartel explicativo que había al inicio del sendero, la intención era dar la vuelta al complejo de volcanes que conforman la Caldera Blanca, Caldereta y Risco Quebrado. pero se me echó el tiempo encima y tuve que acortar. La ruta marcada termina en una carretera que parece que es la que lleva a la playa de las Malvas. Cogiendo a la izquierda, en dirección al centro de la isla, cogí una senda hasta un cartel indicativo que nos marca el camino hasta la Montaña Caldereta y por ahí me adentré(ver foto). Llegué al camino de entrada a la caldera (el mas al exterior) y, entre mucha concurrencia de gente que pretendía lo mismo que yo, iniciamos el ascenso como si de una peregrinación se tratara. (Coño!, miércoles y día de trabajo).
Arriba casi buscando un hueco para poder observar la caldera, hacer algunas fotos y comer un plátano miré el reloj y me di cuenta que había que darse prisa para bajar y llegar a Mancha Blanca porque a la 13,10 pasaba la guagua. A correr!