Circular Mirador do Niño Corvo

Ruta circular que parte de la parroquia de San Miguel de Tabagón, junto a una carballeira y un área recreativa en la que hay mesas y en la que podemos comer al final de la ruta si empezamos temprano y nos da tiempo a terminar antes de la hora de comer. La ruta es sencilla de realizar, pero está sin marcar, por lo que es necesario llevar el track para no perderse. Los caminos están limpios y se localizan bien, no tiene ninguna dificultad.
Saliendo desde la iglesia, cruzamos la parroquia y después de atravesar un puente sobre la vía rápida, llegamos al cementerio de Pereiriña. Desde aquí iniciamos una subida subida continua, pero suave, apta para todo el mundo. Atravesamos algunos bosques de pinos resineros, en los que podemos ver la explotación de este recurso, y numerosos viñedos, de los que se obtiene el mejor vino blanco del mundo, el Albariño.
Al final de la subida nos encontramos el mirador de Niño do Corvo, desde el que pudimos ver una bonitas vistas, a pesar de algo de niebla, de la desembocadura del Miño y la comarca de O Rosal. Justo antes de llegar al mirador, nos desviamos para ver un penedo con una cavidad en la que caben 2 personas, un buen refugio si te pilla un chaparrón.
De bajada del mirador, por una pisa muy empinada, llegamos a un punto en el que al parecer hay una antigua mina de oro romana subterránea, pero no está señalizada, y hay demasiada vegetación, por lo que no fuimos capaces de encontrarla.
Desde aquí, hay un pequeño paseo hasta llegar de nuevo al cementerio de Pereiriña para deshacer el camino por la aldea hasta el coche. Nosotros para evitar un último tramo de asfalto, hicimos un campo a través por un camino y un cortafuegos, ambos cómodos y limpios, sin dificultad para seguirlos.