Circular por el otro extremo de las Hoces del Duratón: Burgomillodo-Ruinas Convento de La Hoz

Antes de empezar, os recuerdo que el acceso al Parque de la Hoces del Duratón está prohibido en la época de cría de las aves: desde 1 de enero hasta el 31 de julio. Podéis solicitar un permiso en la Casa del Parque de Sepúlveda y si no lo hacéis y tenéis problemas con algún vigilante, no vale que digáis que no lo sabíais, porque hay una página web con toda la información y además hay carteles informativos en todos los puntos de acceso a los barrancos.

Dicho esto, dejamos el coche en Burgomillodo, conjunto de una decena de casas casi todas restaurantes y albergues que están a pié de la presa del mismo nombre. Bien desayunados, tomamos un ancho camino que sale de la curva que hace la carretera al entrar al pueblo y que va paralelo a la valla de una mina de cuarzo. Supongo que en verano será una polvareda y con lluvia un barrizal, pero en ese momento estaba en el punto óptimo de humedad para no incomodar. Seguimos el camino sin problemas y al cabo de un kilómetro (en el wpt001) veremos una desviación a la izquierda que será el punto donde nos encontraremos a la vuelta y donde está el primero de los muchos carteles que indican las prohibiciones de paso y otras más, así que nosotros seguimos por el camino que traíamos. El camino va por terreno despejado, con campos de labor a ambos lados y en primavera es bonito, pero con calor o frío será fastidioso; al llegar al wpt002 (unos cuatro kilómetros desde el inicio) se entra en un bosquete que es donde aparcan los coches de los que van a practicar piragüismo. También está el consabido aviso de prohibido pasar sin permiso, pero si lo tenéis podéis bajar a la orilla del embalse. En cualquier caso cogéis el camino que va hacia la derecha y que es la carretera de tierra de paso de los coches y camináis hasta un cartel que os indica la dirección a las ruinas del Convento de La Hoz. Al llegar el espectáculo es impresionante, ya que el camino se acerca al borde del barranco y se ve la amplia curva que hace el río, con las ruinas a la izquierda, grutas en las rocas, buitres leonados y otras aves de presa...¡Para quedarse ahí todo el día! Hay también un cartel explicativo de la historia del convento y de la avifauna.

A partir de aquí iniciamos el regreso bordeando el barranco sin más impedimento que la precaución ya que, aunque hay caminos, el terreno permite acortar por donde queramos. Yo opté por volver luego al wpt002 y continuar según indica el track pero ya os digo que se puede improvisar porque no puedes perderte: a la derecha siempre estará el cañón y bordeándolo llegarás al final.

Al llegar a la amplia curva que se inicia en el wpt003 se ve el edificio del Priorato de San Frutos y es curioso que parezca que está cerca y sin impedimento para llegar. Eso es porque no se ve el barranco del cañón y, según vamos bordeándolo, nos iremos acercando más a otra de las vistas de la jornada: enfrente, encima de un saliente del cañón, el priorato ahora sí bordeado por la hoz del Duratón

Seguimos nuestro camino alejándonos y acercándonos al cañón hasta llegar al wpt004, desde donde tendremos una estupenda vista de pájaro del dique de la presa y del pueblo (o “burgo”, como explica un cartel). Ya desde aquí tiramos hacia la izquierda para coger el camino que vimos al principio y llegar al wpt001 y al pueblo.

Una marcha preciosa, corta y lejos del conocidísimo camino de la senda del río y con muy poca gente y, eso sí, muchas aves rapaces.

A disfrutarla y hasta otra