Circular Quintanamacé, San Pedro (974m.), San Pol (969m.)

Dejamos en vehículo unos metros antes de llegar al barrio de Quintanamacé, antes de bajar en un cruce con una pista que es por la que descenderemos en nuestra circular.
Nos dirigimos (siguiendo rojas y blancas del GR 186 Caminos de Medina) hacia las tres casas que conforman el barrio y nada más rebasar la primera que dejamos a nuestra derecha abandonamos el GR y cogemos una pista que sale a la izquierda hacia atrás para a continuación tomar dirección a la loma. Vamos ascendiendo por la pista con roderas de tractor hasta alcanzar los campos de cultivo en la meseta que conforma San Pedro. Aquí abandonamos la pista y entre los dos campos de labranza (uno en barbecho) continuamos a derecho hasta dar con otra pista que recorre el lomo de la pequeña meseta, Ya vemos el vértice que jalona la cumbre a nuestra derecha. Coronamos San Pedro y regresamos al mismo punto. Ahora nos dirigimos al San Pol para lo que recorremos la pista hasta cortar con otra que entronca con el cordal de San Pol. Aquí el PRC-BU 139 que une la aldea abandonada de San Martín de Mancobo con Bóveda de la Rivera (marcas blancas y amarillas) nos guiará por la pista que cuando comienza a descender abandonaremos para buscar el punto más alto. Una alambrada nos cierra el paso y la vegetación hace difícil el avanzar por este lado. Esto nos hace saltar la doble alambrada de espino con sumo cuidado para poder llegar a la cumbre por terreno más despejado de lo que parece ser coto de caza. Alcanzamos la cumbre donde hay un montón de piedras junto a la alambrada.
Retrocedemos sobre nuestros pasos hasta la pista del PR y seguimos sus marcas, tras pasar el cruce de donde vinimos de San Pedro por la izquierda continuamos de frente con la doble alambrada siempre a la derecha. Pasamos por un punto con un montón de piedras que conforma "El Alto" . Seguimos nuestra marcha hasta que un cerramiento nos bloquea el paso. Ahora dejamos el PR y seguiremos hacia la izquierda siguiendo la alambrada que nos cierra el paso para, por campos de cultivo, descender hacia el valle. Buscamos un pequeño barranco donde un sendero que discurre junto a un pequeño arroyo nos va descendiendo hasta lo que se parece a una pista. Esta desaparece engullida por un campo de girasoles resecos que bordeamos ligeramente por su derecha para retomar, ahora de manera definitiva, la pista que nos llevará de nuevo a nuestro vehículo.

Recuerda que las montañas no son propiedad de nadie y son para el disfrute de todos. Por ello, respétalas, y sobre todo, no te confíes. Toma siempre todas las precauciones. Esto es sólo una ayuda para caminar en libertad. Pero en la naturaleza solo somos invitados. Así que, deja que tu intuición y sentido de la orientación trabajen un poco también y , por favor, respeta la montaña.
A disfrutar de la ruta!