Circular Ulía (peñas Ataloi-selva caserío Barraka y marojal Barrakaldea)
near Ategorrieta, País Vasco (España)
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Trail photos
Itinerary description
Es mi primera modesta caminata en solitario de este nuevo año por el familiar monte Ulía y sin madrugar, a diferencia de esas multitudes que se acercan fervorosamente a primera hora de la mañana a las legendarias cumbres del Adarra, Txindoki, Aizkorri, Kurutxeberri, Udalaitz...
Eso si, antes de salir de casa, poniendo a grabar el Concierto de Año Nuevo, para poder escucharlo plácidamente a la tarde.
El caminar en soledad ayuda a activar las neuronas con renovados pensamientos de deseos de felicidad y salud para este 2017, con nuevos proyectos, entre otros, de caminatas y pedaladas de libertad por parajes desconocidos de nuestra rica, extensa y variada naturaleza y, también sinceramente, para hacer hueco en ese castigado estómago por los excesos navideños, y poder así seguir disfrutando en comida familiar de este esperanzador comienzo del nuevo año.
Inicio la ruta en la Calzada Vieja de Ategorrieta hasta dar con la pista del antiguo tren eléctrico.
Después de una breve parada en el mirador de Ulía, para contemplar las espléndidas vistas de la playa de la Zurriola y montes que rodean a la ciudad y sacar unas fotos, continúo por la senda Talaia , evitando el ascenso al monte Ulía, hasta dar con el mar,
Sigo por la Talaia, pasando por la fuente/lavadero Kutraia y el pitón rocoso de la calzada empedrada, conocida como Avda Josetxo, hasta desviarme a la izda por senda balizada con marcas blancas pintadas por los laboriosos voluntarios del CVC, hasta las peñas Ataloi con una bellas geoformas tanto en el frente y techo de este abrigo rocoso natural erosionado durante millones de años por el viento, la lluvia y el mar.
Desde este lugar son impresionantes las vistas del litoral tanto hacia el este, Jaizkibel y Biarritz, y con buena visibilidad hasta las Landas, como al oeste, la costa guipuzcoana y vizcaína hasta el cabo de Matxitxako.
Volviendo al sendero balizado, se desciende al fondo del valle colgado de Txoritxuluak, para de nuevo ascender un empinado repecho y bajar a las instalaciones del emisario submarino donde van a parar las aguas residuales tratadas en la” Estación Depuradora de Aguas Residuales de Loiola” provenientes de los 10 municipios del Añarbe.
Ascendiendo unos cientos de metros por la pista de cemento del emisario y un poco antes de cruzarme con la senda Talaia, me desvio a la izda entre abundante maleza, a las ruinas del caserío Barraka, uno de los secretos de la Selva de Ulía, en el que hace ciento y pico de años era famoso por su generosa huerta que abastecía de verduras al mercado de la Bretxa.
Es un tanto difícil dar con sus ruinas pues aunque está a menos de un centenar de metros de la pista hormigonada, la zona está cubierta de una frondosa vegetación, sin senda ni nada que se le parezca.
Volviendo a la pista, después de cruzarme con la senda Talaia, sigo ascendiendo hasta desviarme a la dcha y entrar en la otra Selva Secreta de Ulía, el marojal de Barrakaldea, por cuya senda entre abundante arbolado, asciendo hasta dar con el sendero que te lleva a la campa de las antiguas instalaciones de tiro al plato.
Hidratándome en las dos únicas fuentes del camino, por la senda Talaia vuelvo al punto de inicio de esta corta pero bella etapa, poco conocida por los donostiarras y pasaitarras, como lo he podido comprobar esta mañana, en la que me he cruzado con infinidad de caminantes pero nunca fuera de la senda Talaia.
El track lo he considerado como moderado, no tanto para el mendizale sino para el que vaya acompañado de niños o personas no habituadas al monte; lo digo por algún paso en roca para bajar a las peñas de Ataloi y por los dos descensos pronunciados, antes de llegar al emisario, con riesgo de resbalamiento con suelo mojado, así como por la dificultad de dar (sin senda entre espesa maleza) con las ruinas del caserío Barraka.
Pero eso si, es una bonita etapa y muy variada, por sus bellas geoformas en las rocas, sus espectaculares vistas de la costa y cierto salvajismo en sus selvas secretas.
Eso si, antes de salir de casa, poniendo a grabar el Concierto de Año Nuevo, para poder escucharlo plácidamente a la tarde.
El caminar en soledad ayuda a activar las neuronas con renovados pensamientos de deseos de felicidad y salud para este 2017, con nuevos proyectos, entre otros, de caminatas y pedaladas de libertad por parajes desconocidos de nuestra rica, extensa y variada naturaleza y, también sinceramente, para hacer hueco en ese castigado estómago por los excesos navideños, y poder así seguir disfrutando en comida familiar de este esperanzador comienzo del nuevo año.
Inicio la ruta en la Calzada Vieja de Ategorrieta hasta dar con la pista del antiguo tren eléctrico.
Después de una breve parada en el mirador de Ulía, para contemplar las espléndidas vistas de la playa de la Zurriola y montes que rodean a la ciudad y sacar unas fotos, continúo por la senda Talaia , evitando el ascenso al monte Ulía, hasta dar con el mar,
Sigo por la Talaia, pasando por la fuente/lavadero Kutraia y el pitón rocoso de la calzada empedrada, conocida como Avda Josetxo, hasta desviarme a la izda por senda balizada con marcas blancas pintadas por los laboriosos voluntarios del CVC, hasta las peñas Ataloi con una bellas geoformas tanto en el frente y techo de este abrigo rocoso natural erosionado durante millones de años por el viento, la lluvia y el mar.
Desde este lugar son impresionantes las vistas del litoral tanto hacia el este, Jaizkibel y Biarritz, y con buena visibilidad hasta las Landas, como al oeste, la costa guipuzcoana y vizcaína hasta el cabo de Matxitxako.
Volviendo al sendero balizado, se desciende al fondo del valle colgado de Txoritxuluak, para de nuevo ascender un empinado repecho y bajar a las instalaciones del emisario submarino donde van a parar las aguas residuales tratadas en la” Estación Depuradora de Aguas Residuales de Loiola” provenientes de los 10 municipios del Añarbe.
Ascendiendo unos cientos de metros por la pista de cemento del emisario y un poco antes de cruzarme con la senda Talaia, me desvio a la izda entre abundante maleza, a las ruinas del caserío Barraka, uno de los secretos de la Selva de Ulía, en el que hace ciento y pico de años era famoso por su generosa huerta que abastecía de verduras al mercado de la Bretxa.
Es un tanto difícil dar con sus ruinas pues aunque está a menos de un centenar de metros de la pista hormigonada, la zona está cubierta de una frondosa vegetación, sin senda ni nada que se le parezca.
Volviendo a la pista, después de cruzarme con la senda Talaia, sigo ascendiendo hasta desviarme a la dcha y entrar en la otra Selva Secreta de Ulía, el marojal de Barrakaldea, por cuya senda entre abundante arbolado, asciendo hasta dar con el sendero que te lleva a la campa de las antiguas instalaciones de tiro al plato.
Hidratándome en las dos únicas fuentes del camino, por la senda Talaia vuelvo al punto de inicio de esta corta pero bella etapa, poco conocida por los donostiarras y pasaitarras, como lo he podido comprobar esta mañana, en la que me he cruzado con infinidad de caminantes pero nunca fuera de la senda Talaia.
El track lo he considerado como moderado, no tanto para el mendizale sino para el que vaya acompañado de niños o personas no habituadas al monte; lo digo por algún paso en roca para bajar a las peñas de Ataloi y por los dos descensos pronunciados, antes de llegar al emisario, con riesgo de resbalamiento con suelo mojado, así como por la dificultad de dar (sin senda entre espesa maleza) con las ruinas del caserío Barraka.
Pero eso si, es una bonita etapa y muy variada, por sus bellas geoformas en las rocas, sus espectaculares vistas de la costa y cierto salvajismo en sus selvas secretas.
Waypoints
Comments (3)
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Une bonne façon de commencer l'année. C'est vrai. Bonne santé pour continuer tes balades à pied ou à vélo à travers les routes et les chemins de ce beau pays.
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
BONITA RUTA MAÑANERA .
Pues sí y conociendo bellos parajes tan cerca de casa.