CL SA Villarino de los Aires Piconitos Ambasaguas

CL SA Villarino de los Aires Piconitos - Ambasaguas

La ruta de 10 km y 355 m de ascenso acumulado desde el centro del pueblo se dirije al mirador de La Faya, desciende por una estrecha senda en zigzag hasta la cercanías del cauce del Duero, lo recorre manteniendo el nivel hasta llegar a la desembocadura del Tornes y regresa al pueblo por carretera.

El núcleo de población de Villarino de los Aires cuenta con dos zonas diferenciadas, los poblados de «La Rachita» y «Santa Catalina». El primero fue construido debido a la necesidad de albergar a toda la plantilla de Iberduero, la actual Iberdrola, que se trasladó al municipio para trabajar en la central hidroeléctrica y en las oficinas que una vez hubo allí. El segundo se generó en torno a los barracones en los que vivían los obreros que construyeron la central.

La ruta discurre en su mayor parte por un estrecho sendero, muy pendiente en algunos tramos, lo que supone una dificultad añadida con terreno mojado y requiere estar acostumbrado a moverse por este tipo de terreno. No encontramos sobra en casi la totalidad del recorrido que por otra parte lo hemos realizado un día de soleado y con altas temperaturas. En estas condiciones el recorrido ha resultado muy agobiante. Recomendamos elegir bien el día teniendo en cuenta el calor.

El camino no tiene perdida dado que se encuentra señalizado por balizas con dos rayas una blanca y otra negra. Parece que inicialmente lo señalizaron con marcas blancas y verdes de los PR, pero si someterse a la correspondiente homologación y posteriormente se vieron obligados a quitar la marca verde de los PR. Calificamos la ruta como moderada.

Descripción de la ruta

Iniciamos nuestra ruta en la plaza mayor junto al edificio de la localidad y muy cerca de la iglesia del gatico tardío de Santa María la Mayor, que visitamos antes de iniciar la ruta. Volvemos a la plaza y nos dirigimos al Mirador de la Faya, desde el que se tienen unas impresionantes vistas del meandro del Duero, el aprovechamiento de las laderas de los arribes en bancales y del barrio de la Rachita encaramado en un alto.
Muy cerca se encuentra el inicio de la ruta, un cartel explicando sus características nos lo anuncia.

Enseguida la ruta se adentra por un pequeño sendero entre paredes de fincas y tras abandonarlas el sendero ira descendiendo con fuerte pendiente y en zigzag hasta las cercanías del cauce. Durante 1,5 km iremos descendiendo los 250 m de desnivel que nos separan del camino junto al cauce.

En cuanto abandonamos la zona de fincas cerradas tendremos siempre frente a nosotros unas magnificas e impresionantes vistas del cauce del Duero encajonado entre las laderas de los arribes. A nuestra derecha se encuentra el Teso de la Bandera que rodearemos por su parte bajas hasta llegar a la desembocadura del Tormes.

Nos llama la atención mientras descendemos entre bancales que en la orilla portuguesa siguen cultivando algunos bancales mientras que los de la orilla española se encuentran abandonados y cubierto de enebros.

Una vez cerca del cauce, la estrecha senda continuará durante 4 km en paralelo al río, sin prácticamente perder nivel y bordeando el Teso de la Bandera por su parte baja. Durante el camino caminaremos entre carrascos, enebros, escobas y alguna que otra encina. Ya cerca del encuentro con el Tormes veremos algunos olmos y fresnos.

Bordeado el Teso aparece el presa de Bemposta y su salto. Desde 1927 en que se firmo un tratado para la explotación hidroeléctrica del Duero, la empresa Iberdrola fue construyendo 6 embalses, muy próximo unos de otros, en el curso del Duero. El primero de ellos fue el de Ricobayo en 1935 y el ultimo el salto de Villarino en 1970. Estos embalses han modificado sustancialmente el curso del Duero y sus Arribes. Esta de Bemposta está construida en el curso medio del río Duero en Portugal y situada a 6 km de la localidad de Bemposta, en el municipio de Mogadouro del distrito de Braganza.

Al contemplarla llama la atención el amarillo chillón con la que esta pintada desde finales de 2011. Este color desató mucha polémica porque muchos consideraban que tenía un gran impacto visual y paisajístico y que rompía con todos los cánones estilados hasta la fecha en la cuenca fluvial.

Finalmente llegamos al paraje de Ambasaguas donde el Tormes desemboca en el Duero. La presa vista desde aquí impresiona por sus dimensiones. Junto a la desemboadura han construido un bonito merendero. Tendremos que acercarnos al curso del agua para tener una buena vista de este final del Tormes.

Continuamos por la ribera del Tormes, por la parte baja de la carretera. Se trata de una zona sombreada que agradecemos vivamente. Muy pronto aparece el canal que abastece a los molinos. El primer molino, el de Minchorico y poco después el de Ricardito en el que nos llaman la atención los arcos de piedra que sujeta el conjunto.

Estos antiguos molinos harineros que utilizaban los villarinenses y que hoy forman parte del patrimonio sobreviven envueltos entre la vegetación y la maleza pegadas a un Tormes.

Subimos a la carretera que nos llevará hasta el pueblo. Serán algo más de 3 km de pendiente continua y a pleno sol, con algunas vistas del río, pero muy cansada.

Una vez en el pueblo, recorremos una larga calle que nos lleva a la plaza mayor.




El sendero sigue paralelo al río enmarcado por paredones que facilitan la marcha, hasta que desde la última revuelta podemos observar la presa portuguesa de La Bemposta, anunciando la proximidad del paraje de Ambasaguas, lugar donde el Tormes vierte sus aguas al Duero. La parte final de la ruta transcurre por camino asfaltado, parte que aquellos senderistas menos acostumbrados a caminar agradecen enormemente.