CL ZA SA Moral de Sayago. Molinos de la Rivera de los Arroyos

CL ZA Moral de Sayago. Molinos de la Rivera de los Arroyos

La ruta de 8,5 km, carece prácticamente de desnivel. Sigue la rivera de los Arroyos desde la carreta ZA P2224 hasta cerca de la ZA 324, visitando muchos de los molinos que antiguamente aprovechaban sus aguas, principalmente para moler cereal.

Es una ruta sencilla, señalizada en algunos tramos, se realiza en muchos momentos campo a través por el valle junto al cauce o, en algunas ocasiones, entre peñas.

El nombre de Moral procede de la tradición, bastante frecuente en la zona, de nombrar los enclaves con nombres de árboles. En este caso el topónimo Moral, tiene su origen en la morera negra frecuentemente plantada ante muchas de las iglesias rurales y bajo la cual se reunían los vecinos para tratar asuntos comunes.

El término municipal del Moral de Sayago cuenta con una triple protección, por la ONU reserva de la biosfera transfronteriza bajo la denominación de Meseta Ibérica, por la Unión Europea con la Red Natura 2000 y por la comunidad autónoma de Castilla y León con la figura de parque natural, en estas dos últimas bajo la denominación de Arribes del Duero.

Una descripción pormenorizada de la ruta la podemos encontrar en la web del ayuntamiento, pero la señalización solo aparece en algunas zonas.

Nosotros iniciamos la ruta en el pueblo, en la iglesia de San Esteban, situada a un lado de la carretera. Junto a ella, la tradicional morera. Cruzamos la carretera y nos dirigimos hacia la plaza mayor, pasando previamente por el ayuntamiento. Desde la plaza nos dirigimos hacia el SE en busca de la rivera de los Arroyos. Dejamos el asfalto y tendremos que recorrer un km para encontrarnos con el puente que cruza la ZA P 2224. El puente parece ser de origen medieval y por el pasaba la Calzada Mirandesa. En este punto iniciamos el recorrido junto al arroyo.

En esta época del año no corre el agua y solo la encontramos en algunos cadozos ( ollas que forma el río donde se estanca el agua). Recorremos unos 500 m junto al cauce hasta que encontramos el molino de Luzvelina o de la Resbaladera, restaurado hace unos años con fondos europeos. El edificio se encuentra rodeado de grandes peñas que confieren al conjunto una especial belleza. A este molino, para poder funcionar en época de estiaje, se le doto de un motor, inicialmente movido por carbón y posteriormente por electricidad. Estas innovaciones permitieron utilizarlo también como aserradero.

Continuamos y unos metros más adelante, encontramos un puente artesanal formado por grandes piedras (puntones), colocadas transversalmente en el cauce de los arroyos para atravesarlos sin peligro de mojarse.

Al llegar al antiguo camino a Abelón, pedanía del ayuntamiento de Moral, nos conectamos con el GR 14 “Senda del Duero”. Un cartel nos describe las etapas del GR.

Siguiendo las marcas del GR llegaremos a 4 molinos, situados muy cerca uno del otro: el molino del Puerto, el de Trancafuelle, el del Garabito y el de los Mielgos.

El Molino del Puerto es el único que cuenta con todas las piezas y los mecanismos originales y es un ejemplo del asociacionismo económico típico de estas tierras, proveniente de época prerromana.
Dado que la fuerte inversión necesaria para acometer la construcción del molino, varios vecinos aportaban su capital para realizarla. Esta propiedad comunal daba derecho, en función del capital aportado, a un numero horas de uso semanal.

La siguiente construcción es el molino Trancafuelle, de gran tamaño, pero en ruinas. Recomendamos acceder a él por el punto en que nosotros salimos. El camino que tomamos nosotros es muy complicado. Poseía dos piedras para moler los cereales, todavía se pude ver una de ellas con parte del mecanismo, tirada en la parte baja. Una piedra de molino se podía levantar mediante un mecanismo y así aprovechar la fuerza hidráulica para aserrar madera.

Muy cerca se encuentra, en ruinas, el molino, el Garabito al que no entramos. Como el del Puerto era de uso colectivo.

El último de esta serie es del de los Mielgos que está prácticamente derruido. Cuenta con una gran presa que encauza el caudal de la rivera de forma diagonal.

Poco después llegamos al puente Samé donde encontramos una bifurcación. Para acceder a dos molinos, sin cruzar el puente, tomamos el camino de la izquierda, señalizado con los colores de PR. El GR cruza el puente y continúa.

El primer molino de este tramo es del de Matarranas, en ruinas. La represa está rodeada de una bonita fresneda.

Continuamos hasta el molino rehabilitado de Llagalgüey o Llaga el Buey, también rehabilitado, localizado junto a encinas y grandes peñas y con una represa rodeada de arbolado.

En teoría un poco más adelante se encuentra el molino del Diablo, pero el camino está muy cerrado y decidimos retornar al puente Samé para continuar el recorrido.

Desde el puente seguimos el GR-14, pero nos desviamos unos metros para acercarnos al Bolo de la Baraya y volvemos luego al GR.

Nuestro siguiente objetivo es la presa de Valcuevo. Continuamos por la pista y a nuestra derecha podemos ver una especie de meseta formada por acumulación de materia. Son los restos de la proyectada y no terminada Central Nuclear de Moral de Sayago.

El proyecto se inició en noviembre de 1973 con la firma de los primeros documentos entre el ayuntamiento y la empresa Iberduero. A finales de la década de los 70 las obras comenzaron a ejecutarse, pero la llegada del PSOE al poder en 1982 y la consiguiente moratoria nuclear en 1984 paralizaron de manera definitiva dichas obras.

Al llegar a la parte alta de la presa descendemos para cruzarla. La zona está planteada como zona de baño, pero la encontramos sin agua y un tanto abandonada.

Cruzamos la presa y nos dirigimos monte a través, por la izquierda de la cantera abandonada, de la que se extrajo piedra para construir el embalse cercano de Villalcampo en los años cuarenta. Todavía se pueden apreciar algunas ruinas de las construcciones y las edificaciones que permitían el transporte de la piedra mediante un teleférico hasta el dique.

Está parte del camino se realiza campo a través. El primer tramo se encuentra bastante cerrado por la vegetación, pero pronto encontramos una pista en desuso por la que, a pesar de tener algo de vegetación, se camina bien.
La pista nos lleva hasta el pueblo. Lo cruzamos hasta llegar al ayuntamiento, muy cerca del punto de inicio.