CL ZA SA Mamoles Cascada de las Lastras de Aguas Bravas, Mirador del Testero del Burro y Molinos

CL ZA SA Mamoles Cascada de las Lastras de Aguas Bravas, Mirador del Testero del Burro y Molinos

Mámoles es uno de los lugares más pintorescos de la comarca y de Los Arribes del Duero. En la zona occidental junto al Río Duero, se encuentran los viñedos donde se produce en pequeñas cantidades para el abasto de las familias, el bien conocido en la zona vino de Mámoles.

Mámoles tiene lugares privilegiados desde donde contemplar en toda su plenitud los impresionantes Arribes como es por ejemplo la Peña de Rivas Altas, Aguas Bravas, El Castiello, donde se encontraba un castro.

Dentro de su patrimonio destacan los lagares rupestres tallados en la roca granítica y los molinos harineros, a veces privados y otras comunales, de gran valor etnográfico.

Dejamos el coche junto a la iglesia de San Pedro y nos encaminamos al inicio de la ruta, que en su parte inicial confluye con el GR 14 dirección Fornillos, y que por ello los postes del GR incluyen las marcas blancas y amarillas del PR que nosotros vamos a seguir.

En cuanto ascendemos unos metros tenemos una buena panorámica del pueblo. El camino continúa entre cortinas rodeadas de encinas en flor y escobas o retamas, unas cubiertas e flores amarillas y otras con flores blancas.

Llegamos a un portón, junto al cual se encuentra un cartel explicativo del camino. Tras pasar la portilla vamos descendiendo hasta llegar al arroyo de la Rivera. Lo cruzamos por el bello pontón de la Cañada Vieja.

Desde aquí, continuamos por el margen del arroyo y un pequeño desvío de 150 metros, que cruza el arroyo por el portón de Santa María, nos conduce hasta el coqueto Molino de los Fraguales, parcialmente oculto por un afloramiento granítico que protege su entrada de las inclemencias meteorológicas. En el molino se puede ver perfectamente la tolva, la muela y los rodeznos que se utilizaban para la molienda del trigo, ayudados de la fuerza del agua.

Retornamos a nuestro camino y continuamos descendiendo hacia el Duero siguiendo las marcas blancas y amarillas del PR, que discurren en paralelo al arroyo.

Llegamos a una bifurcación perfectamente señalizada con carteles que nos ofrece a la opción de tomar el camino de la derecha hacia la Cascada de las Lastras de Aguas Bravas, un espectacular salto de agua que forma el Arroyo de la Rivera al precipitarse abruptamente sobre el Río Duero. El camino hasta la zona del mirador de la cascada es una senda estrecha pero en buen estado y la zona del mirador es simplemente una zona un poco más ancha con unas cuerdas que limitan la zona.

Retrocedemos hasta la bifurcación y continuamos hacia el mirador del Testero del Burro, un extraordinario balcón que permite unas magnificas vistas sobre el Duero que forma un meandro encajado entre una profunda hoz berroqueña.

Tendremos que regresar por el mismo camino hasta el Pontón de la Cañada Vieja y siguiendo las marcas llegar al molino de Serafín.

Muchos son los molinos harineros que se pueden encontrar en la zona, Mámoles tiene unos cuantos, pero el mejor conservado y que aun hoy reúne todas las condiciones para moler el trigo y convertirlo en harina es el llamado Molino de Serafín.

Este molino se encuentra bien conservado y es una joya etnológica que recibe el nombre por el último molinero que lo trabajó, Serafín. Su mujer Elisa fue quien heredó el molino de sus padres. Costa de dos piedras movidas por los rodeznos que todavía podemos ver. Nos sorprende la cantidad de agua retenida en el azud que sirve para alimentar al molino.

Regresamos hacia el puente e iniciamos el retorno al pueblo pasando en esta ocasión por la fuente del Sapo y al llegar a la fuente del Pocico nos desviamos para entrar al pueblo por el lado contrario.

Llegamos a la parte baja de la iglesia, donde se encuentra una fuente y en el aparcamiento damos por terminada la ruta.