CL ZA SA Tudera. Pueblo y Arroyo de los Molinos. Formaciones rocosas

CL ZA SA Tudera. Pueblo y Arroyo de los Molinos. Formaciones rocosas

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La biodiversidad de Tudera ha sido protegida por la Unesco con la figura de reserva de la biosfera transfronteriza bajo la denominación de Meseta Ibérica, por la Unión Europea con la Red Natura 2000 y por la comunidad autónoma de Castilla y León con la figura de parque natural, en estas dos últimas bajo la denominación de Arribes del Duero. La triple protección de este espacio natural busca preservar sus valores naturales, de gran valor paisajístico y faunístico.

El vocablo tudera parece ser de origen prerrománico, aunque otros lo relacionan con los pueblos repobladores del norte del reino de León. Para ello se basan en el significado «Tuera» -trozos de madera- o «Tutele» -puesto defensivo-. El vocablo tuera, hace referencia a las piezas de madera con que se hacían las suelas del calzado de invierno. Y por otro lado se relaciona con el vocablo latino tutela, que define un puesto de guardia.

Los parajes de Casa de los Moros y Los Casales conservan indicios de haber servido de habitación humana. De este último lugar proceden las dos estelas romanas que se conservan en el pueblo. Asimismo, romano es el puente de la Iglesia, dentro del casco urbano.

Descripción de la ruta

Sencilla ruta de cerca de 6 km y nulo desnivel que, después de visitar el núcleo de Tudera, recorre los caminos que circundan ambas márgenes del arroyo de los Molinos, adentrándose en algunos momentos en el cauce. La rivera de los Molinos, más conocido como La Rivera, debe su nombre a la abundancia de molinos que hubo junto a su cauce, que en época de lluvia, eran movidos por el agua almacenada en presas, y de los que todavía pudimos encontrar uno de ellos, medio comido por la vegetación.

Iniciamos el recorrido en la ermita de Santa Bárbara y Santa Catalina junto a la cual encontramos, como es habitual, una morera. Su pared septentrional, configurada para la ocasión, hace las veces del frontón del pueblo.

Muy cerca podemos ver la fuente y el potro de herrar, muestras del patrimonio, hoy casi desaparecido, de la zona. Entre calles nos dirigimos hacia la iglesia parroquial de San Pedro Apostol ubicada junto a una antiquísima moral, destaca en el exterior del templo la espadaña, coronada por pesados bolones.

Muy cerca se encuentra la ermita de San Cosme y San Damián, situada sobre una peña granítica de unos 20 metros de altura, denominada la Torre. Se accede por unas escaleras excavadas en la roca. Se trata posiblemente de un monte sagrado prerromano donde si situaba un altar rupestre.

Nos dirigimos hacia el río y pronto nos encontramos con la fuente restaurada del Pozo Moguz, un poco más adelante y sobre una roca vemos una pequeña cruz de hierro con incrustaciones de pequeños guijarros, es la cruz del camino de Villamor de la Ladre.

Tras rebasar una gran encina el camino se bifurca y nosotros tomamos la pista de la derecha que se dirige hacia el rio. La pista se transforma en senda y, tras pasar una alambrada, llegamos al cauce del arroyo de Los Molinos. En el cauce nos encontramos con un antiguo molino, muy destruido pero que nos deja ver lo que pudo ser cuando estaba en funcionamiento.

Por un lateral llegamos a un amplio valle formado por el arroyo que se conserva verde. Avanzamos campo a través, por el lateral del valle, hasta la Fuente de las Llagas, manantial de Tudera. Pasamos otra alambrada siguiendo el arroyo hasta una charca cercana al Teso de la Raya de Villamor y desde este punto retrocedemos hasta la Fuente de las Llagas.

Desde la fuente iniciamos el regreso al pueblo por una buena pista que discurre en paralelo al camino de ida. Llegamos a una bifurcación y campo a través abandonando la pista nos dirigimos a la formación rocosa denominada “Las Narices de Peña Lucia”. Bajo esta denominación encontramos una roca con un par de cavidades paralelas que tradicionalmente se interpretan como el apéndice nasal de dicha santa.

Continuamos hasta conectar con una pista, junto a la cual encontramos la Fuente del Caño y muy cerca un abrevadero. Por un puente cruzamos el arroyo y muy cerca podemos ver las formaciones rocosas que estábamos buscando. El Trono de la Reina, peña granítica que en su parte superior presenta una forma que semeja un trono.

Bordeamos el trono y en una explanada situada en la parte posterior aparecen algunos bolos graníticos y un poco más abajo la formación “La Casa o Peña de los Moros” La erosión ha creado cavidades y fracturas en la roca que según los últimos estudios, vivieron algunas familias primitivas utilizando sus cuevas. También aquí hay algunas pilas comunicadas y marcas antiguas en la roca. Todo el conjunto de formaciones rocosas crea un espacio de especial belleza.

Tras entretenernos moviéndonos entre las distintas peñas, descendemos a la parte baja y conectamos con un amplia pista que da acceso a las diversas cortinas, todas rodeadas de los tradicionales muros de piedra. Hecha con piedras de granito sin labrar, y de un tamaño que permita su colocación con la mano. Colocados en hiladas y generalmente ajustados unos con otros sin sujeción. Las paredes se construyen de aproximadamente 1,30 m de altura y 40 cm de ancho. Estos cercados destacan por su esbeltez e integración en el medio natural, pero sin embargo requieren una importante labor de mantenimiento por su escasa estabilidad.

Poco después llegamos al pueblo, dando por terminada la ruta junto a la ermita de Santa Barbara.