CL ZA SA Villamor de la Ladre. Por la Ribera de los Molinos

CL ZA SA Villamor de la Ladre. Por la Ribera de los Molinos

Preciosa y fácil ruta de 8 km, que desde Villamor de la Ladre se dirige a la fuente de las Llagas, para conectar en el Valle Ancho con el arroyo de los Molinos que seguiremos aguas arriba. En el recorrido nos cruzamos con las ruinas de 4 molinos.

Frecuentemente nos encontrarnos con restos de molinos que provechan la fuerza de pequeños arroyos que recorren la geografía sayaguesa, pero la gran mayoría se encuentra injustamente abandonados y comidos por la vegetación. Sin duda, alguno de los que hemos visitados deberían ser rehabilitados y dado a conocer.

Villamor de la Ladre es una pequeña pedanía integrada en el municipio de Bermillo de Sayago, de escasos 59 habitantes. Entre su patrimonio destacan la iglesia de origen romanico y una pequeña ermita.

Iniciamos la ruta en la plaza, junto a la iglesia de Nuestra Señora de los Angeles que conserva una espadaña y canecillos romanicos. Junto a ella, el Crucero del siglo XVIII elevado sobre una escalinata.

Avanzamos por la calle Monumenta y luego por diversas calles hacia la pista con el nombre de Pocirones. En el recorrido por el pueblo nos sorprende la abundancia y buena conservación de las casas tradicionales.

Salimos del pueblo por la pista que recorre una zona de monte durante 2,5 km, hasta llegar al valle y el arroyo.

Abandonamos la pista y nos internamos en el valle siguiendo el arroyo aguas arriba. A lo largo de las márgenes han plantado árboles de ribera, sobre todo fresnos. El tramo por el valle es realmente bonito, aunque la senda aparece cubierta por el vegetación en amplios tramos.

Continuamos por el valle durante un km hasta el pontón que cruza el arroyo.

A partir del pontón en camino se hace más dificultoso, sin sendas claras y por zona de roquedo, tendremos que estar atentos al gps y al cauce para orientarnos, por este motivo la calificamos de moderada.

Doscientos metros después del pontón nos encontramos con los restos del primer molino, apenas unas cuantas piedras y en el suelo la piedra de moler.

Continuamos y después de 200 m aparece un muro ciclópeo de gran altura y longitud, con los restos del molino Ceferina. A los laterales canalizaciones y dos pontones. La edificación impresiona, especialmente si nos imaginamos el enorme esfuerzo que tuvieron que desarrollar para realizar esa estructura, dadas sus dimensiones. En la parte trasera aparece una zona amplia que suponemos sería el lugar para embalsar agua.

Cruzamos por debajo de la alambrada y continuamos otros 300 m hasta el molino Ratón del que no distinguimos más que unos cuantos bloques de piedras. Tras otros 200 m otra estructura compleja: el molino Azuda o de los Melgos, aunque los restos no son abundantes si nos dan una idea de sus dimensiones y estructura.

El siguiente molino, el de Diego Garrote, se encuentra también 200 m más adelante, parece que esa era más o menos la distancia que mantenían entre los distintos molinos.

Tras este último, caminamos por un valle sin caminos definidos, llegamos a una fuente con un largo bebedero y luego tenemos que cruzar por un paso en la alambrada. Conectamos con el camino de Argañin, hasta desviarnos hacia una zona de huertas.

Unos metros más adelante entramos en una pista que nos lleva directamente al pueblo y luego, entre calles terminamos la ruta en la plaza, junto a la iglesia.