CL ZA Sayago Moralina Ribera por el arroyo Moralina

CL ZA Sayago Moralina Ribera por el arroyo Moralina

La ruta, de 8,5 km y nulo desnivel, se inicia en el la plaza de Moralina junto a la iglesia y la casa consistorial. Nos sorprende lo bien cuidado que se encuentra el pueblo. Han realizado un esfuerzo por recuperar elementos patrimoniales e informar de los mismos con cartelería. Señalar que gran parte de Moralina pertenece al Parque Natural de Arribes del Duero.

La iglesia parroquial de San Miguel, de origen románico S XII - XIII, destaca por la cuidada fábrica de sillería de piedra. Sobresale la sobriedad y solidez de su campanario, rematado en forma triangular.

De la época románica encontramos un alero con once canecillos de nacela, y en la nave se ven algunos restos del paramento original en el segundo y tercer tramos del lado norte. En el interior hay restos de un arco, aunque la iglesia ha sufrido grandes transformaciones.

En su interior se aprecian componentes arquitectónicos de diferente épocas, siendo las románicas las más antiguas, como los dos grandes arcos fajones de la nave, simple el uno y doblado el otro. En el siglo XVIII se alargó la cabecera, dejando espacio a otra capilla mayor y un nuevo arco para acceder a ella. A la izquierda, colgado de un muro, se encuentra la figura del Cristo de la Veiga de estilo románico, Es una talla de madera policromada de tamaño natural. Representa a Cristo muerto en la Cruz, con el costillar muy marcado, geométrico y simétrico. con una talla erguida del Redentor ya fallecido.

Junto a la iglesia la tradicional morera, que en los pueblos de Sayago desde tiempos muy antiguos se plantaba junto a la iglesia, transformándose en punto de reunión de la comunidad para resolver asuntos que les afectaban.

Muy cerca nos encontramos con una bonita noria que ha sido recuperada y colocada al inicio de esta ruta. Desde la noria surge el camino de Requejo que pronto se transforma en pista muy bien preparada y por la que pueden circular vehículos.

Tras recorrer 1,5 km la pista confluye con el arroyo Moralina, a la altura del puente de las Cabezas. Continuaremos en paralelo al río, pasando junto a otro pontón de lajas, hasta llegar al puente Molino Bailador.

Unos paneles nos explican las características de estos caminos y de los puentes tradicionales sayagueses

En el puente conectamos con el GR 14 en la etapa que desde Moral se dirige hacia Villadepera. A partir de este punto comienza la parte más espectacular y bella del recorrido. La ribera flanqueada de fresnos y quejigos, que introducen variedad al paisaje de encinas, discurre entre berrocales entre los que podemos intuir los restos de numerosos molinos.

El arroyo se encuentra completamente seco, debido a la sequia de los últimos meses, pero las lluvias de esta semana nos permiten contemplar como en los laterales la hierba reverce.

Son numerosos los molinos en Sayago, se construían junto a los arroyos y riveras para aprovechar la energía del agua y para moler el cereal. El uso era intenso, debido a la estacionalidad de las riveras, trabajaban día y noche. Junto a algunos molinos se construyeron presas, para mantener el agua durante más tiempo.

En el interior de molinos se encontraban la tolva, donde se deposita el grano, un canal por donde cae el cereal hasta el centro de la muela de arriba y la muela, la de abajo, que permanece quieta. La harina caía a un costal o a una concavidad de piedra.

Esta parte del recorrido que se inicia en el puente del Molino Bailador y concluye en el puente de Zamora en un recorrido de algo más de 2 km, se encuentra señalizado con balizas del GR 14 “La senda del Duero” y avanza, a veces por un camino no muy marcado, en paralelo al arroyo Moralina.

Las ruinas de molinos que nos encontramos de trecho en trecho son un indicador de la activad que se desarrolló en las márgenes del arroyo hasta la aparición de los primeros molinos eléctricos en Sayago.

Una vez cruzado el puente de Zamora continuamos un corto trecho en dirección a Villadepera por una pista que no reviste gran interés.

Es posible continuar siguiendo el arroyo en dirección a la desembocadura en el Duero, auque según parece el camino es algo complicado. Dejamos esa ruta para otra ocasión e iniciamo el regreso, primero al puente y luego tomamos el camino viejo de Zamora que entre campos de cultivos y viñas nos lleva hasta el puente del molino Bailador.

Desde este punto solo resta llegar al pueblo por la pista de Requejo.