COGOLLO DESDE SOTO DE LORÍO AVENTURASLYA

Nos desplazamos en esta ocasión a tierras de Laviana. El objetivo, el pico Cogollo. Sale una ruta con un final un tanto complicado, por la abundancia de maleza en algún tramo del recorrido.
A continuación os hacemos una breve descripción que acompañamos de algunas fotografías.
Desde el pueblo de Soto de Lorío, cogemos una pista muy llevadera que nos permite ir cogiendo de altura de una manera muy llevadera. Así recorremos unos 4 kilómetros donde superamos 445 metros de desnivel positivo. El entorno que nos rodea lo forman bosques en la zona media y alta y prados en los alrededores. Llegamos a un collado con vistas a Peña Mea, que bien se pudiese llamar el Navalín por los mapas que tenemos. Todo este trazado es común con la ruta PR AS 53 Ruta Raigosu. Nosotros aquí la abandonamos. Cogemos en una calzada en dirección sur, que nos lleva a un bosque de hayas. El terreno se complica, pues los caminos apenas son evidentes. Pero seguimos adelante, buscando las mejores zonas. En el Collado Robiella, pasamos a terrenos de Sobrescobio. Zona más cómoda, pero que dura poco. Volvemos a internarnos en otro bosque, en el que hay que sortear restos de madera por todos los lados. Salimos sobre la Majada de Cogollu, donde damos vista al techo de este concejo; el Retriñón. Perdemos un poco de altura, para continuar a la derecha por una cómoda calzada herbosa. Desde la siguiente collada, acometemos el tramo final de la subida al pico Cogollo, techo de la jornada. Los 360 nos regalan una visual de zonas conocidas, desde la Xamoca al Estorbín. Tras el Tiatordos, asoma tímidamente el Cornión.
El descenso hasta Robiella, lo hacemos por el mismo terreno que usamos en la subida. Desde ahí, continuamos por terreno de Sobrescobio. Recorremos una senda de ladera que nos lleva a pasar por diferentes majadas. En un momento dado, llegamos a un camino estrecho con restos de hormigón. Hemos oído que se trata de una canalización que va a la presa de Tanes.
Sobre este trazado, las marcas blancas y amarillas van hacia abajo, a Villamorey. Se corresponden al trazado del PR AS 121 que va de este pueblo a la sierra del Crespón, que es de dónde venimos nosotros. Continuamos de frente por la canalización, pero llega a una caseta y el camino desaparece. Volvemos sobre nuestro rastro hasta el punto donde desciende el PR. Sabemos que este no nos vale, pues Soto de Lorío queda al otro lado del Crespón en dirección Oeste. Acometemos la empinada subida hacia el Fueyo, con varios puntos donde estamos obligados a usar las manos sobre terreno expuesto. Llegamos al alto del cordal, límite con Laviana. Allí desaparece todo rastro de presencia humana. Nos ponemos en modo “jabalí “y solo pensando en la supervivencia, atravesamos durante más de dos horas bosques tupidos, zarzales y helechales que nos tapan por completo. Ni fotos sacamos. Lo primero es lo primero. Allí no hay nada que rascar. Bueno si, los rasponazos y cortes de las zarzas; lo único. Os aconsejamos no meteros en este fregado; para qué? Es más viable la opción de retroceder sobre el mismo camino o bajar a Villamorey. Salimos casi al anochecer a una pista y enlazamos con nuestra ruta de ascenso. Al final estábamos satisfechos de haber salido de aquella maraña.
El objetivo, el pico Cogollo estaba cumplido.
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