Colada de Zuheros a Priego-Vereda Marchaniega-Las Buitreras
near Zagrilla, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Hoy, día de Reyes, me he regalado una ruta por los bonitos paisajes y soledades de las Sierras Subbéticas, entre Carcabuey y Luque.
Para llegar al punto de inicio, hay que tomar la antigua carretera CP-131 Luque-Carcabuey en el pk 16 de la A-339, en el cruce con la CO-7209 (que lleva a Carcabuey). La CP-131 es un camino sin asfaltar, convertido en el sendero PR-A 62 Las Buitreras; recorridos poco más de 4 kilómetros, se puede aparcar en un ensanche del camino frente a la cara sur del cerro Abuchite (su vértice geodésico es el punto más alto del término municipal de Luque) y frente al carril del cortijo Monte de los Leones.
Aquí tenemos un panel informativo sobre el buitre leonado; en esta parte del Abuchite (conocida como las Buitreras) se encuentra la mayor colonia de buitre leonado del parque natural y por ende de la provincia. A continuación, sigo por el carril que sube a la izquierda, junto al arroyo del Valle, y aproximadamente en un kilómetro lo dejo por mi derecha para seguir por el olivar. Me acerco de nuevo al arroyo, ahora a mi derecha, y subo junto a una alambrada que luego atravieso por una cancela que puede abrirse. Pasada ésta, sigo subiendo hacia la derecha para introducirme en una pedregosa y frondosa cañada (la de la Cuesta del Espino). A mi derecha, sigue la alambrada, y , aunque hay algún punto por donde se puede cruzar al otro lado del vallado, yo continué a la izquierda del mismo hasta que la alambrada gira a la izquierda y llega a la pared rocosa. Afortunadamente deja un pequeño hueco entre ella y la roca por donde pasar (ventajas de no ser muy grande).
Sigo ahora por la Colada de Zuheros a Priego, vía pecuaria por la que llegaremos a la Fuente del Espino, tras pasar por varias cancelas que, como tiene que ser, pueden abrirse (y deben dejarse cerradas!), aunque tengo que decir que innecesariamente pasé bajo la alambrada junto al arroyo (mejor seguir a la izquierda de la misma hasta la cancela que hay poco después de pasar una encina de buen porte). A la izquierda tenemos el cerro del Charcón y los Cerrillos Altiveros, con abundancia de majanos (hechos con piedras amontonadas, para despejar el terreno a sembrar), rediles y alguna choza, que se ocupaba en época de labores agrícolas.
Pasada la Fuente del Espino, sigo por la Vereda de Marchaniega, otra vía pecuaria, desde la que tenemos una buena panorámica de Luque, que tras atravesar el Cortijo de la Osa, conecta con el sendero de Las Buitreras. Continúo por la antigua CP-131, en dirección a Carcabuey. Quedan unos 6 kilómetros de pista hasta el inicio de la ruta (llaneando o en descenso la mayor parte del tiempo), que nos permiten disfrutar de excelentes vistas de las Sierras Subbéticas: Albayate, Gallinera, los Pollos, Horconera...
Antes de finalizar el recorrido, bajo las Buitreras, puedo observar varios buitres, que con sus más de dos metros y medio de envergadura aprovechan las corrientes de aire cálido para planear. Sus poblaciones se vieron diezmadas a mediados del siglo pasado (sobre todo por el uso de venenos), pero, afortunadamente, se fueron recuperando (lentamente eso sí) para que podamos disfrutar de su majestuoso vuelo. Muy recomendable el llevar unos prismáticos.
Para llegar al punto de inicio, hay que tomar la antigua carretera CP-131 Luque-Carcabuey en el pk 16 de la A-339, en el cruce con la CO-7209 (que lleva a Carcabuey). La CP-131 es un camino sin asfaltar, convertido en el sendero PR-A 62 Las Buitreras; recorridos poco más de 4 kilómetros, se puede aparcar en un ensanche del camino frente a la cara sur del cerro Abuchite (su vértice geodésico es el punto más alto del término municipal de Luque) y frente al carril del cortijo Monte de los Leones.
Aquí tenemos un panel informativo sobre el buitre leonado; en esta parte del Abuchite (conocida como las Buitreras) se encuentra la mayor colonia de buitre leonado del parque natural y por ende de la provincia. A continuación, sigo por el carril que sube a la izquierda, junto al arroyo del Valle, y aproximadamente en un kilómetro lo dejo por mi derecha para seguir por el olivar. Me acerco de nuevo al arroyo, ahora a mi derecha, y subo junto a una alambrada que luego atravieso por una cancela que puede abrirse. Pasada ésta, sigo subiendo hacia la derecha para introducirme en una pedregosa y frondosa cañada (la de la Cuesta del Espino). A mi derecha, sigue la alambrada, y , aunque hay algún punto por donde se puede cruzar al otro lado del vallado, yo continué a la izquierda del mismo hasta que la alambrada gira a la izquierda y llega a la pared rocosa. Afortunadamente deja un pequeño hueco entre ella y la roca por donde pasar (ventajas de no ser muy grande).
Sigo ahora por la Colada de Zuheros a Priego, vía pecuaria por la que llegaremos a la Fuente del Espino, tras pasar por varias cancelas que, como tiene que ser, pueden abrirse (y deben dejarse cerradas!), aunque tengo que decir que innecesariamente pasé bajo la alambrada junto al arroyo (mejor seguir a la izquierda de la misma hasta la cancela que hay poco después de pasar una encina de buen porte). A la izquierda tenemos el cerro del Charcón y los Cerrillos Altiveros, con abundancia de majanos (hechos con piedras amontonadas, para despejar el terreno a sembrar), rediles y alguna choza, que se ocupaba en época de labores agrícolas.
Pasada la Fuente del Espino, sigo por la Vereda de Marchaniega, otra vía pecuaria, desde la que tenemos una buena panorámica de Luque, que tras atravesar el Cortijo de la Osa, conecta con el sendero de Las Buitreras. Continúo por la antigua CP-131, en dirección a Carcabuey. Quedan unos 6 kilómetros de pista hasta el inicio de la ruta (llaneando o en descenso la mayor parte del tiempo), que nos permiten disfrutar de excelentes vistas de las Sierras Subbéticas: Albayate, Gallinera, los Pollos, Horconera...
Antes de finalizar el recorrido, bajo las Buitreras, puedo observar varios buitres, que con sus más de dos metros y medio de envergadura aprovechan las corrientes de aire cálido para planear. Sus poblaciones se vieron diezmadas a mediados del siglo pasado (sobre todo por el uso de venenos), pero, afortunadamente, se fueron recuperando (lentamente eso sí) para que podamos disfrutar de su majestuoso vuelo. Muy recomendable el llevar unos prismáticos.
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