Colindres Ruta de las Casonas por 'Colindres de Arriba'

El municipio de Colindres se sitúa en la zona oriental de Cantabria, emplazándose junto a la desembocadura del río Asón. Su territorio, con una superficie es 6´6 km², limita al nordeste con Laredo, al sur con Limpias y Voto, y al oeste con la ría de Limpias o Marrón.

Se extiende de norte a sur formando una franja casi vertical con dos unidades de población claramente delimitadas: Colindres de Arriba o Viejo Colindres, desarrollado en terrenos de calizas arenosas ricas en yesos; y Colindres de Abajo (Nuevo Colindres), asentado sobre depósitos no consolidados de playas, dunas, aluviones fluviales, limos, arenas de estuarios y arcillas kársticas.

Orográficamente el municipio se caracteriza por presentar un modelado suave, que desciende desde las sierras del interior hacia la costa, oscilando la altitud entre los 0-300 metros sobre el nivel del mar, en donde destacan, entre otros, los picos de La Tejera y La Escribana que se alternan con arroyos de pequeño recorrido como el Regato Madre, Edino, San Roque, etc.

Administrativamente, el territorio está articulado en dos entidades poblacionales perfectamente definidas: Colindres de Arriba y Colindres de Abajo.

En el primero se integran los barrios de Puerta, Santolaja, San Juan, San Roque y Peralada, desarrollados en torno al antiguo camino medieval a Casilla.

El nuevo Colindres está formado por un entramado urbano de calles y espacios públicos que tomó forma a finales del siglo XIX, en torno al espacio de La Almeda-Gurugú, y que ha ido creciendo a lo largo del siglo XX a partir del cruce de caminos que supone la intersección de las carreteras CN-634 y CN-629.

En la zona de Colindres conocida como “Colindres de Arriba” se localiza el núcleo urbano original de la villa. Descubriremos aquí gran parte del patrimonio histórico, cultural y medioambiental del municipio. La Ruta de las Casonas discurre por las inmediaciones del Camino Real, que transitaron reyes y nobles, mercaderes de lana y mulateros de trigo, además de viajeros procedentes de Castilla buscando el camino más corto hacia la costa para embarcar sus mercancías con destino a los mercados europeos.
Destacable fue el viaje de Carlos V en 1556, pasando por Colindres, cuando iba de camino a su retiro en el Monasterio de Cuácos de Yuste (Cáceres).
El Camino Real (o Camino de Castilla) se convirtió en lugar de asentamiento de linajes. Por ello, en la Ruta de las Casonas veremos casas que previamente fueron una torre del siglo XV, (o incluso del XIV, en el caso del Palacio del Condestable), y también casonas señoriales de los siglos XVI-XVIII, con impresionantes escudos de armas, pertenecientes a los linajes de Colindres: Hoyo, Mori, Agüero, Alvarado, Puerta, Serna, Bolívar y Gil de la Redonda. Descubriremos el Palacio del Infantado, y la arquitectura eclesiástica expresada en la iglesia de San Juan.
Nos encontraremos también en nuestro itinerario algún ejemplo de vivienda modernista y pintoresquista del siglo XIX, aunque la gran mayoría de edificaciones de esta época se encuentran en “Colindres de Abajo”. Además, desde el punto de vista medioambiental, descubriremos un entorno idílico: bosques, árboles frutales, encinas centenarias, huertas y rincones sorprendentes.

AYUNTAMIENTO DE COLINDRES.
Actúa como cabecera de todo el conjunto de edificios históricos ubicados en torno a La Alameda. El edificio es obra del arquitecto cántabro Gonzalo Bringas y es un claro ejemplo del estilo modernista en su versión franco-belga y secesionista. De su decoración destacan los arcos irregulares de los laterales, las crestas de ola, los círculos netos de las cornisas, las hojas membranosas y las placas geométricas en las esquinas. El primer proyecto presentado para su construcción fue en 1890 por el arquitecto A. de La Escalera y se concibió como un edificio exclusivamente de uso escolar. La ejecución del edificio se realizará en 1909 ajustándose al nuevo proyecto de escuelas presentado por Bringas. Fue financiado, entre otros, por donaciones de colindreses emigrados a Cádiz, México o Nueva York. El edificio constará de dos cuerpos destinados a escuelas y otro a biblioteca pública. Su uso como Consistorio se decide poco antes de su inauguración, momento en el que se añade la segunda planta que sirve de sede al Ayuntamiento. La torre del reloj y el balcón se construirán en 1913.

CRUZ DE MORI.
Cruz reubicada en la calle Puerta. Es probable que corresponda a una de las cruces que señalaban el viacrucis o recorrido de cruces de un camino con diferentes etapas referidas a la vida de Cristo. Reutilizada como crucero cumplían una doble función: cristianizaban los caminos y servían de orientación al caminante señalando el camino principal, el de la izquierda de la cruz. Al pasar junto a ellos el caminante inclinaba la cabeza o se arrodillaba para encomendarse a la protección divina. Debido a este acto de “humillarse” se les conoce como humilladeros. En la actualidad, marca simbólicamente el deslinde entre el barrio de Arriba y la zona de Abajo del municipio. Es una cruz simple de arenisca que apoya directamente sobre un pedestal doble. El primero moderno aísla la cruz de la humedad del suelo. El segundo, contemporáneo de la cruz, es cuadrado y similar a los que encontramos en los alrededores de la iglesia de San Juan.

CASA CACHUPÍN-VILLOTA.
Su construcción se remonta, al menos, a la primera mitad del s. XVII, figurando en el padrón de hidalguía de 1667. Esta cronología coincide con el tipo de construcción de la casa, que se conoce como casona montañesa y que se atribuye al Clásico Montañés. De planta cuadrada, posee un soportal con arquería frontal doble de medio punto y un largo balcón corrido. En la primera planta, las esquinas y los vanos son de sillería, mientras que la segunda planta, que aparece con revoco, seguramente fue construida en mampostería. En la zona de entrada destaca una cruz de término o de protección, situada sobre un pedestal con las armas de la familia Mori, en forma de calavera y tibias cruzadas, en la que reza “cual me ves te verás” y “quien se desvela pensando en la última partida halla en la muerte la vida”. Perteneció a los linajes de Hoyo, Cachupín y Villota, como figura en el escudo de armas de la fachada. Es un escudo español con campo partido, figurando en el cantón derecho las armas de la casa Cachupín y en el izquierdo las de Villota. Debajo el lema de los cachupines: “Primero faltarán lobos y encinas que casas cachupinas”.

CASA DE VALLE.
Situada junto al “Camino Real”, fue construida como una casa-torre en el siglo XV-XVI. A lo largo del tiempo, ha sufrido diferentes reformas, la más significativa la realizada por Gonzalo Bringas a principios del siglo XX. Este arquitecto dotará al inmueble de la monumentalidad que todavía conserva, llevando a cabo su reforma bajo la estética del modernismo francés o “Art Nouveau”. En la reforma se derriba la antigua torre (se conservan elementos aislados en el sótano y en la fachada oeste) y se restauran las dos primeras plantas, conservando la mampostería y la distribución de los vanos. Además, añade una nueva planta, una galería en la cara oeste y balcones columnados con enrejados y escudos en la fachada principal. Algunos de estos elementos desaparecen en la remodelación de finales del s. XX. Destaca en la fachada un escudo de estilo gótico con campo inclinado, de influencia germánica, que representa las armas de los linajes Hoyo, Alvarado y Rozadilla. La casa perteneció a Pedro del Hoyo, secretario Real de Felipe II y entre sus moradores ilustres se encuentra Bárbara Blomberg, madre de Juan de Austria y amante del rey Carlos V.

CASA TORRE DE SANTOLAJA.
Reformada en el s. XIX está adosada a una torre medieval que se sitúa en una esquina como contrafuerte. Construida en mampostería, se localiza en un alto donde cumple perfectamente su función de atalaya sobre el territorio. Este tipo de torres se atribuyen al Gótico tardío (final del s. XII-XV). Su peculiaridad radica en su planta redonda, algo inhabitual en la arquitectura civil de la época, reservándose por lo general a las edificaciones religiosas. La fachada de la casa corresponde a una reconstrucción del s. XIX y es atribuible al período neoclásico. Destaca su simetría, la calidad de la sillería, el balcón doble y la puerta de entrada en arco de medio punto rebajado. Entre los balcones figura un espacio vacío que soportó en su día un escudo de armas. Aunque no conserva el escudo, se sabe que en el siglo XV-XVI la torre pertenecía a la familia Puerta. Este linaje tuvo capilla en la iglesia de San Juan donde aparecen sus armas.

CASA GIL DE LA REDONDA Y VELASCO.
El edificio responde estilísticamente al Barroco montañés, aunque con influencia del estilo clásico vitruviano. Situada junto al Camino Real, destaca por su sólidez, planta rectangular y dos alturas. La primera planta está construida en sillería, mientras que la segunda tiene revoco. Conserva, además, un balcón, así como la puerta de entrada adintelada, fechada en el año 1696, de influencia clasicista. En la fachada principal destacan dos escudos policromados (repintado posterior) que pertenecen a Nicolás Gil de la Redonda y a su mujer Ángela de Velasco y Arce. El apellido Gil de la Redonda lo encontramos en Colindres a mediados del siglo XVI. Está compuesto de un patronímico (hijo de Gil) y un toponímico (de la Redonda), solar situado en un altozano conocido como la Redonda, hoy barrio Puerta. Muchos miembros de este linaje ostentaron cargos en Perú. Otros tantos fueron caballeros de la Orden de Santiago.

PALACIO DEL INFANTADO O CONDESTABLE.
En origen (s. XIV) fue una torre medieval de planta cuadrada a la que en el siglo XVI se añadió un cuerpo central de dos plantas más otra torre, convirtiéndose como se aprecia actualmente en un palacio de dos plantas flanqueado por dos torres de tres cuerpos cada una. Está construido en mampostería excepto las esquinas y los vanos que son de sillería. Arquitectónicamente y dada su cronología se atribuye al estilo Renacentista. En 1401 Juan Sánchez de Oñe y su hijo, Juan de Agüero vendieron la torre original a Juan de Velasco, su precio 1.400 florines de oro del cuño de Aragón. En el siglo XVI la familia Alvarado recuperó la torre y llevó a cabo las ampliaciones, añadiendo varios escudos de armas, uno de estilo francés moderno cuartelado sobre el portón de entrada, un escusón de familia gótico partido, situado en el lateral de una de las torres, y un tercero en chaflán en la esquina de la torre. El edificio, sobresaliente en cuanto a su ejecución y
porte, fue asaltado durante el desembarco francés dirigido por el arzobispo de Burdeos en 1639, dejando el edificio en ruinas. Está incluido en el Inventario General del Patrimonio Cultural de Cantabria.

CASA TORRE DE LOS AGÜERO.
En origen (s. XV) fue una torre medieval cuadrada, cuya puerta original tenía un arco ojival gótico que no se conserva. El aspecto de la torre indica que debió tener más altura y que, posiblemente, fue “desmochada” la parte superior para eliminar su función defensiva. Presenta un característico contrafuerte lateral, revoco en la fachada frontal, mampostería vista en el lateral, y sillería en vanos y esquinas. Además, presenta un edificio de dos plantas adjunto a la torre. Este es de mampostería a excepción de vanos y esquinas que están realizados en sillería. El edificio corresponde al siglo XVII y estilísticamente es atribuible al Clásico Montañés. La construcción en conjunto es muy sencilla, pero posee un espléndido porte hidalgo. Posee dos magníficos escudos, destacando el de la fachada principal que perteneció al linaje Agüero. La casa perteneció a Pedro González de Agüero y a su mujer Juana de Pereda Salazar que fueron asentistas de los Astilleros de Falgote entre 1662-1676.

CASA SERNA.
Edificio en estado de ruina que conserva en pie dos plantas realizadas en mampostería, en donde se aprecian vanos y esquinales en sillería, una puerta adintelada y un pequeño balcón en esquina. De estilo Clásico montañés, conjuga funcionalidad rural e hidalguía. Este apellido tiene su origen en el toponímico “serna" que significa "lugar de tierra de sembradura". Con este nombre se conoce un antiguo barrio de Colindres en el límite con Laredo, en donde probablemente estuviera el solar original de este linaje. En un documento de 1667, referido a la ordenación como Caballero de Calatrava de D. Francisco de la Serna Alvarado, los informantes de la notificación describen la casa de este linaje como sigue: "Fuimos al barrio que llaman La Serna y reconocimos una casa que dijeron ser la originaria de Serna, que es de cal y canto de mampostería, que denota mucha antigüedad y nobleza…". En relación con el linaje Serna encontramos haciendo chaflán en una esquina de la casa un escudo de estilo gótico español, cuartelado, timbrado con cabeza de león y rollos en los flancos, con las armas de las familias Serna, Bolívar, Puerta y Alvarado.

CASA-TORRE EL MAZO.
En origen fue una torre medieval de planta cuadrada y tres alturas, fechada en el siglo XV. El añadido de la vivienda es de época posterior: por sus características, puede datar del siglo XVII. Su construcción está realizada en mampostería, excepto esquinas y vanos que son de sillería. En la planta baja, la puerta de entrada se edificó usando un arco carpanel, habitual en las puertas principales de los edificios renacentistas. La segunda planta posee un magnífico balcón corrido. La vivienda está protegida en un lateral por paravientos e incluye, además, un patio al que se accede por una portalada en arco de medio punto con cubos.
En la fachada principal conserva un magnífico escudo de forma ovalada y timbrado por yelmo, correspondiente al linaje de los Pérez. Conserva, además, un muro con tapiales almenados cuyo fin era enroscar las vides lo que indica la importancia de este cultivo en época medieval y moderna. En esta casa nació José Antonio Pérez García (1726-1814), autor de la "Primera Historia de Chile".

IGLESIA SA JUAN BAUTISTA.
Edificio construido sobre las ruinas del antiguo monasterio medieval de san Jorge y san Juan (s.X-XI), a partir del cual se desarrolla el núcleo de población de Colindres. Del edificio medieval se conserva en el interior una puerta con arco ojival y una pila bautismal. El edificio conservado fue realizado por los canteros de Liendo Juan López, Pedro de Hazas y por el maestro trasmerano Pedro de Nates (s.XVI). La iglesia presenta una sola nave con ábside poligonal, cuatro capillas adosadas de los linajes Mori, Puerta, Castillo y Alvarado, y una sacristia del siglo XVIII. Destacan por su monumentalidad el retablo mayor de estilo Romanista (s. XVII), policromado y dorado, y distribuido en predela, tres cuerpos con cinco calles y ático; y el retablo de Las Ánimas de estilo barroco (s.XVII), realizado en madera de nogal sin policromar. Del exterior señalar los pórticos de entrada con frontones columnados, diversos escudos y un reloj de sol. En las inmediaciones estuvo situado el antiguo hospital de peregrinos (s.XVI) del que apenas se conservan restos.

CASA BOLIVAR-GIL DE LA REDONDA.
Casona del siglo XVII de estilo Clásico montañés, situada en el antiguo barrio de La Redonda. Fue construida por José Bolívar y Ximénez de la Torre y su esposa Josefa Gil de la Redonda, quienes tuvieron dos hijos sobre quienes fundaron mayorazgo en 1672. Los dos hijos fueron religiosos: el padre Antonio Bolívar y de la Redonda fue jesuita en Lima y Pedro de Bolívar fue caballero de Santiago, consultor del Santo Oficio y comisario de la Santa Cruzada. El edificio está realizado en sillería caliza y es de planta cuadrada. Destacan en la fachada dos arcos escarzanos (hoy cerrados), un amplio alero de madera, la simetría de la fachada con aspecto señorial, y dos escudos de magnifica talla. Los escudos están realizados en arenisca, tienen campo redondo y restos de policromía posiblemente de un repintado posterior. El situado a la izquierda con campo redondo cuartelado corresponde al linaje Bolivar-Gil de la Redonda, Torre y Alvarado; el de la derecha con campo partido a las familias Velasco y Arce.

ERMOITA DE SAN ROQUE.
Ermita dedicada a San Roque que originalmente fue conocida como de san Roque y san Blas. Es un pequeño edificio de 40 m² que reproduce las características del estilo Barroco montañés. Está formado por una planta rectangular, tejado a dos aguas y fachada principal con enrejado, además de una pequeña talla del santo. La advocación a san Roque fue muy común a finales de la Edad Media en relación con su supuesta capacidad para proteger de la peste, situando estos elementos de culto en los accesos a las aldeas, en este caso el que conduce a Colindres desde el municipio de Limpias por el antiguo trazado del Camino Real. Documentalmente, la ermita aparece citada en los libros de la iglesia de san Juan Bautista en 1737, como perteneciente a la jurisdicción eclesiástica de San Juan de Colindres. Su estado actual se debe a una importante rehabilitación llevada a cabo a finales de los años setenta del siglo XX, momento en el que se colocó la verja metálica, el muro de piedra y un pequeño campanario. Antes la campana de la ermita colgaba de una rama de la encina centenaria situada en frente y que figura en el Catálogo de Árboles Singulares del municipio.

CASA MORI.
Construida en la 1ª mitad del s. XVI, es una de las casonas más antiguas de Colindres. Se enmarcada en un periodo de transición entre el Gótico tardío y el Clásico montañés. Es una casa de planta cuadrangular, sin solana. La entrada principal se realiza a través de un arco de medio punto situado
en la parte central de la fachada principal. En su construcción se usó mampostería en los muros y sillería en las esquinas y vanos. En la parte central del arco de medio punto destaca un escudo de estilo gótico, con campo cuartelado en punta. Está muy erosionado, pero aún se pueden distinguir elementos, como las armas de la familia Mori. Llama la atención, en su cantón derecho, la figura de un esqueleto con la guadaña en alto. El apellido Mori es uno de los más antiguos de la villa y proviene del barrio de Mori. La existencia de este linaje se conoce desde el s. XV. Hay documentos que señalan que en 1515 Sancho García de Mori manda ser enterrado en la capilla que hizo construir, junto con su hermano, en la
iglesia de San Juan.

CAMINO DE LA MERCED.
Toma su nombre del antiguo Monasterio de la Merced, hoy desaparecido y situado en origen en las inmediaciones de este camino.

CASA DE CULTURA.
Se sitúa en el flanco norte de La Alameda y es una de las edificaciones más destacables del municipio. Se atribuye su diseño al arquitecto cántabro Gonzalo Bringas, quien edifica la casa rodeada de una finca de unos 7.100 m² de acuerdo a la nueva corriente estética del Modernismo austriaco (Secesionismo). La huella secesionista se verá reflejada en la pureza de las líneas, en la sobriedad de los piñones de los tejados, en el vértice achaflanado, así como en los voladizos de madera convexos a modo de ménsulas. En el interior introducirá elementos de inspiración franco-belga, apreciables en la puerta de acceso al sótano y en la barandilla de la escalera con sus anclajes de flores de lis. En el exterior destaca la verja de forja decorada con motivos florales y un entorno ajardinado cuidado -en perfecta armonía con el diseño del edificio-, en el que se mezclan cipreses, fresnos o nogales. Fue declarada Bien de Interés Local en 2011.

CASA DOÑA SERAFINA.
Edificio situado en el flanco este de La Alameda, espacio convertido en el nuevo centro neurálgico del crecimiento y desarrollo urbano de Colindres a finales del siglo XIX. Fue construido para Miguel Bengoechea, alcalde del municipio en diferentes periodos entre 1890-1911. Este la vendió años después a su sobrino Valentín Bustillo, quien dejó la casa a su mujer Serafina en el año 1924 y desde ese instante la vivienda adquirió el nombre que aún conserva. Casa Doña Serafina es un excelente ejemplo de la casa-cubo desarrollada durante el Neoclasicismo tardío del siglo XIX. Destaca la cubicidad del edificio, las superficies planas donde tan sólo resaltan vanos y pequeños balcones con rejería, la simetría utilizada en la ordenación de las fachadas y la presencia de molduras geométricas utilizadas como elementos decorativos. El jardín conserva un ejemplar de Secuoya gigante de unos 20 metros de altura, catalogado como árbol singular de Colindres. Actualmente alberga diversos servicios públicos dependientes del Ayuntamiento como la Agencia de Desarrollo Local, el Juzgado de Paz o los Servicios Sociales.

KIOSKO DE MÚSICA.
Integrado en el espacio de La Alameda es uno de los elementos arquitectónicos más singulares de Colindres. El proyecto fue concebido en 1914 e inaugurado en julio de 1923. La financiación fue asumida por Heliodoro A. Fernández, vecino indiano al que se le reconoce como bienhechor del municipio. El Kiosco responde a un tipo de mobiliario urbano muy característico en las plazas y jardines de finales del siglo XIX y principios del XX. Fue ideado con un cuerpo octogonal 2 de 50m decorado con motivos neo-mudéjares y un balaustre de hierro con decoración geométrica. En época reciente, se le dotó de una cubierta de pizarra negra. Destaca la minuciosa decoración plasmada en el cuerpo octogonal, recubierto con cerámica vidriada, que imita los alicatados nazaríes realizados según la técnica de la “cuerda seca”. Asimismo, destacan las dos bandas de azulejos cerámicos con escenas extraídas de los once primeros capítulos de El Quijote, realizadas en base a los dibujos del artista sevillano José Jiménez Aranda y producidos en la fábrica de cerámica de la Cartuja de Santa María de las Cuevas en Sevilla.


AVISO: La ruta descrita así como el track y waypoints los he descargado de mi GPS después de hacerla personalmente. Aún así, debéis de considerarlos meramente orientativos. Los tracks no marcan siempre el itinerario exacto, por tanto pueden contener errores, esto es debido a que durante la grabación por GPS la recepción de los satélites puede ser débil especialmente en zonas de barrancos, desfiladeros profundos, zonas de bosque espeso, etc. Queda a la responsabilidad de quien las realice, las medidas de seguridad apropiadas para cada dificultad, que dependerán de las CONDICIONES climatológicas, así como la preparación tanto técnica como física del que las realice.
Siempre recomiendo ir acompañado al monte, dejando aviso a un conocido o familiar de nuestro itinerario y tiempos previstos, llevar el teléfono con carga suficiente, agua, comida y abrigo adecuado a la época y recorrido a realizar.
Deja todo como estaba o mejor para que todos podamos seguir disfrutándolo y que las únicas huellas de tu paso sean las de tus botas.