Coll d'Espinau - Balma de la Tossa - Tossa d'Espinau (100 Cims FEEC) - Pedró de Montosa - Roure dels Capellans - Lliurona

Antes de entrar en profundidad con la descripción de la ruta, creo que es necesario aclarar algunos aspectos, está claro que ésta no es la mejor ruta para alguien que se inicie en el senderismo, la Alta Garrotxa nos ofrece unos paisajes maravillosos, pero no son gratis, los senderos no son claros, sino que se intuyen, incluso cuando seguimos las marcas amarillas de Itinerannia tenemos que ir mirando por donde continuar porque los caminos se confunden con la vegetación que es muy abundante, en bastantes ocasiones tuvimos dudas, incluso cuando en el mapa del GPS marca caminos claros, la realidad es que hay que buscarse la vida para poder continuar la marcha.
De todas formas es una ruta muy completa y satisfactoria con multitud de elementos interesantes, y lo cierto es que acabé bastante cansado, pero muy satisfecho de haber completado esta gran ruta que transcurre por la Alta Garrotxa, entre las dos preciosas comarcas del Alt Empordà y de la Garrotxa.
Comenzamos a caminar en el Collet d’Espinau, al cual se llega en coche por una pista asfaltada desde el bonito pueblo de Beuda, la pista asfaltada está en buenas condiciones, solamente en los tres últimos kilómetros la pista alterna asfalto con pista de tierra, pero en general cualquier coche yendo tranquilos no tendría ningún problema, realmente la pista te va adentrando en medio de estas grandes montañas, es un trayecto muy interesante hasta llegar al Collet d’Espinau.
Nada más empezar a caminar y después de un pequeño tramo de pista nos adentramos en estos bosques y las rampas iniciales ya son tremendas, no nos lo esperábamos, seguiremos en todo momento los hitos, serán importantísimos en toda la ruta, dudamos en un par de ocasiones pero como ya decía, los hitos nos llevarán hasta la impresionante Balma de la Tossa, unas cavidades situadas debajo de las enormes paredes de la Tossa d’Espinau, es un comienzo de ruta muy cañero, ya nos avisa de cómo será la ruta.
Pasada la Balma de la Tossa, seguiremos subiendo hasta el punto de ida y vuelta a la cima de la Tossa d’Espinau, en pocos metros estamos en la cima, nuestro gran objetivo del día, solamente llevamos 1,4 Kilómetros pero han sido muy intensos, tenemos la impresión de que llevamos muchos más.
Las vistas desde de la Tossa d’Espinau son impresionantes, lamentablemente hoy la calima no nos deja ver muy lejos, pero el impresionante Bassegoda por una parte, y la Mare de Deu del Mont por el otro presiden el paisaje de esta cima, no hemos podido apreciar las cimas del pirineo que desde aquí se llegan a ver, una lástima, aún así es una cima preciosa.
Continuamos la ruta ya que aún nos queda mucho camino, deshacemos nuestros pasos hasta el punto de ida y vuelta de la cima y seguimos adelante por la Serra de les Corones, siguiendo los hitos, el sendero a veces está claro y a veces no tanto.
Llegamos al Pla del Vi, un mirador espectacular donde tendremos las mejores perspectivas de El Mont y su maravillosa iglesia de la Mare de Deu del Mont.
Poco más adelante ya nos encontramos con las primeras señales de Itinerannia, esas señales amarillas que tantas veces hemos seguido, y que dejaremos momentáneamente para ir por en medio del bosque, sin sendero evidente, y como no, una vez más siguiendo los hitos, para llegar hasta el Pedró de Montosa, una cima muy bonita que me ha recordado mucho al Montmajor, una cima de la Garrotxa que también forma parte del Repte dels 100 Cims, la cima del Pedró de Montosa tiene una cruz en memoria de los pastores de la zona, algo que me ha gustado.
Regresamos de nuevo a las señales de Itinerannia y comenzamos a bajar por una fageda (hayedo) espectacular, una bajada pronunciada y no te creas que las señales abundan, hay que ir atentos.
Después de bajar por este sendero inclinado llegamos a un tramo de pista más ancha y pasamos junto al Roure dels Capellans, según el panel informativo, el roble con más diámetro de Catalunya, es un árbol precioso y muy impresionante, poco después llegamos a la Font del Bac, con un agua muy fresca y muy buena (sin garantía sanitaria, cada uno que la pruebe bajo su responsabilidad, yo le eché un buen trago), y poco más adelante pasamos junto a otro roble centenario, el Roure de la Font del Bac casi igual de impresionante que el anterior, una maravilla.
Ahora seguiremos por pista asfaltada y pasaremos por al Coll de les Canals del Carig y el Coll de la Creu, en uno de los pocos espacios abiertos de la ruta, unos paisajes remotos y muy solitarios, está siendo una ruta muy interesante.
Comenzamos a ver ciervos relativamente cerca, y es algo que no estamos muy acostumbrados, no nos lo esperábamos para nada, este tramo es de los más claros hasta llegar a Lliurona, un pueblo abandonado que hace unos treinta años fue recuperado y hoy en día está habitado por personas que viven aquí de otra forma muy distinta a las ciudades, sin agua corriente, sin luz (con placas solares) y llevan una vida que han elegido vivir de esta forma, la verdad es que se veía mucha vida en Lliurona, nos sorprendió mucho este lugar, era extraño pero acogedor, todo muy raro para nosotros, no estamos acostumbrados a estos lugares.
Seguimos la marcha bajando y buscando las señales amarillas, bastante escasas después de Lliurona, pero que vamos encontrando con la ayuda del GPS, nos metemos de nuevo en el bosque y llegamos a un mirador que no se ve, pero que en la ruta que llevábamos nos indicaba que allí estaba, y efectivamente, buscando cerca del sendero allí estaba, un mirador muy espectacular, muy impresionante.
Poco después del mirador llegamos a la Collada dels Trulls, donde comenzamos a bajar de nuevo pasando por el Pla de les Guixoles y els Trulls, unas ruinas de antiguas casas, seguiremos bajando siempre buscando las marcas amarillas y llegamos a la Font de la Clau, una fuente muy bonita que hoy no lleva mucha agua, aún así es un rincón muy solitario y especial.
Poco después de la Font de la Clau hay un pequeño repecho que rápidamente baja hasta Can Bosch, hasta más de mediados del S.XX, el camino de Can Bosch era el que se utilizaba para llegar hasta Lliurona.
Desde Can Bosch comenzaremos una subida que en unos 2,5 kilómetros subiremos unos 300 metros de desnivel positivos, así que guardad fuerzas para el final, las vais a necesitar.
Llegamos de nuevo al Coll d’Espinau terminando así esta intensa ruta que nos ha hecho conocer algo más esta comarca tan llena de historia y de vida, una ruta muy intensa que si decidís seguir no os va a defraudar, eso si, os va a hacer sudar, hemos disfrutado mucho.