Collado de Fuente Bermejo-Nava de Paulo-Arroyo de Valdeazorillos-Laguna de Valdeazores-Loma de Enmedio

Otra ruta excepcional por lo más profundo y escondido del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas, siguiendo antiguos caminos casi perdidos por preciosos y solitarios parajes, con algunos tramos campo a través y un largo trecho por la cordal de la Loma de Enmedio. La ruta no es larga pero sí intensa, y la orientación no es fácil en algunos puntos donde el camino se pierde y la vegetación nos impide ver referencia alguna –el track puede ayudar, pero no podemos depender solo de él, hay que conocer el terreno–.

Para llegar al Collado de Fuente Bermejo –inicio de la ruta–, hay que seguir la carretera forestal JF-7091 durante unos 25 km, la mayor parte de ellos terrizos y muy bacheados que se hacen largos en un turismo, aunque se llega bien.

Desde allí parte una pista cerrada con una barrera por la que solo pueden circular coches autorizados –la guardería del parque y las empresas de turismo activo, básicamente–, que se dirige a la Laguna de Valdeazores. Por ella comenzamos a andar, pero a unos doscientos metros, en la primera curva cerrada, la abandonamos para buscar la subida al Collado de Cerro Bermejo.


Empezando a subir al Collado de Cerro Bermejo

Al principio vamos campo a través, pero pronto encontramos una antigua pista que nos sube por el pinar de salgareños hasta el collado. La temperatura es buena a esta hora pero el día apunta a que subirá más de lo que desearíamos.


Subiendo al Collado de Cerro Bermejo

Por el collado pasa la cuerda de la Loma de Enmedio –de la que forma parte– marcada, como es habitual en estas sierras, por majanos pareados a los que nosotros llamamos puertas.


Collado de Cerro Bermejo

Ahora comenzamos a bajar por la otra vertiente –este– hacia la Nava de Paulo –o de Pablo, que de las dos formas se conoce–. Hay camino, pero por algunos sitios está muy desdibujado y tenemos que llevar los ojos bien abiertos si no queremos perderlo.


Bajando a la Nava de Paulo

Desde el camino divisamos ya la pared que queda en pie de lo que fue una preciosa casa forestal. Pasamos primero por la Fuente de la Nava de Paulo , de la que mana apenas un hilillo de agua, pero con paciencia se puede llenar una botella, y está muy fresca y rica. Allí paramos un rato –el paraje, sin duda, lo merece–.


Fuente de la Nava de Paulo

Luego nos acercamos a ver lo que queda de la casa forestal: apenas una pared que cualquier día se vendrá abajo con el viento. En estas sierras existía una inmensa red de ellas para la explotación de los bosques. Eran edificios muy bien construidos, de piedra, con dos plantas para el alojamiento de los guardas e ingenieros forestales y el almacén de aperos y materiales. Hoy día están casi todas completamente arruinadas, es un enorme patrimonio que se ha perdido por la desidia y el desinterés de los responsables correspondientes a lo largo de los años.


Casa Forestal de la Nava de Paulo

De la nava propiamente dicha tampoco queda mucho, ha sido tomada por el pinar en su mayor parte. Estos claros en el bosque se usaban antiguamente para el cultivo de cereal y el pasto de los animales, por lo que eran vitales para sus habitantes. Hoy día es frecuente ver en ellos manadas de gamos, ciervos, muflones o monteses pastando –si se va en silencio, claro–.


Nava de Paulo

Seguimos la pista que se dirige por el pinar de pinos resineros al Collado de la Nava de Paulo en suave ascenso. Esta pista –muy poco transitada– sale de la carretera forestal JF-7091, en el Collado de la Zarca, junto al Pino Félix Rodríguez de la Fuente, pasa por la casa y muere en el Collado de la Nava de Paulo.


Pista Forestal de la Nava de Paulo

Como era de esperar, en el collado encontramos otra puerta que marca la cuerda, pero nosotros empezamos a bajar por la izquierda en busca del Arroyo de Valdeazorillos.


Collado de la Nava de Paulo

Los primeros tramos de bajada, por la cabecera del barranco, son muy empinados y con mucho matorral, no hay sendero claro, solo algunas trazas de veredillas de animales que nos guían entre la maleza, pero un poco más abajo vamos encontrando tramos de antiguas pistas o bancales algo más abiertos.


Cabecera del Arroyo de Valdeazorillos

Más abajo la pendiente se suaviza y pasamos por una bonita nava un poco por encima del arroyo por donde se baja bastante bien.


Nava junto al Arroyo de Valdeazorillos

Cuando nos acercamos al arroyo la vegetación se espesa, con espinos, zarzas, agracejos y escaramujos entre otras plantas espinosas, y por algunos tramos se encajona bastante obligándonos a cruzarlo en muchas ocasiones buscando la mejor vía, lo cual hace el camino muy entretenido. En esta época que el arroyo no lleva mucha agua, no es difícil cruzarlo saltando por las piedras, si fuera más crecido podría suponer un problema.


Arroyo de Valdeazorillos

Por fin divisamos la laguna entre la espesura, está bastante baja –era de esperar en este año tan seco–, con amplias zonas invadidas por el cañaveral.


Laguna de Valdeazores

Subimos a la pista forestal –la misma que sale del Collado de Fuente Bermejo– y la seguimos un poco en dirección a la laguna para comer en su ribera. Por aquí sí encontramos gente que vienen por la pista tanto desde el Collado de Fuente Bermejo como desde la piscifactoría remontando el Borosa.


Laguna de Valdeazores

Para el regreso tenemos varias alternativas, lo más fácil –claro– es seguir la pista de vuelta hasta el collado, un bonito paseo remontando el Arroyo de Valdeazores por bucólicos parajes, pero la pista es bastante anodina. Otra opción sería continuar hasta el embalse de los Órganos y bajar por el sendero del Borosa hasta la Piscifactoría, pero la ruta sería lineal y tendríamos que haber previsto alguna forma de volver hasta los coches. Nosotros decidimos volver por la cuerda de la Loma de Enmedio hasta el Collado de Cerro Bermejo y de allí bajar hasta el inicio por el mismo camino de la mañana. Así que tras disfrutar del almuerzo comenzamos a subir por la cordal siguiendo las puertas.


Loma de Enmedio

El primer tramo de la subida es muy empinado, y con el estómago lleno y el calor que aprieta en estas horas centrales, las piernas se aflojan y tenemos que ir con calma, zigzagueando un poco para aliviar la pendiente. Más arriba la inclinación va cediendo un poco y la sombra de los majestuosos laricios amortiguan la calor.


Loma de Enmedio

En la parte alta aflora la roca, nosotros vamos siempre por la cordal cimera, atravesando las puertas –al menos treinta calculo yo hasta el Collado del Cerro Bermejo–, aunque algún risco hay que treparlo por el lado.


Risco en la Loma de Enmedio

A medida que ganamos altura las vistas van siendo espectaculares hacia el norte con el Banderillas y el Picón del Haza, y al este con los Campos de Hernán Perea y el macizo del Empanadas.


Cuerda de las Banderillas desde la Loma de Enmedio

El Cerro Bermejo (1796) es la cota máxima que alcanzaremos hoy, aunque la loma aún sigue hasta el Cerro de Enmedio (1808), unos metros más altos. La cumbre del Bermejo es una bella meseta con dos cotas de igual altitud


Cumbre del Cerro Bermejo

Desde aquí ya tenemos vistas hacia el sur del Cabañas, el Picón del Guante y el Aguilón del Loco, pero Sierra Nevada queda tapada por el Cerro de En medio.


Cabañas, Picón del Guante y Aguilón del Loco desde la cumbre del Cerro Bermejo

Bajamos al Collado del Cerro Bermejo para cerrar el círculo, desde aquí el camino coincide con el de esta mañana, aunque el tramo final lo hacemos un poco más directo, y la vista es diferente, claro.


Bajando al Collado del Cerro Bermejo