Collado de Gete (La trashumancia en Cármenes)

Subir hasta el Collado de Gete es volver un poco al pasado. A aquellos tiempos en que las brañas de hierba y las laderas del valle de Gete se llenaban de cientos de ovejas y cabras en busca de sus verdes pastos aún en medio de los rigores del verano.
Subían pastores, rebaños y mayorales y allí pasaban las semanas hasta que las condiciones de los campos de sus tierras de origen lo permitían.
Dormían en chozos los que allí les tocaba estar mientras que el resto descendía al pueblo.
Hasta hace poco aún persistía uno de aquellos chozos. Desgraciadamente sólo quedan los restos.
La falta de pastores y rebaños han llevado aquellos lugares al abandono siendo únicamente aprovechados por algún que otro rebaño de vacas.
A pesar de no ser ya práctica habitual la Trashumancia aún hay algún rebaño que puntualmente sube todos los años a mediados de julio hasta las campas.
Vienen desde las tierras del Condado al norte de León capital.
Estamos hablando de 2021

De todos modos el paisaje sigue siendo muy bonito con la Sierra de la Arena y el Salgueirón a la izquierda y las peñas de Gete ( Peña Grande, Machamedio y Machacado Fontún) a la derecha cerrando el valle. Al fondo el Collado de Gete del que se pueden divisar los montes de Luna, de la zona de Casares y al fondo los de Asturias con el Branillín entre otros.

El camino es sencillo y consiste en subir sin descanso los más de 500 metros de desnivel.
Hay un punto del trayecto, sin embargo, que tiene cierto riesgo. A mitad de camino suele haber un rebaño de vacas guardado por unos mastines que se ponen bastante agresivos.
Normalmente, si seguimos nuestro camino sin hacerles caso ni correr acaban por desistir de los ladridos y amenazas.
Nosotros, para evitar problemas, al bajar decidimos sortear ese punto atajando por el monte fuera del camino.