Collado del Ramal, Refugio Layón, Cañada del Ramal - Sierra de los Filabres

Fecha de realización: 07/08/2017

Ruta de pequeño recorrido por las proximidades del collado Ramal y el Cerro Layón, en su mayor parte en el término municipal de Bacares y una pequeña parte en el de Bayarque. Se trata de una ruta fácil, con un desnivel a superar muy asequible y tan sólo un pequeño tramo de cortafuegos en el que el ascenso será algo más duro pero para nada difícil. Oscilaremos entre los 1.690 y los 1.840 msnm y la vegetación predominante será el pinar de repoblación combinado con amplios tramos sin cubierta arbórea donde abundarán los matorrales espinosos y almohadillados. La mayor parte del recorrido se hará por pista y un breve tramo por cortafuegos.

Partimos de las proximidades del Collado Ramal, junto a la carretera que une Bacares con este. A escasos 100 metros del cruce, hay una salida a la izquierda que inicia una pista forestal con la señalización “Refugio- Vivac Layón”, este será el punto de partida. Desde aquí comenzamos la marcha cuesta arriba por esta pista. Todo este tramo está flanqueada por los omnipresentes pinos de repoblación por lo que es posible aprovechar su sombra si no son las horas centrales del día. Las vistas de la Tetica, las Hoyas y buena parte de la cuerda de los Filabres serán continuas.

Transcurridos 1,7 km dejamos a nuestra derecha el cortafuegos por el que es posible comenzar el ascenso hasta la cumbre de Layón (por su ladera más occidental) y apenas 100 metros más adelante, a la izquierda, encontramos una pequeña pista, esta secundaria y con aspecto de poco uso, que conduce ya en escasos metros al refugio del Layón. Una vez en el mismo, damos cuenta de sus instalaciones y si bien su aspecto exterior aparenta un grave deterioro, el interior se encuentra muy bien conservado y limpio, cosa digna de elogio sobre todo si se compara con otros.

Bordeamos el refugio y seguimos subiendo por esa pista entre el pinar y pasamos a escasos metros de la cumbre del Cerro del Pocico, dejándola a nuestra izquierda. En esta ocasión no subimos a la misma y lo dejamos para otra ocasión, sin embargo a pocos metros llegamos a un cortafuegos desde el que las vistas han de ser muy similares a las que se observan desde el Pocico. Así, es posible ver toda la zona de las Menas, el Calar del Gallinero o de la Sierra de Baza, en la que se aprecia que está cayendo una tormenta.

Ahora sí, tras finalizar la pista, empezamos a caminar por este cortafuegos, primero en leve descenso y después ascenso para posteriormente girar 90 grados a la derecha a un nuevo cortafuegos, en el que se nota que se ha repasado con máquinas recientemente, en un descenso más pronunciado. Atravesamos el barranco de la Cañada del Ramal y comenzamos un ascenso algo más pronunciado siguiendo este mismo cortafuegos pero tan sólo durante unos 200 metros.

De esta forma llegamos a la pista que es continuación de la que cogimos inicialmente y giramos a nuestra izquierda. Sin embargo, será para abandonarla nuevamente en escasos metros y coger una nueva a la derecha.

Esta nueva pista, que se aprecia con bastante poco uso e invadida por la vegetación, se debió de hacer en los años de la repoblación forestal y después poco se habrá utilizado. La misma va bordeando la Cañada del Ramal para volver posteriormente a un lugar muy cercano a donde la hemos iniciado, tras completar un circuito de unos 3,2 km. Al principio nos dará vistas al barranco del Pozo de la Nieve y después al barranco del Layón y al cerro del mismo nombre. Desde aquí se aprecia imponenente, con unas vistas distintas de las habituales desde el Valle del Almanzora o desde Bacares. Aproximadamente a la mitad de este tramo de pista notamos que se acercaba una tormenta por lo que aligeramos la marcha y de aquí en adelante ya no hice fotos. En esta segunda mitad del tramo apreciamos un pequeño bosquete de pinos muy jóvenes que debieron ser plantados hace escasos años.

Terminado dicho tramo volvemos a la pista principal y cogemos la misma en camino de vuelta, llegando al cruce que conduce al refugio en unos 500 metros. Desde aquí ya el tramo común que realizamos al principio por la pista principal, todo el rato en descenso hasta volver a la carretera junto a la que aparcamos el coche.

En definitiva, una ruta algo distinta de las habituales que realizo por Filabres y de la que destacaría la absoluta soledad del lugar y las buenas vistas que se pueden contemplar.