COLLADO SEVILLA A CERRO DE HUENES CIRCULAR
near Caserío Huenes, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
El pasado sábado veinticuatro de Noviembre del actual dos mil dieciocho, hicimos una rutilla cómoda y cortica, para finalizar con una comida de hermandad en un típico restaurante de La Zubia.
Varios partieron desde el cortijo Macareno, donde habían aparcado los coches, para no castigar a los coches en el camino hasta el collado Sevilla, que desde el Macareno está con gran cantidad de baches. Otros los esperábamos en el mismo collado Sevilla, y desde allí partimos siendo las nueve y cuarto de la mañana, una mañana muy fría, y ya todos en cuadrilla tomamos camino de la vereda que nos subiría a Fuente Fría. Íbamos los andarines Valentín, Enrique Alcaide, Enrique Pozo, Manuel Gijón, Pilar, Manolo Carmona, su esposa, Paco Vargas y su esposa, Antonio y su esposa, Manolo San Pedro, su esposa y una amiga de esta y yo mismo.
Como se dice más arriba tomamos la vereda, que primero en suave descenso que posteriormente se vuelve todo ascenso sin parar, hasta los casi mil ochocientos metros que hay en la cima del Cerro de Huenes (1798 mts), y teniendo en cuenta que partimos del collado Sevilla a mil trescientos ochenta metros de altitud.
La vereda es preciosa y se disfruta de unas vistas maravillosas de la Vega de Granada, que el sábado aparecía cubierta por un colchón de nubes de algodón. La misma vista que si fuésemos en un avión a cinco o seis mil metros de altura.
Parada obligatoria en Fuente Fría, donde todavía existe el barracón que servía de vivienda a los trabajadores del vivero que hubo en su tiempo en el lugar, cuyas plantas sirvieron para repoblar estos lugares.
Se continua en fuerte subida hasta el mismo Cerro de HUENES, al que llegamos siendo sobre las doce del mediodía y donde, por supuesto, hay que hacerse las fotos en el punto geodésico; Y también enfocando los preciosos paisajes con que nos deleitan estas alturas.
En el comienzo de la bajada, el repostaje para el cuerpo, bocata y a seguir ruta descendiendo todo lo ascendido, por la vereda que no deja de tener su encanto a pesar de presentar mucha piedra suelta y sin soltar, hasta llegar al puente de los siete ojos, donde ahora tomamos la misma pista por la que comenzamos la ruta esta mañana.
Por la pista al poco de tomarla comenzamos de nuevo a tomar altura, en suave subida, hasta llegar al Collado Sevilla, donde nos quedamos los que allí teníamos el vehículo , mientras que los que se lo dejaron en el Macareno tiene que seguir otro tramo de pista similar al que hemos hecho hasta aquí.
Como se decía en Principio, la mañana bastante fría, que una vez que salimos de la hombría se tornó más cálida y soportable, con el cielo totalmente limpio de nubes, aunque andando el frio apenas se nota, el problema viene si te paras.
Cuatro horas y media de rutilla muy bonita, y trece kilómetros y medio andados con buenos amigos, que te dan la vida para el resto de la semana, tras haberte empapado de vistas y parajes que efectivamente los retienes en el subconsciente tres o cuatro días.
A esta ruta le pusimos la guinda en el restaurante el patio andaluz de La zubia, a la que también se sumaron la esposas de Enrique Alcaide y Enrique Pozo.
Varios partieron desde el cortijo Macareno, donde habían aparcado los coches, para no castigar a los coches en el camino hasta el collado Sevilla, que desde el Macareno está con gran cantidad de baches. Otros los esperábamos en el mismo collado Sevilla, y desde allí partimos siendo las nueve y cuarto de la mañana, una mañana muy fría, y ya todos en cuadrilla tomamos camino de la vereda que nos subiría a Fuente Fría. Íbamos los andarines Valentín, Enrique Alcaide, Enrique Pozo, Manuel Gijón, Pilar, Manolo Carmona, su esposa, Paco Vargas y su esposa, Antonio y su esposa, Manolo San Pedro, su esposa y una amiga de esta y yo mismo.
Como se dice más arriba tomamos la vereda, que primero en suave descenso que posteriormente se vuelve todo ascenso sin parar, hasta los casi mil ochocientos metros que hay en la cima del Cerro de Huenes (1798 mts), y teniendo en cuenta que partimos del collado Sevilla a mil trescientos ochenta metros de altitud.
La vereda es preciosa y se disfruta de unas vistas maravillosas de la Vega de Granada, que el sábado aparecía cubierta por un colchón de nubes de algodón. La misma vista que si fuésemos en un avión a cinco o seis mil metros de altura.
Parada obligatoria en Fuente Fría, donde todavía existe el barracón que servía de vivienda a los trabajadores del vivero que hubo en su tiempo en el lugar, cuyas plantas sirvieron para repoblar estos lugares.
Se continua en fuerte subida hasta el mismo Cerro de HUENES, al que llegamos siendo sobre las doce del mediodía y donde, por supuesto, hay que hacerse las fotos en el punto geodésico; Y también enfocando los preciosos paisajes con que nos deleitan estas alturas.
En el comienzo de la bajada, el repostaje para el cuerpo, bocata y a seguir ruta descendiendo todo lo ascendido, por la vereda que no deja de tener su encanto a pesar de presentar mucha piedra suelta y sin soltar, hasta llegar al puente de los siete ojos, donde ahora tomamos la misma pista por la que comenzamos la ruta esta mañana.
Por la pista al poco de tomarla comenzamos de nuevo a tomar altura, en suave subida, hasta llegar al Collado Sevilla, donde nos quedamos los que allí teníamos el vehículo , mientras que los que se lo dejaron en el Macareno tiene que seguir otro tramo de pista similar al que hemos hecho hasta aquí.
Como se decía en Principio, la mañana bastante fría, que una vez que salimos de la hombría se tornó más cálida y soportable, con el cielo totalmente limpio de nubes, aunque andando el frio apenas se nota, el problema viene si te paras.
Cuatro horas y media de rutilla muy bonita, y trece kilómetros y medio andados con buenos amigos, que te dan la vida para el resto de la semana, tras haberte empapado de vistas y parajes que efectivamente los retienes en el subconsciente tres o cuatro días.
A esta ruta le pusimos la guinda en el restaurante el patio andaluz de La zubia, a la que también se sumaron la esposas de Enrique Alcaide y Enrique Pozo.
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