Collado Sevilla, collado pino, cortijo espinar, Collado Chaquetas , circular

El pasado sábado nueve de marzo de 2019, hicimos una ruta preciosa por la zona sureste del cinturón de la capital. Concretamente de las afueras de la localidad de La Zubia. Partimos desde el aparcamiento del Canal de la Espartera, en la zona del collado Sevilla, cuando le faltaban pocos minutos a las ocho de la mañana, íbamos los andarines Valentín Santiago, Enrique Alcaide, Enrique Pozo, Trini y yo mismo.
Tomamos la vereda que lleva hasta la toma del canal de la espartera (una vereda muy bonita), que discurre en casi todo su recorrido paralela al Río Dílar, por su margen derecha. En casi una hora llegamos a la Central eléctrica y cruzamos el río, tras algo más de cuatro kilómetros de vereda y continuamos, iniciando el ascenso hacia el collado del Pino, al que llegamos tras tres kilómetros más de sendero, alcanzando en este punto los 1.865 mts de altitud (téngase en cuenta que hemos iniciado la ruta de ascenso en los 1.305 mts), con lo que hemos librado un desnivel positivo considerable, pero que con tranquilidad y gustándote el monte, lo disfrutas.
Desde el collado decidimos ir al cortijo el Espinar, para lo que tendríamos que encontrar la vereda que nos llevara hasta allí, resultando que no la encontramos y estuvimos andando monte a través, entre espinos, para al final llegar a una pista que nos llevó hasta la puerta del mismo cortijo; donde aprovechando un pequeño descanso, nos comimos los bocatas.
En las inmediaciones del cortijo, Enrique Alcaide localizó la vereda que no encontramos en un principio, y por ella nos fuimos de nuevo al collado Del Pino, donde ahora tomamos la vereda que nos llevaría hasta el Río Dílar, que cruzamos por un pequeño puente, a la altura del collado del Tío Chaquetas, al que llegamos tras un corto pero fuerte ascenso, que nos deja justo en la puerta del Refugio o casa rural que tiene en el lugar el Ayuntamiento de Dílar, y que alquila previa solicitud.
Desde el refugio, nos dirigimos ahora por la pista forestal, que tras un kilómetro trescientos metros, aproximadamente nos lleva hasta la Cañada Real de Padul al Veleta, pasando antes por el Barranco de Aguas Blanquillas, donde es obligatorio darse un trago de agua en la fuente que allí mismo nace. Volvemos unos metros sobre nuestros pasos y continuamos por la cañada, que ya sin dejarla nos lleva hasta el collado Sevilla, donde dejamos aparcados los vehículos esta mañana, pasando por el Barranco del Búho y los Arenales del Trevenque.
Una rutilla, muy bonita, exigente, con algo más de mil metros de ascenso acumulado; y que se puede hacer perfectamente, sin prisas y disfrutando de las vistas y de las distintas veredas, preciosas, destacando la que sube del cortijo del Espinar y la que baja al río Dílar, que atraviesa varias machas de Robles