Colmenar de Montemayor - Ruta de los castaños

Perteneciente a la comarca de la Sierra de Béjar, Colmenar de Montemayor es una pequeña localidad de paisaje de transición entre el Valle del Sangusín y la Sierra de Francia cuyo casco urbano alberga grandes casas de mampostería y sillares junto a otras de fachadas encaladas y balconadas de madera. La Iglesia de la Asunción, un gran templo con dos cuerpos y una cabecera notable establece el centro de la villa, aunque otro edificio rivaliza en importancia: la Casa del Chantre, situada en la Plaza Mayor, y construida en el siglo XVII.
Colmenar es un magnífico enclave donde podemos disfrutar conociendo la naturaleza exuberante que lo rodea. Las mejores panorámicas las encontraremos subiendo a los roquedales de su término municipal, y podremos pasear por caminos que nos llevarán por praderas donde pasta el ganado entre pilones y abrevaderos.
Hoy recorreremos un paseo más cercano, aquel que rodea el pueblo por su parte más alta para volver a entrar en él por un camino junto al antiguo cementerio. Disfrutaremos de estupendas vistas sobre la villa, paisajes de la Sierra de Béjar y la Sierra de Francia, especialmente las hondonadas de Valdelageve y Lagunilla y, sobre todo, los magníficos ejemplares de castaños varias veces centenarios.
Para iniciar este paseo breve y carente de dificultad, ascenderemos por la calle Humilladero junto a la ermita del Cristo, en la entrada noreste que nos trae desde Horcajo de Montemayor y que pasa luego a ser la carretera con dirección Lagunilla y Valdelageve. Durante unos minutos subiremos la única pendiente de relieve que encontraremos en el camino contemplando la teja árabe que cubre las viviendas de Colmenar con las elevaciones de la Sierra de Francia al fondo, hasta dar con una portera junto a una antena de telecomunicaciones a nuestra derecha que habremos de atravesar. Enseguida veremos los primeros castaños y helechos y dejaremos una huerta de cerezos e higueras a nuestra derecha. Una vez alcanzada la parte alta podemos asomarnos al espectacular valle que se abre a nuestra izquierda y que corresponde a los términos municipales de los nombrados Lagunilla y Valdelageve.
Contemplaremos también una imponente masa granítica denominada Cancho o Castrijón desde donde alcanzamos a ver la Sierra de Béjar y donde surge la leyenda del Canchal de la Monja, pues parece que de allí cayó o se arrojó una joven del pueblo que había concebido un hijo con un mozo apuesto y pendenciero, al que conocían con el sobrenombre de El Tostao. Cerca de aquí también podemos acercarnos a un punto de avistamiento de buitres.
Llegados a la parte más alta del camino alcanzamos a ver algunos ejemplares de castaño con un magnífico porte a los que se les atribuye una edad de seiscientos años.
Ellos fueron testigos de la construcción de los dos edificios más singulares de la localidad. La Casa del Chantre, en la plaza Mayor de Colmenar, cuyo nombre hace referencia a la persona que impulsó su construcción en el siglo XVII, Juan Sánchez Grande de Antequera, a la sazón chantre o canónigo de la Catedral de Coria, que fundó la capellanía de Colmenar y edificó esta casona nobiliaria donde destaca su chimenea, así como el escudo que preside la fachada, flanqueado de dos inscripciones en piedra. Corona el conjunto una cruz de la Orden Militar de Alcántara con los extremos rematados por flores de lis. En su interior la vivienda conserva una bodega y las caballerizas en piedra granítica con bóvedas de ladrillo y arquerías de medio punto y en la primera planta distintas dependencias.
La otra construcción digna de mención, además de la Iglesia de nuestra Señora de la Asunción y la nombrada ermita del Cristo, es la Casa del Hidalgo, que encontraremos en la Calle Larga y que data del tránsito entre los siglos XV y XVI. El Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, guarda un pleito de 1587 dirigido al obispado de Coria, donde se cuenta que un hidalgo pide ser eximido de ir al combate pues no hay en el concejo otros que pudieran ayudarle. Y es que, como veremos más adelante, Colmenar ha tenido otras vicisitudes durante las contiendas del país.
Continuamos el camino custodiado por jaras y el cuerpo de un gran castaño seco y descendemos a nuestra derecha hasta llegar a un depósito de aguas que bordearemos desechando otra opción que nos acercaría al término de Sotoserrano. Pasamos junto a cercados que delimitan tierras que antiguamente se cultivaron. Colmenar producía aceite y vino para consumo y también trabajaban las huertas que ahora se han tornado en monte bravío. Alcanzamos a ver las primeras casas del pueblo, entrando por el extremo opuesto al que tomamos para comenzar el paseo. A nuestra izquierda desciende un camino por donde podemos llegar a las antiguas escuelas, convertidas ahora en bar donde también ofrecen carne asada a quien reserve con antelación. Junto al cementerio viejo, un pequeño prado elevado es el testigo de lo que anteriormente fueron las eras donde acudían a trillar los vecinos.
La Guerra Civil y los años de postguerra también trajeron sobresaltos a este rincón apartado de las sierras. Pese a que Colmenar no fue frente de guerra, el 8 de agosto de 1936 fue fusilado el maestro de la localidad, don Melquiades Rodríguez Tocino, a quien el ayuntamiento ha dedicado una placa conmemorativa. Posteriormente, en 1946, una partida de guerrilleros maquis tomaron como rehenes a varios mandatarios del lugar hasta que se satisficieron sus demandas: varios sacos con productos de la matanza, quesos y otras viandas además de un rescate de treinta mil pesetas.
Llegados al pueblo, y entrando por la plaza mayor, ya sólo nos queda atravesarlo para volver al punto de partida paseando por la calle principal en dirección a la iglesia. Podremos pararnos a contemplar los edificios que hemos ido comentando y otros de arquitectura popular que sin duda llamarán nuestra atención.
Otra de las posibles rutas que podemos abordar desde Colmenar es el camino de Gran recorrido GR-10 Norte hacia Béjar.
De dificultad media y 28 kilómetros de distancia, esta ruta nos llevará en torno a siete horas y media completarla. A través de un paisaje que alterna robles, castaños y fresnos, este sendero nos llevará a pasar por las localidades de Horcajo de Montemayor, Valdehijaderos y La Calzada de Béjar. Y en el transcurso del mismo veremos el río Sangusín y discurrir por la Cañada Real Soriana Occidental, la calzada romana de la Vía de la Plata y el Camino Mozárabe a Santiago de Compostela.
Por su parte, si optamos por dirección Norte hacia Miranda del Castañar, con una distancia de 21 kilómetros y una dificultad media, tardaremos seis horas en completarla. Por una pista entre praderas con ganado y tras cruzar el río Alagón, llegaremos a Sotoserrano y pasaremos por un paraje de huertos con frutales cerca de la villa de Cepeda para, tras atravesar el barranco del río Francia, terminar alcanzando la villa medieval de Miranda del Castañar.
También resulta interesante una ruta más exigente que nos llevará a encontrarnos con las escondidas cascadas denominadas El Bullizo situadas en el Arroyo Valdelpino.

Servicios: alojamiento, bar-restaurante.
Otros puntos de interés: casonas nobiliarias, árboles singulares.

Si quieres descargarte el libro 26 Paseos Inesperados por las Sierras de Salamanca:
https://adriss.net/wp-content/uploads/2022/04/Guia-26-PASEOS-INESPERADOS.pdf

Otras propuestas en la revista Sierras de Salamanca: https://www.sierrasdesalamanca.es/revistas-electronicas/

Y para saber más de las Sierras de Salamanca: https://www.sierrasdesalamanca.es/