40. Comarca de Lara: Entre Mazueco y Villoruebo
near Mazueco, Castilla y León (España)
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Itinerary description
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 46 (para Senderismo): dificultad 'Fácil' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 353 metros (superior al que estima Wikiloc).
Hicimos esta ruta siguiendo el trazado de ‘Angelbur’ en Wikiloc ( https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/desfiladero-de-villoruebo-23880406 ) y la información correspondiente a ella en sus ‘Sendas de Burgos’.
Ruta fácil, con baja demanda física y sin complicaciones en orientación: primero, recorremos marcados caminos rurales por páramo y monte, desde Mazueco de Lara en dirección sur; después, la antigua vía del ferrocarril Santander-Mediterráneo, acondicionada para el paseo, hasta La Aceña; más tarde, un definido sendero por el bosque en el valle de ascenso hasta Villoruebo; y, finalmente, la carretera (con cortas incursiones en el bosque; tanto como se desee) entre éste y Mazueco, de vuelta.
Bonitos pueblos, bien cuidados, con casas de fina piedra parduzca. Preciosas iglesias en Mazueco y La Aceña, ésta algo más modesta. Ambas, con un pulcro entorno, aseado con esmero, sin instalaciones ajenas en medio que desluzcan e impidan apreciar la belleza exterior de los templos. En el mismo sentido, son muy destacables la ermita de Villoruebo (inusualmente, en el caso urbano) y su iglesia, algo apartada en un altozano. Todo ello trasmite señorío y sensibilidad en estos pueblos; orgullo de unas gentes por sus raíces.
En el primer tramo de la ruta (de Mazueco hasta las cercanías de Paúles de Lara), cruzamos por tierras parameras con escasa vegetación. Pero, muy lejos de ser aburrido, la marcha por ellas eleva y expande el ánimo; si casi invita a la levitación…; especialmente en un día luminoso, con un gélido y límpido aire. Y todo ello con la inconfundible silueta de Peñalara al frente, que luego nos escoltará (con el encumbrado castillo de Lara incluido) durante todo el recorrido hasta La Aceña.
En la Aceña encandilan su iglesita y el allí impetuoso río Villoruebo, levantando vaharadas de niebla. Pero también merece la pena explorar y hasta callejear por el impresionante despoblado de edificaciones tradicionales de piedra, a la salida, por el norte, camino del valle. Ahora están abandonadas, con las techumbres caídas, en estado de avanzada e implacable ruina. Una evocadora aldea fantasma.
Siguiendo el curso del río, entramos en el valle-desfiladero que nos encumbrará suavemente hasta Villoruebo por un acogedor bosque de quejigos (creo) cubiertos de afelpado liquen (“musgo del roble”). Como a mitad del desfiladero, el río se amilana, o se esconde bajo tierra, porque su cauce queda seco durante un largo trecho, hasta reaparecer, ya muy arriba, cerca del pueblo.
El retorno a Mazueco desde Villoruebo se efectúa por carretera, si bien se puede hacer alguna incursión en el bosque. Bonitas vistas de la Sierra del Casarejo a un lado; al otro, el páramo y, más alejado, el perfil de Peñalara. Nuestra experiencia de vehículos en los 3 km de recorrido por esta vía se resume así: coches = 0 vs. ciclistas = 8+1 (digo + 1 porque éste apareció rezagado, pero veloz como el rayo; ¡como irían los otros…!). Paseo, pues, muy agradable en plena naturaleza, aunque sea con los pies en el asfalto.
Angelbur sugiere que la primavera puede ser un momento recomendable para esta excursión. Seguro que sí, pero, en contraste, nosotros la hicimos a pocas horas de comenzar el invierno. Encontramos caminos helados, tierras rojizas o grises desnudas, con escaso verdor, excepto en el bosque… Y nos pareció ideal también. Tal vez jugamos con ventaja, al disfrutar de todo ello en un día con un cielo cristalino y azul.
En el regreso de Villoruebo a Mazueco, miramos muchas veces hacia las cumbres y laderas que dejábamos a nuestra derecha (y no por la presencia de la larga hilera de aerogeneradores). En aquel momento, no sabíamos que constituyen la Sierra del Casarejo. Nos quedó un 'rescoldo', como un anhelo larvado... ("...y si..."). Y sí (ahora con acento); el anhelo eclosionó: tres meses después (exactos) estábamos recorriéndolas (cuando algo se te mete 'entre ceja y ceja'...): https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/sierra-del-casarejo-desde-villamiel-97826524
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 46 (para Senderismo): dificultad 'Fácil' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 353 metros (superior al que estima Wikiloc).
Hicimos esta ruta siguiendo el trazado de ‘Angelbur’ en Wikiloc ( https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/desfiladero-de-villoruebo-23880406 ) y la información correspondiente a ella en sus ‘Sendas de Burgos’.
Ruta fácil, con baja demanda física y sin complicaciones en orientación: primero, recorremos marcados caminos rurales por páramo y monte, desde Mazueco de Lara en dirección sur; después, la antigua vía del ferrocarril Santander-Mediterráneo, acondicionada para el paseo, hasta La Aceña; más tarde, un definido sendero por el bosque en el valle de ascenso hasta Villoruebo; y, finalmente, la carretera (con cortas incursiones en el bosque; tanto como se desee) entre éste y Mazueco, de vuelta.
Bonitos pueblos, bien cuidados, con casas de fina piedra parduzca. Preciosas iglesias en Mazueco y La Aceña, ésta algo más modesta. Ambas, con un pulcro entorno, aseado con esmero, sin instalaciones ajenas en medio que desluzcan e impidan apreciar la belleza exterior de los templos. En el mismo sentido, son muy destacables la ermita de Villoruebo (inusualmente, en el caso urbano) y su iglesia, algo apartada en un altozano. Todo ello trasmite señorío y sensibilidad en estos pueblos; orgullo de unas gentes por sus raíces.
En el primer tramo de la ruta (de Mazueco hasta las cercanías de Paúles de Lara), cruzamos por tierras parameras con escasa vegetación. Pero, muy lejos de ser aburrido, la marcha por ellas eleva y expande el ánimo; si casi invita a la levitación…; especialmente en un día luminoso, con un gélido y límpido aire. Y todo ello con la inconfundible silueta de Peñalara al frente, que luego nos escoltará (con el encumbrado castillo de Lara incluido) durante todo el recorrido hasta La Aceña.
En la Aceña encandilan su iglesita y el allí impetuoso río Villoruebo, levantando vaharadas de niebla. Pero también merece la pena explorar y hasta callejear por el impresionante despoblado de edificaciones tradicionales de piedra, a la salida, por el norte, camino del valle. Ahora están abandonadas, con las techumbres caídas, en estado de avanzada e implacable ruina. Una evocadora aldea fantasma.
Siguiendo el curso del río, entramos en el valle-desfiladero que nos encumbrará suavemente hasta Villoruebo por un acogedor bosque de quejigos (creo) cubiertos de afelpado liquen (“musgo del roble”). Como a mitad del desfiladero, el río se amilana, o se esconde bajo tierra, porque su cauce queda seco durante un largo trecho, hasta reaparecer, ya muy arriba, cerca del pueblo.
El retorno a Mazueco desde Villoruebo se efectúa por carretera, si bien se puede hacer alguna incursión en el bosque. Bonitas vistas de la Sierra del Casarejo a un lado; al otro, el páramo y, más alejado, el perfil de Peñalara. Nuestra experiencia de vehículos en los 3 km de recorrido por esta vía se resume así: coches = 0 vs. ciclistas = 8+1 (digo + 1 porque éste apareció rezagado, pero veloz como el rayo; ¡como irían los otros…!). Paseo, pues, muy agradable en plena naturaleza, aunque sea con los pies en el asfalto.
Angelbur sugiere que la primavera puede ser un momento recomendable para esta excursión. Seguro que sí, pero, en contraste, nosotros la hicimos a pocas horas de comenzar el invierno. Encontramos caminos helados, tierras rojizas o grises desnudas, con escaso verdor, excepto en el bosque… Y nos pareció ideal también. Tal vez jugamos con ventaja, al disfrutar de todo ello en un día con un cielo cristalino y azul.
En el regreso de Villoruebo a Mazueco, miramos muchas veces hacia las cumbres y laderas que dejábamos a nuestra derecha (y no por la presencia de la larga hilera de aerogeneradores). En aquel momento, no sabíamos que constituyen la Sierra del Casarejo. Nos quedó un 'rescoldo', como un anhelo larvado... ("...y si..."). Y sí (ahora con acento); el anhelo eclosionó: tres meses después (exactos) estábamos recorriéndolas (cuando algo se te mete 'entre ceja y ceja'...): https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/sierra-del-casarejo-desde-villamiel-97826524
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