Cónchar, río Dúrcal, Baños y Cascada de Urquizar, Valle de Lecrín (Granada)

El Valle de Lecrín es una comarca situada en la parte centro sur de Granada.

Limita con la Vega de Granada al norte, la Alpujarra Granadina al este, la Costa Granadina al sur, y la comarca de Alhama al oeste.

El valle, que da nombre a la comarca, se ubica en la vertiente suroccidental de Sierra Nevada. Extendiéndose desde el corazón de la misma hasta la meseta de las Albuñuelas y la sierra de los Guájares, por una parte, y desde el Suspiro del Moro hasta la confluencia de los ríos Ízbor y Guadalfeo, por otra.

Está formada por ocho municipios, de los cuales, el más poblado es El Padul, y el más extenso es Albuñuelas, siendo, este último también, el de menor número de habitantes; por el contrario, el municipio de menor superficie es Villamena.

Su capital tradicional e histórica es la villa de Dúrcal.

En el recorrido de hoy nos adentramos en un entorno natural único

Comenzamos la ruta en el Mirador del Atajo, donde dejaremos los vehículos.

Iremos en dirección norte, hacia el Mirador del Baño desde donde descendemos al Río de Dúrcal cruzandolo para llegar a los Baños de Urquizar.

Desde aquí podremos desviarnos unos metros para contemplar la espectacular cascada del arroyo del Alcazar y la junta de los Ríos, volviendo otra vez para continuar la ruta en dirección a la Antigua fábrica de la luz.

Dejando atrás ésta y continuando en dirección a Cozvíjar.

Encontraremos un puente de mampostería que cruzaremos para continuar por un sendero por el que vamos subiendo hasta alcanzar la Acequia Real de Cónchar de época nazarí.

Siguiendo su curso por la parte superior, nos adentramos a traves de los pinos y avanzamos hasta los viñedos del Señorío de Nevada.

Unos metros más adelante, ya nos encontramos con la carretera, la que tomaremos hacia la izquierda unos pocos metros, llegando así a nuestro punto de inicio y finalizando la ruta de hoy.

Un recorrido muy bonito y ameno, con unas vistas impresionantes. Con su poquito de aventura, ya que el trazado no estaba del todo claro, había que ir muy pendiente del track, por otra parte, el curso del río era bastante caudaloso, lo que hizo algo complicado el cruzarlo para ver la cascada.

Su poquito de pequeñas trepadas, sus cuatro paso con cadenas, entre otras cositas, ha hecho, como dije antes, una ruta muy amena e interesante que, sin la menor duda, ha merecido el pequeño esfuerzo.