Consuegra. Ruta de los molinos y el castillo.

DESCRIPCIÓN. El recorrido no tiene ningún inconveniente para realizarlo, puede hacerse en familia.
Desde la autovía A-4, se divisan majestuoso los molinos blancos de Consuegra. Hoy a nuestro regreso de Toledo decidimos visitarlos, al no contar con tiempo suficiente solo visitamos los 7 molinos del sur y los alrededores del castillo.
Los molinos de Consuegra situados en el Cerro Calderico, es un conjunto de 12 molinos harineros, distribuidos en dos tandas, al sur 7 molinos, al norte 5 y en el centro el castillo.
COMO FUNCIONAN LOS MOLINOS. Las cuatro aspas se cubre con unas lonas para recoger la fuerza del viento, esta fuerza es transmitida al eje de madera soportado por dos piedras a modo de cojinetes de fricción, en el interior, sobre el eje está la rueda Catalina que es un engranaje de 40 dientes, la rueda Catalina engrana con con otro engranaje, la linterna, que hace girar a la piedra voladera sobre la piedra solera, produciendo la molienda del grano.
Pocos lo saben, pero el tejado o caperuza de los molinos de viento, tan típicos en el paisaje manchego, no están fijos al cilindro de la torre, sino que se mueve al rededor de un anillo para poder oriental las aspas según la dirección del viento, el palo o pértiga que vemos por fuera de los molinos tienen una importante misión, dirigir el movimiento de la cubierta y la aspas.
También eran importantes las 12 ventanas o ventanucos que hay cerca de la cubierta, estas sirven para saber la dirección del viento y así el molinero poder oriental las aspas.
EL CASTILLO. Hay constancia de que el Castillo de la Muela de Consuegra. En tiempo de los visigodos pertenecía al conde Don Julián, al que define Alfonso X el Sabio como "heredero del Castiello de Consuegra".
Es posible que la primera reconstrucción fuera realizada por Almanzor en el siglo X.
En 1097, Al-Mu'tamid lo cedió a Alfonso VI, por pacto matrimonial al casarse con la princesa sevillana Zaida. Alfonso VI perdió la fortaleza tras la batalla de Consuegra contra los Almorávides donde murió peleando el único hijo varón del Cid Campeador.
El castillo fue recuperado finalmente en el siglo XII por los cristianos.