CORDILLERA DE LOS AGRIOS, O CUERDA DEL RAYAL (P.N. SIERRA DE CAZORLA, SEGURA Y LAS VILLAS)

El coche se deja cerca del puerto de Tíscar, desde el cual tomaremos un carril en buen estado encontrándonos a los pocos minutos un anchurón donde poder dejarlo.
Desde ese punto de inicio se ve gran parte del recorrido que vamos a hacer.

La ruta se divide en varias partes bien diferenciadas.

La primera es una cómoda y ligerísima subida, casi llaneo, por un camino forestal desde el que iremos dejando toda la cuerda que luego recorreremos por arriba a la derecha. El entorno cada vez va siendo más bonito, desificándose el pinar de laricio.

La segunda parte es una fuerte subida, dejando ya el camino forestal, por un senderillo muy tenue en algunos tramos y marcado por hitos de piedra. Aunque la subida es intensa se hace bastante bien, también ayudado por lo bonito que se va poniendo todo conforme vamos subiendo. Los laricios son cada vez más viejos y el bosque cada ves está más desarrollado, teniendo el lujo de atravesar un bosque autóctono, cosa poco habitual en Andalucía.

Siguiendo esta subida poco a poco vamos ganando mejores vistas, vislumbrándose a nuestra derecha el perfil de la arista que luego haremos. Pronto llegaremos al collado valiente, un pequeño llano con prados, sabinas y laricios enormes.

Desde el collado seguiremos subiendo, ya por terreno más pedregoso, buscando la primera cima del día, la cumbre del Aguilón del Loco, o cerro Villalta, cuyo último tramo ya se hace a campo abierto por un terreno pedregoso y calizo. Desde este punto tenemos unas vistas en 360 grados increíbles, viendo al fondo Sierra Nevada, que tiene en primer plano toda la arista que haremos hasta el Rayal. La Sagra, Sierra de la Cabrilla, y hacia el norte el pueblo de Quesada, los campos de olivares y Sierra Mágina.

Una vez que hemos ganado la cima del Villalta comenzamos la tercera parte del recorrido, que es andar por toda la arista hasta casi llegar al Rayal, que se ve al fondo y pertenece a la misma cordillera.

El transcurrir por la arista es más fácil de lo que parece a simple vista, aunque es un terreno muy duro, muy roto, calizo y en continuo sube y baja. Comprobamos que conforme más pegado vas al filo más cómodo se anda, aunque hay que ir con más cuidado. Excepto en algunos tramos que es evidente que hay que bajar algo y no ir por el filo.

La primera parte de esta arista llega hasta un collado que hay que bajar entre ese primer tramo de arista y el Picón del Guante, siguiente cima de la cordillera. Es la parte de arista más fácil, con vistas de impresión. La bajada al collado posterior es otra gozada, ya que en esas zonas se refugian pinos viejos y se forma un pequeño bosque que hay que atravesar, con preciosos prados en las vaguadas. Desde el collado comenzamos a subir y pronto nos encontramos con la segunda parte de la cuerda, que es justo la parte de arista que lleva al Picón del Guante, quizás la parte más espectacular del recorrido. Ahora el terreno es algo peor, más roto, y las vistas del Picón del Guante son realmente increíbles, ya que tiene unos tajos calizos de infarto.

Poco a poco nos vamos acercando a este tramo final de arista y llegamos al único punto de todo el recorrido que conlleva algo de peligro. Un pequeño tramo de 5 o 6 metros donde se afila mucho la arista y la piedra es totalmente plana, inclinada hacia nuestra izquierda. A nuestra derecha tenemos un gran tajo. El terreno agarra muy bien, pero si no se quiere confiar mucho en el agarre de nuestras suelas una forma de pasar es agacharse un poco y ayudarse con las manos, ya que hay abundantes grietas en el suelo donde ir asegurando. Son pocos metros y enseguida pasaremos sin mayor dificultad. El resto de arista hasta el Guante se hace sin problema alguno, por el filo de la arista. A las malas este paso se puede evitar bajando antes hacia nuestra izquierda para luego subir otra vez a la arista una vez sorteada la zona. Es algo más engorroso pero es una posibilidad.

Una vez coronado el Guante seguiremos transitando por la arista, buscando el siguiente collado. Una vez que hemos llegado al collado tenemos dos opciones. Una es seguir la arista propiamente dicha, que se complica bastante, y otra es ir buscando, hacia nuestra derecha, una pequeña bajada pegados a la pared que tenemos a nuestra izquierda, viéndose al fondo otro colladito por el que pasar. Se ve en el terreno marcas de estar pisado, y con esto nos ahorraremos bastante tiempo de discurrir por una parte de la arista que se ve más difícil. Optamos por esta última opción y sin ningún problemas nos ponemos en el colladito que se veía desde nuestra anterior posición.

Desde este collado ya tenemos muy cerca el último de la jornada, el Rayal, cuya empinada subida afrontaremos transitando por un senderillo que se pierde en la parte final por lo pedregoso del terreno. Desde la cima del Rayal tendremos también magníficas vistas y nos podremos asombrar del perfil de toda la arista hecha con anterioridad.

A partir de aquí nos queda encarar la última parte de la ruta, una bajada sin sendero aparente por un terreno calizo, pedregoso, y en muchos tramos bastante suelto, con el peligro de resbalón que conlleva. Durante toda la bajada tenemos vistas directas a donde hemos dejado el coche. No es una bajada nada agradable.

En definitiva, ruta dura y realmente impresionante, muy montañera, alejada del bullicio de turistas que normalmente pululan por Cazorla, sobre todo los días festivos, que recorre parajes todavía salvajes y agrestes.

Por último decir que en gran parte de la ruta no hay sendero, y cuidado con la arista con lluvia o días de mucho viento. En algunos tramos puede ser peligrosa en esas condiciones.