Cortegana -Ruta de Los Molinos de Agua circular

Ruta de Los Molinos de Agua de Cortegana circular 8,5 Km

La Ruta de los Molinos de Agua de Cortegana se denomina así para enfatizar la importancia que tuvieron los molinos harineros construidos en este término municipal en el siglo XV cerca de los ríos y arroyos, ya que eran molinos de cubo y rodezno, movidos por la fuerza del agua. Será en el primer tramo de nuestra ruta, mientras caminamos paralelos al Arroyo de Carabaña donde podremos ver los restos de algunos de ellos en las proximidades de su cauce.

Se trata de una ruta circular que parte de Cortegana y nos lleva por el Sendero del Barranco Carabaña hasta el Hotel La Posada de Cortegana, para regresar por los Senderos de Tierra Blanca y La Alameda. Puede hacerse en cualquier sentido, pero el tramo que discurre por la alameda del antiguo camino a La Nava es bastante empedrado, por lo que resulta más aconsejable subirlo que bajarlo; por este motivo nosotros la realizamos en sentido anti horario.

Por otra parte, esta ruta de corto recorrido y gran belleza nos sorprenderá gratamente, especialmente la primera parte, ya que a pesar de la poca agua caída en los últimos meses, el murmullo del agua será una constante que nos acompañará en nuestro camino. La frondosa vegetación y la abundancia de arbolado nos garantizan suficiente sombra para poder realizar nuestro recorrido en buena parte del año. La señalización es abundante, ya sea mediante balizas o marcas de pintura.

Dejamos el coche en el parking público situado junto a la calle Cruz de las Carrascas, siendo éste nuestro punto de inicio y final de la ruta. Subimos por las calles Cruz de las Carrascas y Juan Ramón Jiménez, que nos llevarán hasta un puente por donde atravesar la carretera nacional 433 que divide el pueblo. Nada más cruzar al otro lado, debemos girar bruscamente a la derecha para, inmediatamente, descender por una pequeña rampa que nos sitúa en un estrecho sendero paralelo a la carretera por el que iniciaremos nuestro recorrido oficial.

El primero tramo de nuestra ruta hasta llegar al Barranco de Carabaña discurre por un sendero hormigonado de manera intermitente por el que iremos descendiendo moderadamente mientras observamos pequeñas casas con huertas dispersas a ambos lados del camino.

Seguimos paralelos al arroyo, que habremos de vadear un par de veces sin mayor dificultad (puede que con mayor cauce haya que mojarse los pies), y disfrutando de este espectacular paisaje tratando de encontrar los vestigios de esos viejos molinos (al menos dos de ellos se encuentran bien visibles) hasta llegar a un cruce de caminos. Esta encrucijada nos recuerda que a partir de aquí el camino que nos queda hasta llegar a La Posada de Cortegana habremos de repetirlo a la vuelta y justo hasta este cruce, que después habremos de coger a la derecha en nuestro sentido de marcha.

Nos encontramos ahora en el sendero Tierra Blanca, o antiguo camino a La Nava, una pista de tierra por la que, llaneando, llegaremos en apenas 600 metros hasta el Hotel La Posada de Cortegana, donde podremos tomar un refrigerio o comer antes de continuar nuestro recorrido. Podríamos alargar nuestra ruta a medida de nuestras necesidades siguiendo el camino que llevamos a voluntad antes de volver por nuestros pasos; en este caso, dimos la vuelta a la altura del hotel.

De nuevo en la bifurcación, tomamos ahora el camino que sale a la derecha, muy parecido al que llevábamos, hasta llegar a un pequeño arroyo que habremos de vadear. A partir de aquí el sendero se estrecha y comenzamos a realizar un ascenso moderado que ya nos acompañará el resto del camino, pues habremos de retomar la altura inicial que perdimos en nuestra primera parte de este fabuloso recorrido.

Entramos ahora en un camino de herradura con su peculiar empedrado y muro a nuestra derecha, por el que seguimos ascendiendo a la vez que se intensifica la zona de alameda mientras rodeamos El Cabezo del Hornillo. Más adelante nos encontramos un cruce de caminos; cogeremos el de la izquierda, abandonando la Senda Tierra Blanca e incorporándonos a la Senda Alameda que nos conducirá hasta las inmediaciones de la calle Pino, en la parte alta de Cortegana, no sin antes disfrutar de una hermosa panorámica de todo el pueblo.

Ya sólo nos queda callejear hasta encontrar de nuevo el puente que atravesamos al comienzo de nuestra ruta y que nos llevará al otro lado de la carretera, por donde tomaremos de nuevo las calles que desembocan en el parking público donde dejamos el vehículo.

La naturaleza siempre nos reconforta, nos reequilibra y, con su extraordinaria belleza y sencillez, nos recuerda que formamos parte de ella y de su entorno; por eso, aquí nos sentimos como en casa. La vida es el camino, pero el camino nos da la vida.