Cortijo del Atalaya-Camino de Espildora-Arroyo de las doncellas-Chorrerón del pez

Ruta con poca sombra. transcurre por carriles y sendas, debemos vadear el arroyo las doncellas dos veces, pero no tiene gran dificultad, vegetación mayoritariamente pinos y Quejigos, herguenes abulagas y matagallos
preciosa ruta que discurre por el camino de Espildora , al principio es un carril que separa la tierra de labor a nuestra derecha con las partes agrestres de sierra prieta, despues a partir del segundo km caminamos por un pinar y el carril se vuelve senda, hasta el arroyo de las doncellas que vadearemos y seguiremos por su margen derecha y despues volvemos a vadear y subimos por su margen izquierda, lastima que el chorreón no llevase suficiente agua
comenzamos aparcando en el km 14 de la carretera del Burgo a Ardales MA-5401, hay unos aparcamientos junto a la carretera, seguimos por la carretera durante unos 50 metros y en la primera curva salimos por la izquierda y caminamos durante unos cien metros campo a través hasta alcanzar el carril , giramos a la derecha y seguimos siempre por el carril, tendremos unas preciosas vistas a nuestra izquierda de las formaciones calizas cortadas a pico, y a nuestra derecha en contrastes tierras sembradas de cereales con su verdor natural y al fondo la preciosa sierra de Alcaparaín, a los dos km aproximadamente nos encontramos con que el carril se vuelve senda y bajamos por un pinar, no es muy denso pero si tiene unos enorme ejemplares, a unos 450 metros nos encontramos con un bosquecito de ribera una cancela que atravesamos y el arroyo de las doncellas, lo vadeamos con mucha facilidad y seguimos por su margen derecho atravesando un pinar unos 500 metros en los que volveremos a vadearlo y subimos por su margén derecha hasta el mirador del chorreron de pez, lastima que no tenia mucha agua pues es un Impresionante salto natural de agua -procedente de la sierra- situado en un entorno de singular belleza caracterizado por la existencia de enormes formaciones calizas con tajos cortados a pico y profundos precipicios. y ya solo queda desandar el camino