Costa Ártabra. Etapa 10: Faro de Cabo Prior (Ferrol) ~ Faro de Punta Frouxeira (Valdoviño)

Regresamos al norte para continuar nuestros pasos por la Costa Ártabra y realizar una de las etapas más espectaculares y bonitas de la zona, en la que finalizaremos la costa de Ferrol, recorreremos la de Narón y daremos comienzo a la de Valdoviño.

El Faro de Cabo Prior, que alcanzamos en nuestra anterior ruta, será el punto de partida de esta décima etapa en la que apenas pisaremos asfalto.
Salimos de las inmediaciones del Faro y nos dirigimos hacia la Antigua Base Militar de Cabo Prior, en esta zona de Prior existen los restos de tres baterías militares: Cabo Prior Alto, Norte o Bajo y Antiaéreo. La importancia estratégica de Prior es reconocida ya desde el siglo XIX, cuando se construye a mediados del siglo XIX el faro. Estos lugares, ya pasamos y pasaremos algunos más, se encuentran abandonados y en un estado de conservación deficiente, por lo tanto hay que tener precaución, tanto por nuestra seguridad como por la preservación de este singular patrimonio.
Dejamos atrás las baterías y encontramos un sendero cómodo y en perfectas condiciones que nos lleva hasta la cercana costa acantilada. También van quedando atrás algunas pequeñas praias que vemos en el mapa pero que no tienen acceso, y luego de pasar junto a la Cetárea de Covas, llegamos a la pequeña Praia de Marmadeiro y a continuación nos acercamos a la Praia de Santa Comba.
Santa Comba de arena fina y alejada de la civilización, tiene una longitud de casi 1.5 Kms y está limitada por la Punta de Sta Comba, donde se encuentra A Illa do Medio que alberga la capilla de Santa Comba y desde donde se pueden obtener unas estupendas vistas de buena parte del camino realizado.
Al lado de la Illa do Medio, entre acantilados, se encuentra la pequeña cala de As Fontes. Desde aquí se puede acceder, subiendo por unas escaleras pegadas a la roca, hasta la capilla que está en lo alto. Pero hay que tener en cuenta que "solo es accesible con marea baja".
Seguimos camino hasta llegar primero a las pequeñas Praias de Sartaña y Medote, y luego a la Praia de Ponzos que tiene una longitud 1.4 kms de arena blanca y fina y es muy frecuentada por los amantes del surf.
Tiene una zona nudista en la parte derecha, mirando hacia el mar y está separada sólo por unas rocas de la Praia do Casal, perteneciente ya a Narón y de difícil acceso por tierra.
A partir de aquí comenzamos una suave y constante subida hacia Campo do Avial y más adelante hacemos el desvío de ida y vuelta hacia Pena Lopesa, merece la pena acercarse al lugar.
Pena Lopesa es un islote que se alza sobre el mar próximo a los acantilados. Según leí, su base está atravesada por una caverna que va de lado a lado y que permite el paso con marea baja. Tiene una altura de unos 30 m y por su corte y altura da la impresión de que para acceder al islote habría que ser escalador. Se han localizado vestigios de un antiguo castro lo cual confirma que hace años la isla no sólo estuvo habitada, sino que también pudo ser una península unida a tierra firme, que el mar se encargó de erosionar a lo largo del tiempo. Según alguna historia (o leyenda) el nombre de Pena Lopesa, se debe a un tal Lopo de Lago, del cual se dice que construyó un castillo sobre la peña. Dicha fortaleza fue destruida después de que Lopo asesinara a su mujer en un ataque de furia.
Seguimos andando hacia Campelo, estamos ya en el concello de Valdoviño. Los caminos se encuentran casi siempre en buen estado y aunque algún tramo pueda tener vegetación alta no nos impide nunca el paso.
En la Praia de Campelo nos topamos una buena cantidad de caravanas y amantes de las olas. Campelo se encuentra a los pies de espectaculares acantilados, es una playa expuesta y con condiciones regulares para practicar surf.
Dejamos atrás este bonito enclave y nos disponemos a subir a la cima de Monte Campelo. La subida es algo empinada, un camino ancho y pedregoso que se nos hace algo pesado por la temperatura. Al llegar a lo alto las vistas de todo el litoral son maravillosas y podemos divisar ya muy próximo, nuestro punto final de camino, el Faro de Punta Frouxeira. Encontramos muchos vestigios de las Baterías de la zona, primero las de Campelo Alto y ya bajando las de Campelo Baixo.
LLegamos a Meirás y como no se puede seguir por la costa hacemos un pequeño recorrido por sus calles para ir a la Praia de Meirás o Praia de O Río, en la que desemboca el Rego do Val ou do FoXo.
La Praia do Río inaugura un recorrido que llega hasta el arenal de Os Botes, y entre estas dos playas encontramos tres calas: O Rego, Os Cortellos y Cano Grande. Las dos primeras se caracterizan porque al subir la marea se convierten en espectaculares piscinas naturales aunque de muy difícil acceso.
Nos acercamos a contemplar la costa desde la Praia de A Mourillá y Os Botes. Aún quedan algunos bañistas valientes por los alrededores, la temperatura agradable del día acompañó y por lo visto no temen a las aguas fresquitas del norte.
Rodeamos este extremo y tras pasar lo que parece una abandonada piscifactoría, llegamos a otro de los preciosos enclaves de esta ruta, la Ermida de Nosa Señora do Porto. La capilla está situada en un sitio estratégico y con un encanto único, lo que nos hace imaginar que en invierno, con el fuerte oleaje y las duras condiciones climatológicas, tiene que ser espectacular.
Según cuenta la leyenda unos pescadores encontraron la imagen de la Virgen en el mar y se la llevaron a tierra. Al día siguiente, la imagen volvió a aparecer de nuevo en el mar y por esta razón decidieron levantar la ermita sobre unas rocas en honor a la que ahora conocemos como Virxe do Porto o do Mar.
Nuestra etapa va llegando a su final y lo hacemos rodeando los acantilados de Punta Frouxeira. Hay que ir muy atentos pues por momentos el sendero es muy estrecho y va muy pegado a la costa.
Llegamos al faro, conocido como el de Punta Frouxeira o de Meirás, fue construido en 1992 y comenzó a funcionar en 1994. Originalmente era todo acristalado, pero en el año 2008 fue remodelado dejando apenas una ventana en cada altura de las escaleras. El faro es completamente automático y está controlado remotamente. El alcance de su luz llega a las 20 millas, mientras que la altura de la torre alcanza los 47 metros. Su color azul es muy llamativo y le da un aspecto muy característico. Personalmente, su estilo no me resulta nada atractivo, pues rompe de forma muy brusca con la belleza del entorno, pero sobre gustos, ya se sabe.
Una última visita a las baterías, esta vez vamos unos metros hacia la costa hasta llegar a un camino que va más abajo y que da acceso a los túneles militares, desde cada una de estas terminaciones en el acantilado podemos disfrutar de incomparables vistas al mar.

Finalizamos aquí nuestra décima etapa, que resultó de las más bonitas gracias a sus playas, su entorno y las historias que nos cuenta cada rincón.
La dificultad la dejamos en fácil ya que técnicamente no hay problema, solo hay que tener cuidado cuando nos acercamos a los acantilados y llevar con calma la subida a Monte Campelo.
En este trayecto es muy importante el estado de las mareas, ya que por ejemplo, acceder a la Ermita de Santa Comba en a Illa do Medio, sería imposible si la marea no está baja. Cada uno que valore, pero recomendamos tener en cuenta esta puntualización si se quiere seguir tal cual.

Sin duda, una ruta para repetir!!!



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