Costa Ártabra. Etapa 11: Faro de Punta Frouxeira (Valdoviño) ~ Praia da Madalena (Cedeira)

Retomamos nuestra Costa Ártabra en Punta Frouxeira y avanzamos hasta Cedeira en una etapa de bonitas y extensas Praias como la de Frouxeira, Vilarrube o Pantín; en la que disfrutaremos del paisaje desde varios miradores; y en la que, a nuestro pesar, el asfalto será protagonista.

Nuestra ruta se inicia junto al moderno Faro, desde ahí seguimos uno de los caminos que van hacia la costa acantilada y subimos hacia la garita que está en un extremo de Punta Frouxeira, donde además del antiguo puesto de vigilancia, encontramos una cruz o cruceiro de homenaje a una de las muchas personas que han perdido la vida en esta peligrosa costa.
Bajamos y seguimos por un sendero que al principio está despejado pero que poco a poco se va cerrando, no impide el paso, pero abundantes toxos nos acompañan hasta el comienzo de la primera praia del día.
Con cuidado bajamos por las rocas hacia el extenso arenal de Valdoviño y realizamos el largo paseo de unos de 3,5 kms por su arena blanca, fina y muy firme. Valdoviño o Frouxeira es una praia semiurbana que cuenta con todos los servicios, al estar en una zona de fuerte oleaje y mucho viento es ideal para los amantes de los deportes acuáticos. Se encuentra en un entorno protegido como LIC / ZEPA / RAMSAR a la que hay que sumar su zona dunar y su humedal o laguna posterior con la cual forman un conjunto medioambiental muy importante y que sirve de refugio a muchas especies de aves.
Tras pasar la Praia Pequena de Valdoviño tomamos un camino que va en subida por el monte, vemos algunas calas de difícil acceso y llegamos al Miradoiro do Paraño. Desde aquí observamos el camino recorrido desde el Faro de Punta Frouxeira, y también el monte Campelo más el perfil de Cabo Prior de la etapa anterior.
A partir de aquí hay que seguir por la Estrada da Costa pues no existe otra posibilidad hasta llegar a la Praia de Pantín, también conocida como O Rodo. Para acceder al arenal podemos dar un rodeo por la carretera, pero nosotros decidimos descalzarnos, cruzar el Regomaior y disfrutar de un baño de pies hasta llegar a su fin.
Según los expertos en la materia esta praia es una de las mejores del mundo para la práctica del surf incluso es conocida como la Factoría de las olas, por la constancia de sus olas durante años gracias a su mar abierto, los vientos constantes y su fuerte oleaje.
Este bonito arenal se puede delimitar en tres zonas. La primera es la Playa da Marnela donde desemboca el regato de Riomaior; le sigue la Playa de O Rodo, que es la parte más central y donde se celebra el campeonato de surf, y finalmente Porto Carrizo, una pequeña y preciosa cala situada en la parte derecha y que está separada por unas rocas.
En Porto Carrizo volvemos a calzarnos y subimos por un sendero que apenas se intuye en el extremo final de la praia, lo seguimos y pronto nos vuelve a sacar a la carretera. Pasamos próximos a la Praia de Baleo y tras otra suave subida llegamos al Miradoiro de Oural. Desde esta localización podemos admirar en todo su esplendor la hermosa Praia do Baleo a nuestra izquierda y Punta Chirlateira a nuestra derecha.
Seguimos subiendo y encontramos un nuevo Miradoiro, el de San Xiao. Desde este punto del monte de San Xiao se puede apreciar Punta Chirlateira y el límite sur con la Ría de Cedeira.
Rodeamos Punta Burneira siempre por carretera y adivinamos la belleza del paisaje de esta ría, digo adivinamos porque la zona está invadida de eucaliptos que nos impiden disfrutar de las vistas.
Otro miradoiro, este ya en la carretera AC-566, nos ofrece unas maravillosas vistas a la Praia de Vilarrube y la Enseada de Esteiro. Estamos ante el segundo arenal más extenso de Valdoviño, con un espacio dunar de gran importancia. Es una praia muy distinta y muy bonita ya que forma una enseada con mil formas y colores según el estado de la marea que invitan al baño, aunque al parecer hay que tener mucha precaución en sus extremos debido a las fuertes corrientes que se forman cuando sube la marea en las desembocaduras de los ríos Ferrerías y As Mestas.
En este punto de la ruta tuvimos opiniones divididas, ya que, uno quería cruzar la ensenada por la praia y sortear los ríos/regatos de los extremos pues teníamos marea baja, y los otros dos no estaban tan de acuerdo ni lo tenían tan claro, sobretodo porque se desconocía la profundidad y lo que se podía encontrar en las orillas contando con la posibilidad de hundirnos en el el limo. Al final triunfó el rodeo por la carretera AC-556 (si alguno de vosotros hacéis esa aventura por favor comentarnos la experiencia). Cruzamos el puente que salva el río das Mestas y entramos en Cedeira.
Pasamos por las aldeas de Campelo, Pedralba, cruzamos el rego de Guimil y al llegar al lugar de O Barral por fin pudimos seguir por un camino de tierra que luego se convierte en un sendero estrecho. Esta parte podría resultar algo peligrosa con suelo mojado ya que algunos tramos van muy pegados a la costa.
Por este camino rodeamos toda la península de Robaleira, llamada así por la abundante presencia de robaliza en esta zona de la Ría de Cedeira, y al llegar a su extremo nos encontramos con el Faro y el Miradoiro de Robaleira.
El faro se encuentra a unos catorce metros sobre el nivel del mar, en la llamada Punta de Robaleira. Fue construido en 1861 con el objetivo de auxiliar la entrada al puerto de Cedeira en caso de temporal. Estuvo habitado hasta 1954, que fue cuando entró en funcionamiento el faro de punta Candieira, al norte de Cedeira y actualmente está automatizado.
Desde este miradoiro podemos observar frente a nosotros el puerto y la lonxa de Cedeira en Punta Sarridal que está coronada por el Castelo de la Concepción.
La ría de Cedeira está considerada Reserva Mariña de Interese Pesqueiro desde 2009, con tres zonas de protección dependiendo de sus características pesqueras y ecológicas. Está formada por la desembocadura de tres ríos: el río Ferreira y el de las Mestas en la parte de Vilarrube, y el río Condomiñas que desemboca en el núcleo urbano de Cedeira.
Dejamos este bonito rincón y por un cómodo camino terminamos de dar el rodeo a la península hasta llegar a la praia da Madalena, lugar donde ponemos punto final a nuestra etapa.

Fue una etapa agradable, aunque algo monótona por tanto asfalto y especialmente en las zonas en las que los eucaliptos no permitían admirar el litoral. Lo mejor fueron las praias y las vistas.
Importante tener en cuenta las mareas si se quiere seguir nuestro track tal cual. La dificultad técnica la consideramos baja ya que además de los cuidados oportunos que hay que tener en zona de los acantilados y los kilómetros, hubo poco más que descalzarse para cruzar el rego en la praia de Pantín, cosa que se puede obviar siguiendo la carretera como apunté anteriormente. Pero como siempre, dependerá de la forma de cada uno.
A seguir!