Costa das Rías Baixas. Etapa 18: Vilagarcía de Arousa (Carril) ~ Rianxo (Quintáns)

Después de haber pateado los alrededor de 400 kms de bellísima costa de la provincia de Pontevedra, en esta etapa y tras cruzar el río Ulla por la Ponte de Catoira, entramos en el concello de Rianxo y seguimos con nuestra Costa das Rías Baixas por la provincia de A Coruña.

Volvemos a Carril para realizar esta etapa en una tarde que parecía más de otoño que de agosto. El asfalto será nuestro compañero buena parte del trayecto, seguimos algunos tramos del camino del Padre Sarmiento aunque nos alejaran de la costa más que nada por evitar el ruido y la tensión de ir por carretera. Además hay que tener en cuenta que casi pegado al mar están las vías del tren, lo que dificulta aún más la situación.
Por la PO-548 llegamos a San Xinés de Bamio, que formó parte del desaparecido municipio de Carril y pertenece hoy al de Vilagarcía de Arousa. Actualmente, la aldea es más conocida por el nombre de “O Campanario” porque en ella destaca la torre-espadaña (campanario), que está situada a muy poca distancia de la iglesia parroquial; pero antiguamente era conocida como “O Louceiro”, por haber estado en torno a ella la mayoría de los hornos de los alfareros. Esta aldea se extendía junto al mar y “Louceiro” era el nombre que los vecinos de Bamio utilizaban para denominar a los alfareros. Según cuentan, la calidad de las piezas de los alfareros de esta parroquia a finales del siglo XIX era grande y merecida.
La iglesia y el cementerio de San Xinés de Bamio está situada a escasos metros de la playa donde también se puede ver un cruceiro sobre las rocas.
“Aldeíña do Louceiro,
aldea que todo ten,
boas mozas, boas peras,
e bós rapaces tamén.”
Dejamos este histórico entorno y seguimos camino por la rúa do Campanario hacia la aldea de A Dona, donde abandonamos el camino del Padre Sarmiento que sigue hacia el interior, nosotros vamos nuevamente hacia la carretera. En nuestro km 4.5 nos metimos por un camino que al principio estaba recientemente desbrozado pero que luego, al cerrarse, nos obligó a ir unos cuantos metros muy cercanos a las vías del tren hasta encontrar un sendero para salir nuevamente a la carretera. Aunque se va con cierta distancia de las vías es mejor no hacer esta aventura ya que puede resultar más peligrosa que la propia carretera.
Poco más adelante volvemos a encontrar las flechas amarillas y las seguimos, nos conducen por el Camino Real casi hasta el viaducto de Catoira. Y digo "casi" porque en un determinado momento el camino se pierde por la maleza y nos obliga a salir a la carretera una vez más.
Pasamos bajo el Viaducto de Adif y seguimos por un camino hasta llegar a la fábrica de conservas que rodeamos para llegar al río Catoira que baja a juntar sus aguas con las del río Ulla.
En la desembocadura del río encontramos un muiño de mareas tristemente descuidado a pesar de estar emplazado en el Espazo Natural del Río Catoira y englobado dentro del LIC Sistema Fluvial Ulla-Deza y Red Natura 2000. Se trata del muiño de mareas de Machón conocido también también como Muíño do Cura. Desde este entorno podemos ver casi por completo el gran puente o Viaducto del Río Ulla que pasa atravesando la ría de Arousa.
Seguimos andando y llegamos al Paseo fluvial do Molle, un conjunto que incluye alameda, piscina Municipal, el edificio de Deportes Náuticos, una pequeña playa artificial y un paseo de madera que enlaza la playa fluvial con la zona monumental de las Torres de Oeste. Coincidió que estaban desmontando lo que quedaba de la fiesta celebrada el día anterior. Según nos contaron, el domingo 1 de agosto, día grande de la Romería Vikinga, no habría desembarco al pie de las Torres de Oeste, pero sí incursión de una flota vikinga que se adentraría en las aguas del río Ulla hasta la Isla de Castrivello.
Las Torres de Oeste impidieron durante siglos el ascenso por el Ulla de los ejércitos normandos y de los piratas sarracenos, al tratarse de un sistema defensivo que lograba frenar todo tipo de invasiones que pudiesen ascender por la Ría de Arousa. El diseño de la fortaleza se finalizó en el siglo XII, quedando como un recinto elíptico rodeado por un muro y armado por siete torres. Las que hoy quedan en pie, pertenecen al siglo IX; las ruinas de otras dos son del siglo XII, y son de la época romana los restos de otras que se orientan hacia el interior. El valor estratégico de este castillo marítimo decayó a finales del siglo XV, en la época de los Reyes Católicos. Con la Edad Moderna, el antiguo e inexpugnable recinto militar no sirvió más que de refugio a vagabundos y de cantera para las casas de las parroquias vecinas, aunque sin decaer del todo, gracias a la existencia de la capilla del Apóstol.
Pasamos junto al embarcadero donde podemos ver las réplicas de los drakkar vikingos que se utilizan para la Romería y seguimos camino para subir y cruzar a Ponte sobre el río Ulla, que desde 1979 une las dos provincias evitando tener que dar un rodeo hasta Padrón.
Nuestros primeros pasos por A Coruña comienzan en el municipio de Rianxo y siguen por carretera hasta la aldea de Quintáns, que será nuestro final de etapa junto al cruceiro de Punta do Cabo. Un cruceiro de granito que no forma parte del vía crucis de la Ruta Xacobea do Mar de Arousa, puesto que es mucho más antiguo que los que forman esta ruta. Aquí era donde se encontraba el barqueiro encargado de pasar a la gente de un lado al otro del Río Ulla y fue también frente a este cruceiro donde ocurrió la tragedia de Quintáns en 1906, en la que perecieron 5 mujeres al volcar la chalana que cruzaba hacia Catoira para ir a la feira de Vilagarcía.

Como ya indiqué es una etapa muy fácil de realizar, que se hace aburrida por tanta cantidad de carretera y que resulta rescatable gracias a los pequeños retales de historia que vamos hilvanando.
Por lo demás, no es necesario tener en cuenta las mareas ni el tiempo, ya que es un ruta corta y apta para cualquier época del año. Solo sería necesaria cierta precaución en días de mucha calor porque casi no tiene sombra.
A por la siguiente!!