CRESTAS DE LA SIERRA DEL MOLINO, CALASPARRA.
near Calasparra, Murcia (España)
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RUTA REALIZADA EL 10/11/2018
CÓMO LLEGAR: Por la A-7 E-15 dirección a Murcia, salida en la nº 567ª por la A-30 dirección Albacete. Salida en la nº 91 Jumilla/Calasparra/Caravaca de la Cruz, seguir por la RM-714 hasta llegar a Calasparra, aparcar cerca de la calle Gran Vía, o bajar a la depuradora.
COMPONENTES: VICENTE Y PEPE
ITINERARIO: DEPURADORA / CAÑÓN RÍO ARGOS / RUINAS / DCHA. DEJAR SENDA-SUBIR / TREPADA EL CORDAL / TREPADA / ANTECIMA / V.G. DEL MOLINO / PORTILLO DE LA ALABARDA / PASO / BAJADA TÉCNICA / ZONA REPLANTADA / DEPÓSITO / CAÑÓN RÍO ARGOS / DEPURADORA.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 12,1 KM
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 05:50 HORAS
ALTURA MÁXIMA: 827 M. (V.G. del Molino)
ALTURA MÍNIMA: 290 M. (Depuradora)
DESNIVEL POSITIVO: 740 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 754 M.
DIFICULTAD: ALTA.
LA RUTA: Interesante ruta de Moskys en una zona que no teníamos pateada. Se trata de crestear por toda la cuerda de la sierra del Molino hasta su punto geodésico y bajar por un portillo, sin sendero hasta un camino por donde regresamos.
Iniciamos desde la depuradora, bajando al cauce del río Argos que vadeamos por un pequeño puente. La humedad hace que sea un punto de exuberante vegetación, sobre todo de matorral, arboleda y cañaveral.
Remontamos por un camino de tierra que continua paralelo al cauce del río del que solo vemos la mancha verde del carrizo y algunas viejas construcciones de acequias y balsas para encauzar el agua, ahora en desuso.
Nos elevamos un poco hasta la entrada al pequeño cañón del río Argos donde dejamos el camino por la izquierda, bajando un poco para enlazar con un sendero. Hay un poste informativo, pero las paletas están rotas.
Entramos en un rincón encajonado y rocoso, de altas y rojas paredes ennegrecidas, con huellas de antiguos desprendimientos. Seguimos girando a la derecha rodeando el espolón montañoso entre pinos de pequeño porte.
Pese a que la senda sube moderadamente no llegamos a ver las aguas del río que se abre paso encajonado entre los paredones. Vemos restos de antiguas balsas en nuestra ladera y las ruinas de una casa de aperos.
Poco después, dejamos el sendero por la derecha, en un punto marcado en el Track, para comenzar a subir por la ladera fuera de senda. Es un tramo asequible manejando el GPS, que mirando atrás nos da vistas por encima de los paredones del cañón.
Llegados al frontal rocoso subimos sobre una de las peñas donde obtenemos espléndidas miradas de Calasparra. Prácticamente estamos en la cresta, pero en una roca aislada. Tenemos que bajar y en unos metros volver a subir.
La subida requiere una trepada con varios puntos de apoyo que nos sitúan de nuevo sobre la crestera. Con varias ventanas entre las rocas que nos ofrecen amplias vistas al valle mientras nos alejamos de Calasparra.
La primera parte es rocosa que vamos salvando por encima de la cresta o bordeándola por la derecha. Aunque el trazo es intuitivo, de vez en cuando aparecen unos puntos rojos pintados que ayudan en su tránsito.
Van desapareciendo las rocas y queda al descubierto el lomo de la sierra, un cordal ancho y redondeado con altibajos, siempre en ascenso moderado y sin obstáculos, que permite patearlo sin complicación alguna.
Debido a los incendios ocurridos en los años 2004 y 2010, la lomada presenta un aspecto árido y devastado, sin un solo pino en la parte alta, solo quedan en pie algunos troncos quemados de lo que en su día fue una pineda.
Accedemos a una lomada más rocosa que vamos superando por ambos lados, lo que nos permite disfrutar de extensas vistas a los dos valles y a las cuidadas vegas del Segura con colores otoñales en sus bancales.
Descendemos un poco para afrontar la subida de un poderoso lomo rocoso con fácil acceso entre las rocas, cresteamos entre farallones que se convierten en magnificas atalayas donde otear el bonito paisaje.
Un lomo esconde a otro, siempre un poco más alto. El siguiente menos afectado por los incendios, al menos en su cara norte, lo salvamos por la parte llana y sin arboleda, de la derecha. Arriba tenemos otro farallón rocoso.
La siguiente lomada es más peñascosa y con tres espolones escalonados, que sin llegar a ellos cresteamos por la derecha, donde el desnivel es más uniforme y asequible hasta la última rampa que nos sitúa en la cresta.
Al ir ganando altura las vistas se ensanchan y aparece un cordal más agreste y afilado, pero todavía no alcanzamos a ver el final, sin embargo, por la derecha vemos los reflejos del embalse de Alfonso XIII del río Quípar.
Por la afilada cresta se transita bien, aunque hacemos unos aéreos pasitos laterales donde tenemos que sujetarnos con las manos. Luego viene un tramo de lomada tranquila al tiempo que el embalse se hace grande.
El próximo resalte montañoso es más escabroso, con salientes puntiagudos y berrocales, con algo de pinar en la cara norte, pero su paso resulta bastante accesible entre los roquedos. Bajamos y subimos de nuevo.
Por la umbría pasamos junto a la base de los farallones, rematando un quebrado trecho que parecía más abrupto, y volvemos a avanzar por el cordal con vistas a nuestro próximo objetivo, otro lomo peñascoso.
La posición de este lomo, nos deja ver su impresionante y soleada cara sur. De una acusada verticalidad casi abismal, de taludes y escabrosidades que terminan en una deforestada ladera con miradas al embalse.
Pero como en las anteriores, el trasiego por la cara norte, por la base de las afiladas aristas de la cresta resulta atractivo, con bellas miradas al profundo paisaje entre los huecos que nos dejan las rocosas paredes.
Sin dejar de subir, avanzamos por el cordal ahora más nítido y menos escabroso, que nos permite asomarnos, unos metros a la cara sur, para contemplar las puntiagudas y verticales aristas que hemos salvado por el otro lado.
Sorteamos por el interior varios resaltes dentados de la cresta y por fin, ya tenemos a la vista el vértice geodésico de la cumbre en lo que parece el último lomo. Por detrás vemos parte del fabuloso cordal que hemos atravesado.
Cima del Molino (825 m.), ha valido la pena llegar hasta aquí. Impactantes y generosas vistas a 360º, al embalse de Alfonso XII y a todo su entorno montañoso, la vega murciana y los grandiosos farallones que hemos pateado.
Para el descenso, tenemos que buscar, siguiendo la cresta, un portillo entre las verticales aristas que nos permita el descenso por la cara sur. Estamos atentos al GPS y vamos tanteando la mejor opción hasta que la encontramos.
Es una bajada rocosa y abrupta sin marcas ni sendero, sólo apta para gente acostumbrada y con buen manejo del GPS. A media bajada el desnivel se amortigua, y mirando hacia arriba vemos la “V” del portillo.
Alcanzado un montículo nos dirigimos a una zona reforestada con plantones de pino y arbustos, virando a la derecha y aprovechando las terrazas de plantones. Pero no dejamos de mirar hacia la barrera montañosa que hemos transitado.
Llegamos a un camino que gira a la izquierda para bajar casi en vertical y ensamblar con la pista forestal que va hasta el embalse, la seguimos por la derecha, pasando junto a un depósito que recoge el agua de lluvia.
La cara sur de la sierra ha sido devastada por los incendios, prácticamente no queda un árbol en pie y al tiempo que van reforestando, forman barreras con los troncos calcinados para evitar el desmoronamiento de la tierra.
Tranquilamente avanzamos con apenas desniveles acercándonos a los restos de pineda que se salvó del incendio y al pueblo de Calasparra que se deja ver entre las copas de los pinos. Llegamos al cruce del cañón del río Argos.
Lo vadeamos cerrando la ruta en la depuradora, con vistas al castillo. Preciosa y exigente ruta, con varios puntos técnicos y tramos sin sendero, que se hace larga por la orografía del terreno. Recomendada para gente preparada.
PODÉIS VER EL RESTO DE FOTOS Y RESEÑAS DE LA RUTA EN EL BLOG, PINCHADO EL ENLACE:
CÓMO LLEGAR: Por la A-7 E-15 dirección a Murcia, salida en la nº 567ª por la A-30 dirección Albacete. Salida en la nº 91 Jumilla/Calasparra/Caravaca de la Cruz, seguir por la RM-714 hasta llegar a Calasparra, aparcar cerca de la calle Gran Vía, o bajar a la depuradora.
COMPONENTES: VICENTE Y PEPE
ITINERARIO: DEPURADORA / CAÑÓN RÍO ARGOS / RUINAS / DCHA. DEJAR SENDA-SUBIR / TREPADA EL CORDAL / TREPADA / ANTECIMA / V.G. DEL MOLINO / PORTILLO DE LA ALABARDA / PASO / BAJADA TÉCNICA / ZONA REPLANTADA / DEPÓSITO / CAÑÓN RÍO ARGOS / DEPURADORA.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 12,1 KM
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 05:50 HORAS
ALTURA MÁXIMA: 827 M. (V.G. del Molino)
ALTURA MÍNIMA: 290 M. (Depuradora)
DESNIVEL POSITIVO: 740 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 754 M.
DIFICULTAD: ALTA.
LA RUTA: Interesante ruta de Moskys en una zona que no teníamos pateada. Se trata de crestear por toda la cuerda de la sierra del Molino hasta su punto geodésico y bajar por un portillo, sin sendero hasta un camino por donde regresamos.
Iniciamos desde la depuradora, bajando al cauce del río Argos que vadeamos por un pequeño puente. La humedad hace que sea un punto de exuberante vegetación, sobre todo de matorral, arboleda y cañaveral.
Remontamos por un camino de tierra que continua paralelo al cauce del río del que solo vemos la mancha verde del carrizo y algunas viejas construcciones de acequias y balsas para encauzar el agua, ahora en desuso.
Nos elevamos un poco hasta la entrada al pequeño cañón del río Argos donde dejamos el camino por la izquierda, bajando un poco para enlazar con un sendero. Hay un poste informativo, pero las paletas están rotas.
Entramos en un rincón encajonado y rocoso, de altas y rojas paredes ennegrecidas, con huellas de antiguos desprendimientos. Seguimos girando a la derecha rodeando el espolón montañoso entre pinos de pequeño porte.
Pese a que la senda sube moderadamente no llegamos a ver las aguas del río que se abre paso encajonado entre los paredones. Vemos restos de antiguas balsas en nuestra ladera y las ruinas de una casa de aperos.
Poco después, dejamos el sendero por la derecha, en un punto marcado en el Track, para comenzar a subir por la ladera fuera de senda. Es un tramo asequible manejando el GPS, que mirando atrás nos da vistas por encima de los paredones del cañón.
Llegados al frontal rocoso subimos sobre una de las peñas donde obtenemos espléndidas miradas de Calasparra. Prácticamente estamos en la cresta, pero en una roca aislada. Tenemos que bajar y en unos metros volver a subir.
La subida requiere una trepada con varios puntos de apoyo que nos sitúan de nuevo sobre la crestera. Con varias ventanas entre las rocas que nos ofrecen amplias vistas al valle mientras nos alejamos de Calasparra.
La primera parte es rocosa que vamos salvando por encima de la cresta o bordeándola por la derecha. Aunque el trazo es intuitivo, de vez en cuando aparecen unos puntos rojos pintados que ayudan en su tránsito.
Van desapareciendo las rocas y queda al descubierto el lomo de la sierra, un cordal ancho y redondeado con altibajos, siempre en ascenso moderado y sin obstáculos, que permite patearlo sin complicación alguna.
Debido a los incendios ocurridos en los años 2004 y 2010, la lomada presenta un aspecto árido y devastado, sin un solo pino en la parte alta, solo quedan en pie algunos troncos quemados de lo que en su día fue una pineda.
Accedemos a una lomada más rocosa que vamos superando por ambos lados, lo que nos permite disfrutar de extensas vistas a los dos valles y a las cuidadas vegas del Segura con colores otoñales en sus bancales.
Descendemos un poco para afrontar la subida de un poderoso lomo rocoso con fácil acceso entre las rocas, cresteamos entre farallones que se convierten en magnificas atalayas donde otear el bonito paisaje.
Un lomo esconde a otro, siempre un poco más alto. El siguiente menos afectado por los incendios, al menos en su cara norte, lo salvamos por la parte llana y sin arboleda, de la derecha. Arriba tenemos otro farallón rocoso.
La siguiente lomada es más peñascosa y con tres espolones escalonados, que sin llegar a ellos cresteamos por la derecha, donde el desnivel es más uniforme y asequible hasta la última rampa que nos sitúa en la cresta.
Al ir ganando altura las vistas se ensanchan y aparece un cordal más agreste y afilado, pero todavía no alcanzamos a ver el final, sin embargo, por la derecha vemos los reflejos del embalse de Alfonso XIII del río Quípar.
Por la afilada cresta se transita bien, aunque hacemos unos aéreos pasitos laterales donde tenemos que sujetarnos con las manos. Luego viene un tramo de lomada tranquila al tiempo que el embalse se hace grande.
El próximo resalte montañoso es más escabroso, con salientes puntiagudos y berrocales, con algo de pinar en la cara norte, pero su paso resulta bastante accesible entre los roquedos. Bajamos y subimos de nuevo.
Por la umbría pasamos junto a la base de los farallones, rematando un quebrado trecho que parecía más abrupto, y volvemos a avanzar por el cordal con vistas a nuestro próximo objetivo, otro lomo peñascoso.
La posición de este lomo, nos deja ver su impresionante y soleada cara sur. De una acusada verticalidad casi abismal, de taludes y escabrosidades que terminan en una deforestada ladera con miradas al embalse.
Pero como en las anteriores, el trasiego por la cara norte, por la base de las afiladas aristas de la cresta resulta atractivo, con bellas miradas al profundo paisaje entre los huecos que nos dejan las rocosas paredes.
Sin dejar de subir, avanzamos por el cordal ahora más nítido y menos escabroso, que nos permite asomarnos, unos metros a la cara sur, para contemplar las puntiagudas y verticales aristas que hemos salvado por el otro lado.
Sorteamos por el interior varios resaltes dentados de la cresta y por fin, ya tenemos a la vista el vértice geodésico de la cumbre en lo que parece el último lomo. Por detrás vemos parte del fabuloso cordal que hemos atravesado.
Cima del Molino (825 m.), ha valido la pena llegar hasta aquí. Impactantes y generosas vistas a 360º, al embalse de Alfonso XII y a todo su entorno montañoso, la vega murciana y los grandiosos farallones que hemos pateado.
Para el descenso, tenemos que buscar, siguiendo la cresta, un portillo entre las verticales aristas que nos permita el descenso por la cara sur. Estamos atentos al GPS y vamos tanteando la mejor opción hasta que la encontramos.
Es una bajada rocosa y abrupta sin marcas ni sendero, sólo apta para gente acostumbrada y con buen manejo del GPS. A media bajada el desnivel se amortigua, y mirando hacia arriba vemos la “V” del portillo.
Alcanzado un montículo nos dirigimos a una zona reforestada con plantones de pino y arbustos, virando a la derecha y aprovechando las terrazas de plantones. Pero no dejamos de mirar hacia la barrera montañosa que hemos transitado.
Llegamos a un camino que gira a la izquierda para bajar casi en vertical y ensamblar con la pista forestal que va hasta el embalse, la seguimos por la derecha, pasando junto a un depósito que recoge el agua de lluvia.
La cara sur de la sierra ha sido devastada por los incendios, prácticamente no queda un árbol en pie y al tiempo que van reforestando, forman barreras con los troncos calcinados para evitar el desmoronamiento de la tierra.
Tranquilamente avanzamos con apenas desniveles acercándonos a los restos de pineda que se salvó del incendio y al pueblo de Calasparra que se deja ver entre las copas de los pinos. Llegamos al cruce del cañón del río Argos.
Lo vadeamos cerrando la ruta en la depuradora, con vistas al castillo. Preciosa y exigente ruta, con varios puntos técnicos y tramos sin sendero, que se hace larga por la orografía del terreno. Recomendada para gente preparada.
PODÉIS VER EL RESTO DE FOTOS Y RESEÑAS DE LA RUTA EN EL BLOG, PINCHADO EL ENLACE:
Waypoints
Waypoint
961 ft
01-DEPURADORA
Waypoint
982 ft
02-CAÑÓN RÍO ARGOS
Waypoint
991 ft
03-RUINAS
Waypoint
1,161 ft
04-DCHA. DEJAR SENDA-SUBIR
Waypoint
1,260 ft
05-TREPADA AL CORDAL
Waypoint
1,981 ft
06-TREPADA
Waypoint
2,625 ft
07-ANTECIMA
Waypoint
2,707 ft
08-V.G. DEL MOLINO
Waypoint
2,486 ft
09-PORTILLO DE LA ALBARDA
Waypoint
2,481 ft
10-PASO
Waypoint
2,358 ft
11-BAJADA TÉCNICA
Waypoint
1,961 ft
12-ZONA REPLANTADA
Waypoint
1,479 ft
13-CAMINO
Pista Sin Asfaltar
Waypoint
1,598 ft
14-DEPÓSITO
Comments (2)
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Information
Easy to follow
Scenery
Difficult
Una pasada de cresta y sobre todo un rincón el del río argos muy agradable. Un sitio poco conocido y con pocas referencias pero que da un rollo montañero importante. Espero que dejen la sierra tranquila y no la quemen más, porque cada pocos años incendio. Un saludo
Gracias Moskys, fue una gran sorpresa montañera, vale la pena desplazarse a Calasparra. Saludos.