Crestas de Santa Bárbara y Peñáguila desde Santo Domingo de Silos
near Santo Domingo de Silos, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Dónde estamos: En el extremo occidental de la Cordillera Ibérica, al sur de la divisoria de la cadena, de la cual queda separada por el alto curso del Arlanza, se alzan sobre campos y pinares unas sierras de modesta altitud, pero que muestran por momentos la bravura de la caliza en crestones y cantiles. Entre ellas, están las Peñas de Cervera, que se alinean entre Caleruega y Santo Domingo de Silos. Esta ruta recorre una parte de las mismas; concretamente, el arco de cresta que, al sur de esta última población, tiene como principales hitos el Alto de Santa Bárbara, la Peña Alta y la Peñáguila. Se trata de un panorámico cordal, afilado por momentos pero sin presentar obstáculos de consideración, que abraza un denso bosque de pinos y sabinas y enebros, que contrasta su verde variado con el gris kárstico de los roquedos. La belleza de este variado paisaje resalta más si se contempla desde la cuerda, al otro lado de la cual la ondulada llanura que desciende hacia el Duero muestra sus apagados colores.
Descripción: Salí de Santo Domingo de Silos por la senda balizada (GR-160), que, en dirección SE, se encarama a la sierra camino de Peñacoba. Tras cruzar un par de pistas, cuando se abre en una bifurcación, dejé las señales y continué por la derecha (S), para dejar también esta senda poco después, asimismo por la derecha (SO), y remontar por terreno despejado pero algo incómodo por pedregoso, La Ladera. Al llegar a la cuerda, tomé a la derecha (O) la pista que la recorre, por la cual llegué a un repetidor, que sobrepasé para encaramarme, a la derecha (N), al canto cimero de Santa Bárbara.
Retorné por la pista al este y la seguí luego hasta descender de la cresta y desembocar en otra, a la entrada al tajo de La Hoz. Este nuevo camino ostentaba las ya conocidas señales del GR-160 y lo tomé a la izquierda (N) para, pasado el estrecho, dejarlo por una senda estrecha que cruzaba el torrente. Enseguida, al entrar en un barranco abierto en la vertiente septentrional de la Peña Alta, abandoné también este trazo en sus primeros metros, remontando a la derecha (SE) la pedregosa ladera, para ganar la arista y remontarla a la izquierda (SE). Ésta es rocosa pero muy fácil; estrecha a veces, pero la superé caminando, con sólo rodear algún que otro canto. Y así llegué a la cima de la Peña Alta.
Continué el cresteo al SE, sin senda pero por terreno aún más cómodo, descendiendo al cabo a un amplio collado empradizado. Allí, en el tronco de algunos pinos y enebros, aparecieron unas marcas de PR, que deben venir de una de las dos vertientes. De cuál, carece de importancia, pues lo que tocaba era seguirlas en su subida al este, para que me ayudaran a localizar el paso fácil en los dos resaltes calizos que defienden la siguiente cima, la Peñáguila. Sólo en el primero tuve que apoyar la mano y carece de exposición.
A partir de aquí, continué por el PR, siguiendo la cuerda al NE. La senda, cada vez más clara, rodea por la izquierda el Cerro Collado y, para alcanzarlo, al reganar la cuerda, la seguí brevemente a la derecha (SE), por terreno cómodo y despejado. Aunque esta cima, destacada porque ahí gira el cordal del NE al NO, es visualmente decepcionante, pues la culminación está rodeada de arbolado. En fin, retorné a la senda y seguí por ella la cuerda al NO. Cuando el PR la dejó, descendiendo hacia la vertiente oriental (derecha), continué cresta adelante, la cual se tornó rocosa, afilada por momentos e incómoda en otros, pero sin llegar a presentar dificultades técnicas o pasos comprometidos. Yo la seguí hasta el risco más alto de los de Costaisa, sorprendente paraje en que la roca se alza en canchos caóticos en torno a praderas hundidas donde se refugian los pinos.
Desde ahí, dejé la cuerda, descendiendo al SO a través del pinar, un poco por donde dios me dio a entender, buscando lo más despejado y menos empinado. Sin demasiada incomodidad, llegué así al fondo de esta cuenca de El Enebral, donde topé con un ancho camino. Lo tomé a la izquierda (S) y comencé a remontar la ladera opuesta. Pronto, llegué a una bifurcación, en la que giré a la derecha (SO), para acabar de encaramarme a un rellano a media altura, llamado Los Llanos. Ahí, dejé el camino por una senda angosta que, a la derecha (NO), deja de subir para atravesar la ladera manteniendo cota. Curiosamente, este camino alterna tramos en que cuesta trabajo seguirlo, con otros en que es casi una pista. En la siguiente bifurcación, seguí por la derecha (N), yendo precisamente por lo menos marcado. Salí luego a un cauce seco y lo seguí en su descenso, a la derecha (O), yendo a dar las ruinosas Tenadas del Cerrito. Topé allí con el camino que pasa por ellas, el cual, tomado a la derecha (NO), me condujo, pasando por el espectacular congosto de la Fuente del Pato, de vuelta a Santo Domingo de Silos.
(Toda la toponimia, tomada del MTN25 del IGN).
Mi tiempo en movimiento: 6h29
Dificultades: Muy fácil. El itinerario alterna caminos de diferente calidad con tramos campo a través con ligeras incomodidades, pero sin obstáculos reseñables, y donde la orientación, aunque fácil, hay que resolverla por la pendiente, sin referencias visuales.
Comentario: Hermosa caminata, muy variada y adecuada para el verano, pese a su escasa altitud, ya que transcurre casi toda, bien en cresta, bien entre árboles. No requiere otras destrezas que cierto hábito de caminar por cantizal y no sufrir un vértigo excesivo; es más, los pocos pasos expuestos en la arista, se pueden evitar, eso sí, por terreno generalmente más incómodo. El panorama desde estas modestas cimas no es muy extenso, pero destacan las perspectivas, a nivel local, de las peñas de Carazo y la zona de Valdosa, máxima cumbre de estas Peñas de Cervera. También hay que resaltar de los parajes que se atraviesan y que ya fui nombrando sucintamente en la descripción.
Puedes ver una descripción de esta ruta con más fotos, un relato pormenorizado y detalles adicionales en el siguiente enlace a mi blog DE MONTAÑA EN MONTAÑA.
Descripción: Salí de Santo Domingo de Silos por la senda balizada (GR-160), que, en dirección SE, se encarama a la sierra camino de Peñacoba. Tras cruzar un par de pistas, cuando se abre en una bifurcación, dejé las señales y continué por la derecha (S), para dejar también esta senda poco después, asimismo por la derecha (SO), y remontar por terreno despejado pero algo incómodo por pedregoso, La Ladera. Al llegar a la cuerda, tomé a la derecha (O) la pista que la recorre, por la cual llegué a un repetidor, que sobrepasé para encaramarme, a la derecha (N), al canto cimero de Santa Bárbara.
Retorné por la pista al este y la seguí luego hasta descender de la cresta y desembocar en otra, a la entrada al tajo de La Hoz. Este nuevo camino ostentaba las ya conocidas señales del GR-160 y lo tomé a la izquierda (N) para, pasado el estrecho, dejarlo por una senda estrecha que cruzaba el torrente. Enseguida, al entrar en un barranco abierto en la vertiente septentrional de la Peña Alta, abandoné también este trazo en sus primeros metros, remontando a la derecha (SE) la pedregosa ladera, para ganar la arista y remontarla a la izquierda (SE). Ésta es rocosa pero muy fácil; estrecha a veces, pero la superé caminando, con sólo rodear algún que otro canto. Y así llegué a la cima de la Peña Alta.
Continué el cresteo al SE, sin senda pero por terreno aún más cómodo, descendiendo al cabo a un amplio collado empradizado. Allí, en el tronco de algunos pinos y enebros, aparecieron unas marcas de PR, que deben venir de una de las dos vertientes. De cuál, carece de importancia, pues lo que tocaba era seguirlas en su subida al este, para que me ayudaran a localizar el paso fácil en los dos resaltes calizos que defienden la siguiente cima, la Peñáguila. Sólo en el primero tuve que apoyar la mano y carece de exposición.
A partir de aquí, continué por el PR, siguiendo la cuerda al NE. La senda, cada vez más clara, rodea por la izquierda el Cerro Collado y, para alcanzarlo, al reganar la cuerda, la seguí brevemente a la derecha (SE), por terreno cómodo y despejado. Aunque esta cima, destacada porque ahí gira el cordal del NE al NO, es visualmente decepcionante, pues la culminación está rodeada de arbolado. En fin, retorné a la senda y seguí por ella la cuerda al NO. Cuando el PR la dejó, descendiendo hacia la vertiente oriental (derecha), continué cresta adelante, la cual se tornó rocosa, afilada por momentos e incómoda en otros, pero sin llegar a presentar dificultades técnicas o pasos comprometidos. Yo la seguí hasta el risco más alto de los de Costaisa, sorprendente paraje en que la roca se alza en canchos caóticos en torno a praderas hundidas donde se refugian los pinos.
Desde ahí, dejé la cuerda, descendiendo al SO a través del pinar, un poco por donde dios me dio a entender, buscando lo más despejado y menos empinado. Sin demasiada incomodidad, llegué así al fondo de esta cuenca de El Enebral, donde topé con un ancho camino. Lo tomé a la izquierda (S) y comencé a remontar la ladera opuesta. Pronto, llegué a una bifurcación, en la que giré a la derecha (SO), para acabar de encaramarme a un rellano a media altura, llamado Los Llanos. Ahí, dejé el camino por una senda angosta que, a la derecha (NO), deja de subir para atravesar la ladera manteniendo cota. Curiosamente, este camino alterna tramos en que cuesta trabajo seguirlo, con otros en que es casi una pista. En la siguiente bifurcación, seguí por la derecha (N), yendo precisamente por lo menos marcado. Salí luego a un cauce seco y lo seguí en su descenso, a la derecha (O), yendo a dar las ruinosas Tenadas del Cerrito. Topé allí con el camino que pasa por ellas, el cual, tomado a la derecha (NO), me condujo, pasando por el espectacular congosto de la Fuente del Pato, de vuelta a Santo Domingo de Silos.
(Toda la toponimia, tomada del MTN25 del IGN).
Mi tiempo en movimiento: 6h29
Dificultades: Muy fácil. El itinerario alterna caminos de diferente calidad con tramos campo a través con ligeras incomodidades, pero sin obstáculos reseñables, y donde la orientación, aunque fácil, hay que resolverla por la pendiente, sin referencias visuales.
Comentario: Hermosa caminata, muy variada y adecuada para el verano, pese a su escasa altitud, ya que transcurre casi toda, bien en cresta, bien entre árboles. No requiere otras destrezas que cierto hábito de caminar por cantizal y no sufrir un vértigo excesivo; es más, los pocos pasos expuestos en la arista, se pueden evitar, eso sí, por terreno generalmente más incómodo. El panorama desde estas modestas cimas no es muy extenso, pero destacan las perspectivas, a nivel local, de las peñas de Carazo y la zona de Valdosa, máxima cumbre de estas Peñas de Cervera. También hay que resaltar de los parajes que se atraviesan y que ya fui nombrando sucintamente en la descripción.
Puedes ver una descripción de esta ruta con más fotos, un relato pormenorizado y detalles adicionales en el siguiente enlace a mi blog DE MONTAÑA EN MONTAÑA.
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