Cresteando por Los Mamellones. Anthercas

Accedemos por la RM-F13 desde San Jose de La Montaña hacia el Puerto del Garruchal, pasado el km 4, junto a la antigua venta (antes de la curva), cogemos la pista del Camino Viejo del Miravete (Cno de Los Pérez y Los González).

Transitamos por ella cruzando la Rambla de Los Pérez y una zona encementada, la pista vira paralela a la Rambla del Soldado en la Sierra la Cañisola, tras 3,5 km desde el inicio de la pista, aparcamos en el collado.

Mamelón significa colina o cima en forma de pezón, junto a la meteorización cavernosa a base de erosión alveolar o de tafonis, estructuras en panel de abeja y las esferas esculpidas en las areniscas, modelan un paisaje tan espectacular como sorprendente.

Descendiendo unos metros desde el collado en el sentido de la marcha, iniciamos a la derecha la ascensión que nos conduce a un increíble monumento natural, fruto de las condiciones climáticas, tras el remoto descenso del nivel del mar en esta cuenca geológica.

Las vistas de los cultivos a base de limoneros, almendros y olivos, junto a sus balsas de riego y las sierras circundantes, en un entorno tan árido, crean un contraste llamativo e interesante.

Dejamos el primer mamellón (419 m), para seguir por la cresta hacia una vertiginosa roca puntera, punto de referencia para girar en destrepada sin mucha complicación, aunque Marta, nuestra gentil guía, coloca una cuerda para facilitar el descenso, apoyada por nuestro Juanico, complementan un experimentado equipo dirigente.

El segundo mamellón (417 m) fue del gusto de nuestras otras dos andarinas, sellando con sendas fotos su paso.
El descenso escalonado de estratos pone a prueba nuestras sufridas rodillas, los bastones que estorbaban en el destrepe, aquí suponen una gran ayuda.

Los pinos, protegidos por la umbría, no están resecos milagrosamente, el calor se empieza a sentir camino del tercer mamellón (428 m).

Tras laboriosa bajada subimos al cuarto, La Peña del Águila (439 m), tomamos el mantente flanqueados al sur por la Sierra de Columbares, al Este la de Altaona, al Norte Cañisola y al Este la Cresta del Gallo.

Coronamos el Pico del Águila (449 m), los más osados emprenden carrera, para conseguir la última foto impactante calculando riesgos, antes del descenso por el collado (352 m).

Giramos de vuelta bajo las paredes de los mamellones, primero por sendero marcado con hitos y después por pista, ahora la sorpresa es un monumento artificial, el chasis de un autobús encaramado en una rústica construcción, da pie a comentarios y risas entre los viajeros… digo andarines, pues eso hacemos, continuar a pata eludiendo una casa, rodeando huertos buscando la cercana y visible pista de vuelta.

Nuestra capacidad de asombro se pone a prueba nuevamente, al descubrir un mini rocódromo, al que se encaraman como críos varios compañeros.

Finalmente marchamos a celebrar con cervezas y algo de picoteo, que nos volvemos a reunir, y sobretodo, porque nuestro querido Manuel ha vuelto a ser abuelo. ¡¡Brindemos por eso!!

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