Crestería de la Sierra de Alhama desde el Boquete de Zafarraya al Pico La Torca (Granada y Málaga)

Partiendo desde el Boquete de Zafarraya, la ruta consiste en recorrer la cresta completa de la sierra, hasta coronar su cota más elevada: La Torca (1.505 m.). El descenso se realiza por la ladera nororiental, en busca del Llano de Zafarraya. Nos encontramos entre el Arco Calizo Central y el Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama. No debemos confundir esta verdadera Sierra de Alhama con la denominación del cercano parque natural, en el entorno contiguo a Játar.


Estacionamos el vehículo en el aparcamiento del Mirador del Boquete. El Puerto de Zafarraya actúa como un estratégico paso natural, que permite conectar por carretera las provincias de Granada y Málaga. Inicialmente recorremos el serpenteante Sendero del Tajo de la U. Sin tiempo para calentar motores, ascendemos una pronunciada cuesta en busca de una sucesión de miradores y la Cueva Oreá. Conforme ascendemos vamos teniendo estupendas panorámicas del Boquete de Zafarraya, la pedanía alhameña de Ventas de Zafarraya y el inmenso poljé del Llano de Zafarraya. Por aquí todo se llama Zafarraya. La Maroma también va descollando tras el Tajo de la Cuna, al otro lado de la gran hendidura.


Justo antes del segundo mirador se encuentra la Cueva Oreá, aunque más bien se trata de un túnel, con otra oquedad superpuesta encima de la primera. Supongo que el origen de su topónimo será Cueva Oreada, por aquello del fuerte viento que suele hacer a través de ella. Otra suposición del nombre puede ser Cueva Horadada, aunque más bien se pronunciaría Cueva Orá. En fin, el acento andaluz... A partir de este punto dejamos el cómodo sendero que traemos, empezando la crestería propiamente dicha. Al fondo divisamos nuestro principal objetivo: la mole caliza de La Torca.


pLas trepadas y destrepadas serán continuas, ya que iremos recorriendo el filete, como llaman los lugareños a esta arista cimera. Curiosa denominación para el filo de la montaña. A nuestra izquierda, vistas a la provincia de Málaga. En primer plano admiramos la Mesa de Zalía, y tras ella, el Embalse de La Viñuela.


A nuestra derecha, vistas a la provincia de Granada. En primer plano vemos el pueblo de Zafarraya, y tras él, la Sierra Gorda de Loja.


A cada instante volveremos la vista atrás, para contemplar la cresta recorrida. En lontananza despunta la nevada Sierra Nevada. La Maroma todavía luce un tenue manto níveo en la cara septentrional de su cúspide. Su enorme y característico vértice geodésico es visible a simple vista.


Nuestro siguiente objetivo es encumbrar el vértice geodésico del Cerro Hoyo del Toro (1.352 m.), llamado así por la gran dolina adyacente en su antecima. También recibe el nombre de Pico de La Umbría.


Las vistas en el horizonte alcanzan ahora a gran parte de la dorsal del Arco Calizo Central, desde Peña Negra en la Sierra del Co, hasta la Sierra de Gibalto. Destaca este tramo por la profusión de líquenes amarillentos tapizando la piedra caliza, que junto con el intenso verdor de la vegetación, y el límpido azul del cielo, crea un bonito contraste de colores entre el gris calcáreo predominante.


La diferencia entre ambas vertientes es obvia. La cara sur es abrupta y desarbolada. La cara norte está algo más alomada y cubierta de bosque. En el llano destacan decenas de estanques, balsas y albercas entre los campos de cultivo zafarreños.


Otra mirada atrás para contemplar el paisaje de la comarca de La Axarquía.


Faldeamos el Tajo del Cabrero (1.274 m.) en busca del Collado de Veredas Blancas. Visto desde Zafarraya le llaman Tajo del Cabrero. Visto desde la otra vertiente le llaman Cerro de Marchamona. La vegetación es benévola en todo momento. Ya tenemos enfrente La Torca. Da la impresión que su cumbre se encuentra a tiro piedra, pero solo estamos viendo la primera de sus siete antecimas, hasta que alcancemos el vértice geodésico. Abajo quedan las aldeas de Marchamona y Guaro.


En el Collado de Veredas Blancas, cruzamos el sendero que atraviesa transversalmente esta sierra desde Marchamona a Zafarraya. Ahora comenzamos realmente la verdadera ascensión.


Nuevamente nuestras manos serán las protagonistas, en las trepadas por los desnudos bloques calizos, con una pronunciada pendiente. Con la excusa de observar el panorama detrás nuestra, recuperaremos el resuello por momentos.


Tras superar varias cimas menores, nos encaramamos a otro espectacular tramo de la cresta, algo más horizontal, pero alternando con pequeños subibajas por la roca pura y dura, que se encuentra bien fijada y con buen agarre, sin que se descomponga. Todo lo contrario que la vecina Sierra Almijara, que a pesar de ser también caliza, predomina otro tipo de carbonato en su composición, y se desmorona.


Este tramo es impresionante. Más imponente aún que el primer tramo del Hoyo del Toro. Y ya es difícil superar sus fantásticas panorámicas.


Tras esta divertida cordal, pasamos por un bucólico paraje: una nava donde una lagunilla junto con un pozo, rodeada de un mullido prado, nos invita a descansar las plantas de los pies. Lo haremos a la vuelta, realizando aquí la principal parada de la jornada. Esta gran dolina o torca, es la que da nombre al paraje y al pico: La Torca.


Y por fin hollamos el vértice geodésico de La Torca, situado en lo más puntiagudo del lapiaz somital. Sin embargo la cota más elevada de la cumbre, se encuentra junto al vértice, por tan solo cinco metros de altitud. Estamos rodeados por un encrespado mar calizo.


Tras las fotos de rigor, emprendemos la vuelta hacia la lagunilla de la nava, para disfrutar del merecido descanso y dar cuenta de las vituallas.


Justo al enlazar de nuevo con la cordal, nos desviamos hacia la vertiente alomada para iniciar un descenso al destrozo, aunque siempre buscando las mejores curvas de nivel y la mejor pisada posible. Nos internamos en el pinar, hasta enlazar con un sendero que nos lleva al límite de los campos de cultivo del llano. Al llegar a un alcachofar, conectamos con una pista terriza entre encinas, que se convierte asfaltada más tarde.


Ya solo nos resta seguir esta pista hasta el punto inicial, observando desde el llano la crestería completa realizada.

En cuanto a la vegetación, la arboleda predominante está formada por encinas y pinos resineros. Entre el matorral bajo y arbustivo destacan majuelos, bolinas, lastones, palmitos y aulagas. A mayor altitud, además del pastizal también aparece matorral almohadillado aislado como piornos. Además es época para contemplar orquídeas en flor. En cuanto a la fauna es frecuente el avistamiento de cabras monteses, jabalíes, perdices, grajas, águilas y otras rapaces.

El itinerario transcurre según el tipo de terreno: un 60% campo a través rocoso y lapiaz, un 30% por pista terriza y asfaltada sin apenas tráfico, y un 10% por sendero terrizo y pedregoso. El desnivel positivo es de 920 m. y el tiempo en movimiento fue de 8 horas 25 minutos, sin incluir las paradas. La dificultad de la ruta la justifico por el agreste terreno rocoso por el que transitamos continuamente, con varias trepadas necesarias en la progresión, sin que existan pasos expuestos.

En el vídeo de abajo hay un reportaje fotográfico con mi visión de la ruta, que por motivo de copyright de la música de fondo, es posible que no pueda reproducirse en dispositivo móvil, como smartphone y tablet, por lo que solo será posible visionarlo en ordenador y smart TV.



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Ruta Crestería de la Sierra de Gibalto.
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