Crestería de la Sierra de Gibalto (Granada)

Partiendo desde el Cortijo de la Parrilla, la ruta consiste en ascender dos cotas principales de la sierra: Pico Forcales (1.375 m.) y Pico Gibalto (1.486 m.). En mi opinión esta sierra forma parte del Arco Calizo Central, constituyendo el primer (o último) eslabón de esta cadena montañosa, a pesar de encontrarnos en la provincia de Granada.


Antes de nada hay que hacer una advertencia. Esta sierra está completamente rodeada de fincas privadas, si bien su corazón da la impresión que es de titularidad pública. Para acceder a este enclave se requiere la autorización de los propietarios colindantes, en este caso gracias a la amabilidad del propietario del Cortijo de la Parrilla y otra finca adyacente en la parte alta. Siempre que no seamos un grupo numeroso, fuera de temporada de caza y de recolección de setas, nos permitirán incluso estacionar en el mismo cortijo. Hay numerosos carteles que indican en el vallado los cotos de caza y de setas, con la consiguiente prohibición de paso. Otra cuestión es dilucidar la posible servidumbre de paso que ostente la finca pública, ya que todos los carteles de prohibición que vimos, están orientados hacia ella, además de haber colocado la Administración, balizas y un panel informativo en un mirador. Pero no se informa por dónde se accede. De hecho no hay cancelas en la pista de acceso a La Parrilla, pero los carteles de prohibición de paso son reiterativos, además de la efectiva labor del guarda de la finca.


Entre quejigos y cornicabras, ascendemos suavemente hacia el paraje de los Cortijos del Hoyón. Se trata de un conjunto de cuatro edificaciones principales que vivieron tiempos mejores, ya que hoy día se encuentran en ruinas. Disponían de otras construcciones menores, como graneros, corrales, establos, eras y bancales de cultivo. Un vallado corta este hoyón en dos mitades, lo que parece ser la finca pública, delimitada por la cresta de la sierra y otras vallas en sendos collados.


Un repecho nos hace ganar altura rápidamente. Detrás nuestra se alza el primer objetivo de la jornada: el Pico Forcales. Otra polémica de la ruta, es dilucidar su correcta designación respecto a los mapas, ya que según los lugareños está intercambiado su nombre con el Pico Gibalto. Por tanto, en realidad el Forcales sería el Gibalto y viceversa. Esta suposición está abalada por la ubicación del Cortijo de Gibalto en la ladera norte del Falso Forcales, como lo ha rebautizado uno de los compañeros de ruta. Sin embargo, voy a mantener la actual nomenclatura de los mapas, ya que el vértice geodésico es nombrado Gibalto por el IGN. Además, atendiendo al posible origen del topónimo Gibalto → Giba-en-lo-alto → Joroba-en-lo-alto, pudiera ser lo más correcto, dada la gran giba (joroba cual dromedario) que se divisa en la cúspide de la sierra desde la perspectiva de Villanueva del Trabuco, según podemos comprobar en la aproximación por carretera si venimos de esa dirección. Teoría etimológica aparte, Gibalto y Forcales los nombro tal cual están situados actualmente en el mapa.


Nos desviamos hacia el Mirador de la Encina de las Zorreras, con el panel informativo de la Junta de Andalucía comentado anteriormente.


Atravesamos un bello rincón en una vaguada arbolada y salpicada de majanos, testigos mudos de antaño en que el terreno se dedicaría al cultivo.


Alcanzamos el Puerto de las Carboneras, con una cancela abierta que da paso a otra finca, pero sin cruzarla, nos dirigimos a un entronque de vallas, donde encontramos un paso fácil para emprender el ascenso hacia el Forcales. Detrás nuestra se yergue la cresta del Pico Gibalto, pudiendo sentir cómo nos llama su vértice geodésico. Pero primero el Forcales.


Desde su cumbre tenemos estupendas panorámicas de la Sierra Gorda de Loja en primer plano, y la Sierra de Alhama detrás, con su altivo Pico La Torca despuntando. Abajo queda el valle del Arroyo de las Mozas. Al otro lado podemos contemplar las vegas de la comarca del Poniente Granadino. En lontananza se vislumbra la Subbética Cordobesa.


Según vamos descendiendo de nuevo hacia el Puerto de las Carboneras, vamos escudriñando los mejores pasos posibles por la vertiente oriental de la crestería del Gibalto. Estamos viendo su cara amable y alomada. La otra vertiente es pura verticalidad, con unos tajos espectaculares. También observamos las dos vaguadas que descienden hacia El Hoyón. La vaguada de más arriba será la que optemos para el descenso tras haber recorrido la crestería.


Desde el Puerto de las Carboneras tenemos una preciosa estampa de la Sierra Gorda, con una encina 'rastrera' en primer plano, lo que denota el fuerte viento predominante en estos lares. La flor amarilla del aulagar proporciona una nota más de color, entre el intenso azul del cielo y el verdor de la hierba.


Con una mirada atrás nos despedimos del Forcales y sus aisladas encinas. Sin tiempo para más charla, y habiendo recuperado el resuello perdido tras hollar la cima anterior... cataplum parriba...


Comenzamos la ascensión por la divertida crestería. Cuanto más nos peguemos a la arista, más cómodo será el tránsito por el agreste terreno calizo y mejores serán las vistas.


Pero precaución con no asomarnos demasiado al tajo, vaya a ser que tengamos un resbalón...


Será frecuente la ayuda de las manos en las trepadas. A pesar de lo aéreo del recorrido, no existen pasos expuestos ni técnicamente complicados, salvo que queramos acercarnos al filo más de la cuenta.


Y casi sin darnos cuenta, brincando entre bloques calizos y un lapiaz somital, alcanzamos el vértice geodésico Gibalto. Si desde el Forcales teníamos estupendas panorámicas, desde esta cumbre las vistas de 360º son formidables. Con decir que estamos divisando simultáneamante hasta cinco techos provinciales, se dice todo: Torreón, Maroma, Terril, Tiñosa y Mulhacén. Casi nada... para encontrarnos en un cuasi milquinientos de altitud.


Bajo la atenta mirada de los colosos Chamizo y Maroma, continuamos recorriendo la crestería en descenso.


Dado que la cresta se afilaba y exponía cada vez más, parte del grupo optó por continuar a media ladera, en busca de un collado donde nos reagruparíamos.


Los más caprinos seguimos cresteando, cambiando de vertiente al llegar a una canal, que nos permite el paso al otro lado, donde se encuentra un navazo con un bosquete de majoletos de porte arbóreo.


Ahora admiramos la pared occidental de la crestería. ¿A que ya se aprecia la forma de giba o joroba? A la derecha de la foto se observa la hendidura de la canal que nos ha permitido auparnos de la cresta. Sorteamos un primer collado, que nos permite vadear la crestería de nuevo y volver a la vertiente oriental.


Entre quejigos de gran porte, seguimos una traza ganadera hasta el siguiente collado, divisorio del cerro de La Atalaya (1.411 m.). El grupo que desistió del impresionante tramo secundario de la cresta del Gibalto, decide quitarse la espinita y recorrer la arista de este abrupto cerro.


Los demás decidimos traspasar una alambrada, en busca de la vaguada que dócilmente nos bajará hacia El Hoyón. Nos encontramos un precioso y curioso quejigo solitario con forma de baobab. Lo dejo marcado en un waypoint como "Quejigo Abaobabado".


Con una mirada atrás hacia La Atalaya, y tras pasar una sucesión de tres charcas con intensa actividad anfibia, conectamos con el sendero que nos lleva de vuelta al Cortijo de la Parrilla.

La vegetación predominante la forman quejigos, encinas, fresnos, arces, majuelos, muérdagos, cornicabras, aulagas, yedras, piornos, gamones y lastones. En cuanto a la fauna, nos cruzamos con ganado ovino y cabras monteses, aunque también es posible avistar zorros y jabalíes. Así mismo contemplamos el vuelo de perdices, buitres leonados y otras rapaces como gavilanes y cernícalos.

El itinerario transcurre según el tipo de terreno: un 60% por sendero terrizo y vereda pedregosa, y un 30% por lapiaz y campo a través rocoso. El tiempo en movimiento fue de 5 horas 40 minutos, sin incluir las paradas. El desnivel positivo es de 845 m. La dificultad de la ruta la justifico por el agreste terreno de la cresta, con varias trepadas necesarias en la progresión, sin que existan pasos arriesgados.

En el vídeo de abajo hay un reportaje fotográficocon mi visión de la ruta, que por motivo de copyright de la música de fondo, es posible que no pueda reproducirse en dispositivo móvil, como smartphone y tablet, por lo que solo será posible visionarlo en ordenador y smart TV.



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