Cruz de Miravete y Cueva de Antonete Gálvez por las Majadas, la senda de los contrabandistas y el barranco de la Higuera.

Antes de leer el detalle de la ruta lee este aviso de exención de responsabilidad:
"Las rutas que subo aquí sólo son un relato de mis salidas al monte con el fin de que me sirva de referencia para próximas ocasiones. Con la dificultad y características que tienen para mí, mis condiciones físicas y mi experiencia por el monte. No es una guía fidedigna de senderismo con un track ultraexacto (utilizo un simple smartphone y a veces la cobertura del GPS no es exacta) por lo que si alguien decide seguir mis tracks o indicaciones (no sólo no me opongo a su uso sino que estoy disponible para cualquier consulta) debe tener claro y asumir que es responsabilidad exclusivamente suya. Que la percepción de dificultad y/o riesgo es muy subjetiva, no es igual para todo el mundo y que lo que para uno es monte, otro puede ver rastros de senderos. No fiarse sólo de mis tracks. Leerlos antes teniendo en cuenta que detallan mi percepción de la ruta que puede ser muy diferente para otros. Las rutas hay que prepararlas y revisarlas antes de salir. A tu disposición."

No es la ruta habitual para subir a la cima del Miravete. Quién espere senderos amplios y llanos con pendientes moderadas que elija otro track. De hecho unos días después realicé otra subida por un track mucho más fácil. Por la subida desde el cementerio de Torreagüera. Se puede ver en mis rutas de Wikiloc. Si ya has subido al Miravete desde el cementerio por el PR-MU 40 y te ha parecido difícil o duro, no lo intentes con este track. La subida del cementerio es un paseo comparada con esta.
La catálogo de difícil por precaución y, sobre todo, por la dureza de los 500 metros de subida inicial y la bajada después del VG. Pero no debe ser complicada para senderistas habituados a la montaña con buen nivel físico. El resto de la ruta es sencilla.
Ruta por pequeños senderos poco transitados, comidos, a veces, por la vegetación, pero sin pérdida. A mí me gustan más este tipo de tracks por la libertad que tienen mis perros al poderlos llevar sueltos (no me encuentro, prácticamente, con otros senderistas ni ciclistas) y porque suele ser zona con más sombras que los senderos grandes o pistas donde van más expuestos al sol y al calor.
Sigo el track original del compañero Nacho_Cuevas que se ha currado una ruta formidable demostrando un amplio conocimiento de la zona y de los senderos tradicionales.
La subida de inicio hasta las Majadas es para haber desayunado bien. Son más de 500 metros, con mucha pendiente,sólo por roca sin que se pueda apreciar sendero alguno. Es dura, físicamente, pero con buen agarre para zapatillas de montaña y bastones. Prefiero no mirar a mis perros. Ellos suben y bajan alegremente y yo ya estoy empezando a sudar.
Después de la subida sobre roca, seguimos subiendo por el Collado de los Eslabones, ya más relajadamente, y llegamos a las Majadas.
Seguimos sendero poco marcado y pronto empezaremos a encontrar hitos que nos van a guiar, ya, por casi todo el camino. En este tramo encontramos, a la izquierda, una sima o pozo profundo (me comentan que es la ventilación de la mina La Luna) sin protección ni señalización alguna. Lo aviso en un waypoint del track.
Más adelante, terminamos uniéndonos unos pocos metros al sendero/pista que llega a la Cruz y al mirador. En cuanto puedo, me salgo por un sendero paralelo a la derecha y en unos metros llegó al mirador y a la Cruz.
El mirador lo han renovado hace un año y te permite ver desde la cresta del Gallo hasta las sierras de la Pilar, Abanilla y Orihuela. Además de toda la huerta de Murcia. Unos metros más adelante, está el vértice geodésico. A 427 metros según el Instituto Geográfico Nacional.
Enseguida empezamos a bajar. Atención a esta bajada. Zigzagueo lo más posible para proteger mis rodillas. Es una bajada que, en algunos tramos, es exigente tanto técnica como físicamente.
Después de pasar por varios hornos y canteras llegamos a la Cueva de Antonete Gálvez. No entro. Mi pareja, conociéndome, me tiene prohibido entrar en cuevas o agujeros con los perros. Y lo que dice la jefa, va a misa. Ya entraré otro día que no venga sólo o no traiga los perros.
Seguimos la ruta. Ya sólo nos queda seguir la senda de los contrabandistas (también encontramos hitos) por senderitos poco marcados y por el barranco de la Higuera.
Sólo queda seguir el sendero y llegamos al punto de salida.

Un poco de rollo histórico:

En el lugar donde se levanta la cruz, es donde se dice que el héroe local, Antonio Galvez Arce, conocido como Antonete Galvez, enarboló la bandera roja como símbolo del cantonalismo murciano en contra del régimen monárquico de Isabel II a principios de octubre de 1869. Después, ante el asedio de las tropas realistas, se refugiaron en las cuevas y pozos tan abundantes en el Miravete. Una de ellas , es conocida como la cueva de Antonete Galvez. Cuenta la leyenda, que Antonete utilizaba un pozo para descender al Huerto de San Blas, donde estaba la casa familiar.
Otra leyenda del pueblo relacionada con las cuevas y pozos es que algunas de las muchas cavidades que horadan el monte se hicieron en busca del oro del Miravete. El mismo Antonete Gálvez, propietario de la mina "Estrella, dijo haber encontrado capas arcillosas y cuarzosas que contienen oro y plata. En esos años se viviría una auténtica fiebre del oro.
Pero, si hay algo que caracteriza a esta zona es el yeso. Antiguas canteras de yeso, pozos, minas, cuevas, y hornos que salpican toda la montaña cuya explotación se remonta, como mínimo, al siglo XII, en tiempos de los árabes, aunque también hay fuentes que sitúan su aprovechamiento ya en época romana.
De hecho, una de las teorías sobre el nombre del cercano Beniaján es que deriva de la unión de dos palabras árabes, beni (hijos, descendientes) y aáy-yan (amasadores de harina, cal, yeso, etc..), es decir, Beni-aáy-yan, cuya traducción sería la de "los hijos o descendientes de los amasadores” y de Beniay-yan es fácil derivar a Beniajan.

(Por si alguien tiene dudas sobre hacer las rutas con perro, a mí siempre me acompañan un bodeguero de poco menos de 15 kilos y una ratonera mestiza de 7 kilos y se defienden sin problema alguno. Disfrutan más que yo)

(La norma principal que sigo en mis salidas es no llevarme, romper, arrancar ni alterar nada de la naturaleza que encuentro ni tampoco dejar nada que deje huella alguna de mi paso.)