Cruz de Pedro Álamo, Lagunillas de Peguerinos y collado de las Lagunas, desde El Espinar

En los páramos altos de la sierra de Malagón, a 1.650 metros de altitud y en la provincia de Ávila casi colindando con la de Segovia, se sucede un conjunto de cuatro lagunillas estacionales, conocidas como las lagunillas de Peguerinos, cuyo caudal aparece y desaparece según la época del año.

Situadas en el municipio abulense que les da nombre, en mitad de una hermosa e inmensa pradera que se abre como un gigantesco claro de bosque, su contemplación aquieta el espíritu.

Las vías tradicionales para alcanzar este remanso acuático suelen ser tres: desde las afueras de los pueblos segovianos de El Espinar y San Rafael o desde los camping de Peguerinos (o el mismo pueblo).

En nuestro caso, emprendemos la marcha desde las afueras de El Espinar, al inicio de la carretera forestal que une esta localidad con la de San Rafael, a la altura del prado Cabezuelo, en un esquinazo de la finca Prado Quinto donde se levanta el cartel informativo 'El monte de Aguas Vertientes. Reserva de la Bioesfera Real Sitio de San Ildefonso-El Espinar'.

Serán 14,47 kilómetros de itinerario, con 573 metros desnivel acumulados casi en su totalidad en los 4 kilómetros iniciales, con lo que los pulmones resoplarán en la primera hora y media de pateo. En nuestro caso empleamos 4.20 horas en completar la ruta, con pausas fotográficas pero sin parada de almuerzo (optamos por el sibaritismo de comernos unos judiones en El Espinar).

La salida desde El Espinar permite, además, conocer dos sorpresas senderistas: el cercano refugio de Peña la Casa (bandera 4), levantado al provecho de un soberbio abrigo rocoso que le regala techo y tres paredes, y la cruz rupícola de Pedro Álamo (bandera 14), que corona un pequeño roquedo y cuya original en piedra fue alzada en 1617 por quien le da nombre: hoy se ha reemplazado por una de metal. Una inscripción tallada en la piedra que la sustenta dice en letras mayúsculas: 'ESTA + PUSO PDL ALAMO. AÑO 1617'.

Cuenta la leyenda que Pedro Álamo la erigió en agradecimiento a la divinidad. Tras verse sorprendido por una tormenta de rayos y nieve, perdido y refugiado en la peña, invocó al Cristo del Caloco, que le debió escuchar. Entonces un resplandor iluminó la oscura noche. Y el espinariego, al que se le hizo la luz, pudo regresar a su pueblo. En gratitud por haber sobrevivido, levantó la cruz en granito.

Relámpagos milagrosos aparte, hay cinco fuentes en el camino, aunque solo la inicial del refugio de Peña la Casa (bandera 4) y las finales del Esportón (bandera 26) y de las Barrancas (bandera 31) surtían agua potable. El pilón de la bandera 17 no nos pareció completamente fiable. Y la fuente a un costado de las lagunillas (bandera 23) estaba seca, a pesar de ser época de lluvias.

La nieve cubría los tramos altos de la caminata, un regalo visual pues las estampas ensabanadas que se sucedían resultaban bien hermosas.

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Ruta circular desde El Espinar pasando por:
- Refugio Peña la Casa (0.6 km)
- Cruz de Pedro Álamo (4.6 km)
- Lagunillas de Peguerinos (8.5 km)
- Collado de las Lagunas (9.7 km)
- Fuente El Esportón (10.0 km)
- Fuente de las Barrancas (13.4 km)