CRUZ DEL CASTILLO ó PEÑA DEL CASTILLO, semicircular desde Lagrán por la Cueva de San Kilitz

Excursión para aventureros intrépidos que les guste un poco de aventura. Está ascensión al monte Cruz del Castillo, de primera categoría, combina una ascensión semicircular que primero asciende por la ruta de la cueva de San Kilitz (que se atraviesa entrando por un lado y saliendo por el otro, durante el recorrido) y desciende por la normal a través del puerto del Toro.
Es una de las mejores excursiones que he hecho, ya que la adrenalina se pone a tope en la cueva, que es bastante larga y para la que es imprescindible llevar un par de buenas linternas (que alumbren bastante porque la cueva es grande). El camino asciende y llega un punto en el que hay que realizar una pequeña trepada para acceder hasta la boca de la cueva. Es sencilla, pero requiere echar las manos y sujetarnos bien. Una vez en la entrada de la cueva, accedemos a una primera sala que se ilumina con la luz de la boca de la cueva. Hacia el fondo, la cueva se va estrechando hasta que llega un punto en el que tendremos que avanzar agachados de rodillas unos 2 metros, saliendo de nuevo de pie a una bifurcación. En este punto ya está todo oscuro y puede hacernos dudar si seguir, pero hay que seguir sin miedo. A la derecha veremos una galería que pronto se corta, por lo que iremos por la izquierda subiendo un escalón sencillo. Ante nosotros se abre entonces una gran sala en total oscuridad. El cuerpo pide seguir por la derecha, pero pronto se ve que la galería se corta. Y justo a la izquierda, alumbrando con las linternas veremos un cairn en el suelo que nos indica el camino a seguir. Avanzando unos 20-30 metros, pronto veremos a lo lejos la salida de la cueva en pendiente ascendente. Avanzando unos 50-80 metros, saldremos a otra boca exterior de la cueva.
Hay que tener en cuenta que ambas bocas de la cueva están en la misma cara de la montaña (norte). La boca de salida está más elevada que la de entrada (unos 20-30 metros calculo). La cueva tendrá un total de unos 100 metros de recorrido, aproximadamente. Hay que confiar que vamos a encontrar una salida, algo de lo que nos damos cuenta pues el aire corre por el interior de la cueva, a pesar de estar un rato en total oscuridad y no ver el final por ningún lado. Salvo el pequeño tramo de 2 metros que hay que ir de rodillas, el resto se puede caminar de pie con normalidad y sin peligro ninguno.
Una vez en el exterior, la senda continúa hacia el este, atravesando zonas de fuerte pendiente, en algunas de las cuales deberemos echar las manos y trepar, pero en general sin demasiada complicación.
Pronto saldremos (siguiendo siempre hacia el este) a unas zonas de hierba que nos guiarán hasta el collado que da acceso a la subida final a la cima.
Esta subida es corta y muy sencilla, sin salirnos del camino bien marcado.
Arriba las vistas son inmejorables y una gran cruz culmina la cima.
El descenso lo haremos desde el collado hacia el otro lado bajo las peñas, pasando por el puerto del toro bastante más abajo y regresando por la ruta de las carboneras.
Excursión espectacular que no te dejará indiferente, altamente recomendable. Mejor en verano pues casi toda transcurre a la sombra de magníficos hayedos.
Disfrutadla como la he disfrutado yo y quien me acompañaba, a pesar de que nos llovió pero a base de bien, y aun así nos encantó.