Cuchillejo, 934 m (cota mayor de Valladolid)
near Castrillo de Duero, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Partiendo de Castrillo de Duero se realiza esta ruta sencilla, ideal para hacer en familia. Voy solo, no obstante, con el fin de ver las cotas más altas de la provincia de Valladolid, siguiendo la ruta del compañero "matacan" y como él, aprovechando la situación de imposibilidad de salir de la provincia de residencia por las restricciones del covid.
Salgo del pueblo por una pista de tierra con dirección sur hacia la estribacion más septentrional del cerro alargado que está a unos cientos de metros a la derecha. No muy lejos se ve un merendero al borde del camino. Hay mucho barro y chispea, una tregua momentánea de la lluvia que me acompañará toda la ruta.
Después de un trecho, en un cruce de caminos, tuerzo a la derecha, hacia un puente que cruza el Arroyo Botijas que vemos desde el mismo. Después de cruzarlo se empieza a subir una cuesta suave y continua, sin grandes repechos, que conduce por el Camino de la Covachuela hacia el gran cerro que domina el paisaje.
Es en ese momento, con una lluvia fina y apretada que es continua y monótona, cuando tengo la breve sensación de andar por una pista de montaña, de esas que conectan Valcobero con los secretos que le rodean. No hay nadie y la carretera y el pueblo se pierden a lo lejos dando la sensación de estar en plena naturaleza. La lluvia salpica el rostro y golpea la espalda. La breve sensación de libertad me rodea.
Cuando llego arriba, sintiendo como el agua resbala ya por la parte trasera de mis piernas, empujada por el viento detrás mío, me encuentro con una llanura completamente plana cruzada por la pista de tierra que sigo y con cientos de tutores clavados en hileras perfectas a ambos lados del camino. La gran meseta se pierde sin fin hasta desaparecer en la lluvia y nubes. Pongo el chubasquero a la mochila, empapada ya, igual que la parte expuesta de los pantalones.
El viento de arriba es más acusado, siempre de espaldas. El camino es cómodo y solo hay que seguirlo hasta que el track que sigo me indica que gire a la derecha, campo a través. Efectivamente, a lo lejos, rompiendo con la planicie, se adivina un pequeño montículo coronado por un poste que quizá podría haber obviado entre la bruma. Me meto entre dos tierras de cultivo, tierra suelta y empapada q se pega a las botas y llego al monolito geodésico que indica la mayor altura de la provincia de Valladolid. Apenas algo más de 900 metros, todo rodeado de campos de cultivo sin vegetación alguna. La "cima" más extraña que nunca he hecho.
Después, apenas del tiempo de hacer unas fotos, prosigo recto terminando de atravesar los campos hasta llegar a otro camino y, torciendo a la derecha, iniciar el regreso por este, paralelo al de ida.
Hago un cuadrilátero para llegar al punto donde alcancé la gran planicie elevada y retomando el Camino de la Covachuela, bajo hasta el pueblo.
Una ruta distinta, bonita a su manera. Siendo lo mejor el no haberme cruzado con nadie y la lluvia incesante que me acompañó todo el recorrido.
La recomiendo para hacer en cualquier época del año.
Salgo del pueblo por una pista de tierra con dirección sur hacia la estribacion más septentrional del cerro alargado que está a unos cientos de metros a la derecha. No muy lejos se ve un merendero al borde del camino. Hay mucho barro y chispea, una tregua momentánea de la lluvia que me acompañará toda la ruta.
Después de un trecho, en un cruce de caminos, tuerzo a la derecha, hacia un puente que cruza el Arroyo Botijas que vemos desde el mismo. Después de cruzarlo se empieza a subir una cuesta suave y continua, sin grandes repechos, que conduce por el Camino de la Covachuela hacia el gran cerro que domina el paisaje.
Es en ese momento, con una lluvia fina y apretada que es continua y monótona, cuando tengo la breve sensación de andar por una pista de montaña, de esas que conectan Valcobero con los secretos que le rodean. No hay nadie y la carretera y el pueblo se pierden a lo lejos dando la sensación de estar en plena naturaleza. La lluvia salpica el rostro y golpea la espalda. La breve sensación de libertad me rodea.
Cuando llego arriba, sintiendo como el agua resbala ya por la parte trasera de mis piernas, empujada por el viento detrás mío, me encuentro con una llanura completamente plana cruzada por la pista de tierra que sigo y con cientos de tutores clavados en hileras perfectas a ambos lados del camino. La gran meseta se pierde sin fin hasta desaparecer en la lluvia y nubes. Pongo el chubasquero a la mochila, empapada ya, igual que la parte expuesta de los pantalones.
El viento de arriba es más acusado, siempre de espaldas. El camino es cómodo y solo hay que seguirlo hasta que el track que sigo me indica que gire a la derecha, campo a través. Efectivamente, a lo lejos, rompiendo con la planicie, se adivina un pequeño montículo coronado por un poste que quizá podría haber obviado entre la bruma. Me meto entre dos tierras de cultivo, tierra suelta y empapada q se pega a las botas y llego al monolito geodésico que indica la mayor altura de la provincia de Valladolid. Apenas algo más de 900 metros, todo rodeado de campos de cultivo sin vegetación alguna. La "cima" más extraña que nunca he hecho.
Después, apenas del tiempo de hacer unas fotos, prosigo recto terminando de atravesar los campos hasta llegar a otro camino y, torciendo a la derecha, iniciar el regreso por este, paralelo al de ida.
Hago un cuadrilátero para llegar al punto donde alcancé la gran planicie elevada y retomando el Camino de la Covachuela, bajo hasta el pueblo.
Una ruta distinta, bonita a su manera. Siendo lo mejor el no haberme cruzado con nadie y la lluvia incesante que me acompañó todo el recorrido.
La recomiendo para hacer en cualquier época del año.
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