Cueva de las Grajas. Desde Barruelo por Ocejo y vuelta por la Herradura. Sierra de la Tesla.

Cueva de las Grajas.
Desde Barruelo partimos, junto a la iglesia de Santa María Magdalena.
Tomamos el camino de Ocejo que permite adentrarnos en el corazón de la Tesla.
Un camino carretero cada vez más deteriorado nos facilita el ascenso hacia lo que antaño fueron terrenos de cultivo junto a los pequeños cauces de los arroyos que descienden hacia el sinclinal de Villarcayo.

Aquí se cultivaba la tierra y el ganado pastaba a sus anchas con sus pastores y corrales al abrigo de de las peñas que componen los diferentes cejos o cintos.

Aliagas y enebros van ganando terreno, ahora que apenas se explota el terreno.

Antes, este monte bajo se utilizaba para encender los hornos para cocer el pan de los poblados.
Cada semana dos familias se encargaban de fabricarlo.

Algunos prados y un camino ya casi desaparecido de caballería transitan este paso de Hocejo para luego, a Pie de Raso, girar a la derecha y subir a derecho hacia la hoz que se sitúa en el nivel superior del arroyo de la Herradura.

Por las trochas y un pequeño tramo por el camino existente de tierra vamos ganando altitud hasta meternos en una espectacular garganta con un desnivel muy acusado para así atravesar otro canal de la sierra.

Mucho derrubio por gravedad nos rodea.
La erosión de estas peñas calcáreas es muy evidente.

Llegamos al paso más estrecho. Una portilla a modo de valla marca el cambio de vallejo.
Seguimos ascendiendo y enseguida giramos a la derecha hasta llegar a un collado con una campa.
Justo ahí nos encaramos al norte.
Una alambrada nos marca el cambio de cara del cejo, porque aquí abundan, y descendemos un pequeño tramo tirando a la izquierda.
Nos situamos bajo la peña de este cinto.
Cabe decir que las vistas hacia el sinclinal de Villarcayo-Miranda son impresionantes.
Junto a la peña escuchamos a las chovas piquigualdas que parecen burlarse al no poder avistarlas.
La sorpresa es mayúscula al descubrir una sima en forma de chimenea en las mismas peñas.
Las aves viven dentro de esta cavidad que impresiona y que los habitantes de Barruelo la nombran como Cueva de las Grajas.
Todo un descubrimiento.

Regresamos después de disfrutar de este espectacular lugar, pero bajamos esta vez hasta Barruelo siguiendo el arroyo de la Herradura.
Así se alcanza el camino y por la derecha nos acercamos a un pueblo que vive de cara a la sierra de la Tesla.