Cueva de los Arcos y Charcos Malos desde el Robledillo
near San Lorenzo de Calatrava, Castilla-La Mancha (España)
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Trail photos
Itinerary description
Una bonita excursión que hemos podido realizar gracias a la Asociación Charco del Batán, pues a pesar de que la misma discurre por un monte público, según nos cuentan los organizadores es preciso obtener autorización para acceder a la misma de la Consejería de Medio Ambiente de Ciudad Real y posteriormente recoger las llaves en el Ayuntamiento del Viso del Marqués.
El objetivo de la ruta es conocer dos lugares muy interesantes, la "Cueva de Los Arcos" y la zona del Río Grande conocida como "Charcos Malos"
Por distancia y desnivel la ruta no es exigente, si bien, la he marcado como moderada por dos puntos concretos en los que personas que no tengan demasiada experiencia pueden tener problemas: una de ellas es la bajada de la Cueva de los Arcos al río, donde hay un desnivel acusado y el terreno está suelto y el otro a la vuelta por el cauce del río, donde hay algunas zonas de roca donde hemos tenido que ayudarnos con las manos.
Como lo normal es que la ruta se realice con un grupo organizado, tampoco voy a extenderme demasiado en la descripción de la misma, simplemente unas notas orientativas para que sepáis que os vais a encontrar.
Desde la zona en la que dejamos los coches, hay que bajar hacia el río, pegados a la valla existente. No hemos tenido problema para cruzar el Río Grande, pues por desgracia ni la época, ni las pocas precipitaciones hacen que tenga mucho caudal.
Justo enfrente encontramos un pequeño monte que hemos comenzado a subir y a los pocos metros nos hemos encontrado un pequeño sendero, que hemos seguido hacia la izquierda. El mismo nos llevará hasta la Cueva de los Arcos y está señalizado por unos carteles con fechas (se dan un aire a las del Camino de Santiago) y con las tradicionales balizas amarillas y blancas.
El sendero irá subiendo pegado a la falda de la montaña (haciéndonos pasar por bonitos miradores naturales) Una vez en la cima, el mismo gira a la izquierda y comienza un descenso que en general no tiene más problemas.
En poco menos de un kilómetro habremos llegado a la Cueva de los Arcos, la cueva responde a un gran anticlinal de dirección E-O, de cuarcitas armoricanas, muy abundantes en toda Sierra Morena. Las dimensiones en la boca de dicha cueva son de unos 25 metros de largo, por 10 de alto, llegando a alcanzar una profundidad en algunas partes de 8 metros, que la convierten en la cueva más grande en la cara norte de Sierra Morena.
Tras disfrutar de un breve descanso en la misma y de sus magníficas vistas, comienza la bajada hasta el río Grande, una de las partes que puede resultar (para senderistas poco experimentados) más complicada, pues al gran desnivel se une la presencia de un suelo con tierra y piedra suelta. En todo caso, nada que con cuidado y tiempo no pueda salvarse. Reseñar que en esta zona la ruta de bajada está señalizada con cintas de balizamiento.
Una vez en el río, prácticamente nos encontramos con la zona conocida como "Charcos Malos" con su pequeña cascada y su idílico paraje.
Tras un chapuzón, volvemos unos metros sobre nuestros pasos para coger el cauce del río en sentido ascendente. Sólo hay dos o tres zonas donde hay que tener un poco de cuidado para pasar, pero la ruta lo merece porque en pocos metros nos encontramos con dos pequeñas cascadas (que a pesar de la sequía llevaban agua)
Pasadas las cascadas, la dificultad disminuye (sólo ralentizarán nuestro paso los cantos del río) y, como ya he dicho, sólo hay que seguir el cauce del río hasta volver al punto donde cruzamos por la mañana y volver al coche.
Agradecer de nuevo a la Asociación Charco del Batán la buena mañana que pasamos y espero poder volver en otra estación del año para disfrutarla con otros colores y, sobre todo, ¡más agua!
El objetivo de la ruta es conocer dos lugares muy interesantes, la "Cueva de Los Arcos" y la zona del Río Grande conocida como "Charcos Malos"
Por distancia y desnivel la ruta no es exigente, si bien, la he marcado como moderada por dos puntos concretos en los que personas que no tengan demasiada experiencia pueden tener problemas: una de ellas es la bajada de la Cueva de los Arcos al río, donde hay un desnivel acusado y el terreno está suelto y el otro a la vuelta por el cauce del río, donde hay algunas zonas de roca donde hemos tenido que ayudarnos con las manos.
Como lo normal es que la ruta se realice con un grupo organizado, tampoco voy a extenderme demasiado en la descripción de la misma, simplemente unas notas orientativas para que sepáis que os vais a encontrar.
Desde la zona en la que dejamos los coches, hay que bajar hacia el río, pegados a la valla existente. No hemos tenido problema para cruzar el Río Grande, pues por desgracia ni la época, ni las pocas precipitaciones hacen que tenga mucho caudal.
Justo enfrente encontramos un pequeño monte que hemos comenzado a subir y a los pocos metros nos hemos encontrado un pequeño sendero, que hemos seguido hacia la izquierda. El mismo nos llevará hasta la Cueva de los Arcos y está señalizado por unos carteles con fechas (se dan un aire a las del Camino de Santiago) y con las tradicionales balizas amarillas y blancas.
El sendero irá subiendo pegado a la falda de la montaña (haciéndonos pasar por bonitos miradores naturales) Una vez en la cima, el mismo gira a la izquierda y comienza un descenso que en general no tiene más problemas.
En poco menos de un kilómetro habremos llegado a la Cueva de los Arcos, la cueva responde a un gran anticlinal de dirección E-O, de cuarcitas armoricanas, muy abundantes en toda Sierra Morena. Las dimensiones en la boca de dicha cueva son de unos 25 metros de largo, por 10 de alto, llegando a alcanzar una profundidad en algunas partes de 8 metros, que la convierten en la cueva más grande en la cara norte de Sierra Morena.
Tras disfrutar de un breve descanso en la misma y de sus magníficas vistas, comienza la bajada hasta el río Grande, una de las partes que puede resultar (para senderistas poco experimentados) más complicada, pues al gran desnivel se une la presencia de un suelo con tierra y piedra suelta. En todo caso, nada que con cuidado y tiempo no pueda salvarse. Reseñar que en esta zona la ruta de bajada está señalizada con cintas de balizamiento.
Una vez en el río, prácticamente nos encontramos con la zona conocida como "Charcos Malos" con su pequeña cascada y su idílico paraje.
Tras un chapuzón, volvemos unos metros sobre nuestros pasos para coger el cauce del río en sentido ascendente. Sólo hay dos o tres zonas donde hay que tener un poco de cuidado para pasar, pero la ruta lo merece porque en pocos metros nos encontramos con dos pequeñas cascadas (que a pesar de la sequía llevaban agua)
Pasadas las cascadas, la dificultad disminuye (sólo ralentizarán nuestro paso los cantos del río) y, como ya he dicho, sólo hay que seguir el cauce del río hasta volver al punto donde cruzamos por la mañana y volver al coche.
Agradecer de nuevo a la Asociación Charco del Batán la buena mañana que pasamos y espero poder volver en otra estación del año para disfrutarla con otros colores y, sobre todo, ¡más agua!
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