CUYARGALLOS 1.391 Metros DESDE CAMPO DE CASO Y CON FINAL EN SOTO DE AGUES CON EL C.M.VALDEPORRES (ASTURIAS).

CUYARGALLOS 1.391 Metros DESDE CAMPO DE CASO Y CON FINAL EN SOTO DE AGUES CON EL CLUB DE MONTAÑA VALDEPORRES (Parque natural de Redes ) PRINCIPADO DE ASTURIAS.
Primera cita lejos de las merindades del grupo de montaña Valdeporres. Dieciocho miembros del club nos alojamos en el hermoso pueblo de Soto de Agues , perteneciente al parque natural de Redes en Asturias. Nada más llegar al pueblo nos quedamos sorprendidos del bonito pueblo rodeado de montañas de una gran belleza. Nos alojamos en una coqueta y cuidada casa rural y nos levantamos el sábado con ganas locas de descubrir las montañas que inundan el paisaje. Nos hemos separado en dos grupos. Ruta larga y corta. A mí me toca la larga y nos acompañan dos guías de la zona.
Estos guías han decidido ir con el autobús hasta Campo de Caso y empezar la ruta desde allí mismo. Tras unos kilómetros en autobús dejamos primero a la excursión de la ruta corta y poco después nos toca a nosotros iniciar la ruta.
Partimos desde las cercanías de la escuela de escalada de Campo de Caso. Hace un calor intenso que nos deja planchados nada más bajar del autobús. Bocanadas de viento sur nos saludan antes de iniciar la ruta. Nos internamos por una pista entre fincas y bosques de avellanos y castaños y comenzamos a coger altura internándonos en un hayedo. La zona tiene mucho helecho y ha sido limpiada recientemente. Zigzagueando entre el hayedo llegamos a un prado en lo alto y por una bonita pista entre hayas comenzamos a bajar. Pasamos al lado de una cabaña con unas vistas hermosísimas de la zona. Parece una cabaña en el paraíso.
En la bajada pasamos otro par de bonitas cabañas hasta cruzar una especie de aldea abandonada en ruinas. Con unas maravillosas vistas bajamos hasta el borde del embalse de Tanes. Embalse entre montañas que deja estampas de postal.
Cruzamos la carretera y entramos en el pueblo de Coballes . Hacemos cola en la fuente del pueblo para llenar las cantimploras. Con el calor que hace, ya nos hemos quedado sin agua. Saliendo del pueblo enlazamos con una pista que nos sube de nuevo con fuertes repechos que nos cuesta subir. Volvemos a entrar en otra zona boscosa de hayas, castaños, avellanos. Pasamos al lado de una zona de cabañas con un paisaje espectacular y maravilloso. Estamos encima del embalse y las fotos desde arriba son de una gran belleza. Por el hayedo bajamos a una pequeña aldea (creo que me dijeron que se llamaba Ablanedo) donde a la salida de esta paramos para almorzar. Estamos a la salida de la aldea en una fuente de agua muy fresca que aprovechamos para llenar de nuevo las cantimploras.
Tras el almuerzo bajamos hasta el riachuelo y lo cruzamos por un puente de madera de curiosa construcción. Foto de grupo y sendero hacia arriba. Entramos entre cabañas a la parte baja de la aldea de Valderosa. Colgada de la ladera de la montaña con unas vistas al paraíso que emocionan. Salimos del pueblo por una pista hacia arriba, pasando entre cabañas y disfrutando de las amplias vistas de las montañas de la zona. Aunque la pista es cómoda, al final tiene algún tramo bastante duro. Arriba en un cruce, nos desviamos del sendero balizado y giramos a la derecha hacia la cercana cabaña que vemos más arriba.
Entramos en la finca y cogemos un sucio sendero entre helechos que hay al lado de la cabaña. El sendero no está muy marcado, pero subimos rápidamente a la parte alta del cordal. Estamos en el collado Mezquita. Nos sentamos en la zona rocosa de la parte de arriba y decidimos comer allí mismo.
Gotas gordas comienzan a caer amenazando con tormenta en cualquier momento. Las garrapatas nos saltan de los helechos a los brazos y nos quitamos docenas de ellas de los brazos.
La amenaza de tormenta y las garrapatas nos hacen salir rápidamente del lugar y comenzamos a atacar la subida a la cima. Por el marcado sendero pasamos entre varias formaciones rocosas de formas curiosas antes de coronar la rocosa cima. No es difícil coronar, solo hay que seguir el sendero balizado.
Arriba en la cima las vistas son absolutamente maravillosas. Vemos Soto de Agues abajo en el valle. Hacemos mil fotos del grupo y de la zona y comenzamos la bajada.
Bajamos por el vértice rocoso de la montaña. Ráfagas fuertes de viento nos lo complican. A mí la bajada me encanta, hay que ir con cuidado y atentos. Si tienes vértigo no debe de ser tan divertido. Buscando el sendero entre las rocas bajamos disfrutando al sendero principal. Estamos en el collado Imblenes . Estamos en un sendero entre pasto y roca muy desgastada, por lo que bajamos con tranquilidad. Volvemos de nuevo a otro bonito hayedo. Aquí las ráfagas de viento se convierten en huracanadas, por lo que tememos que alguna rama nos golpee. Por suerte cesa pronto el viento y disfrutamos del resto de la bajada. Ya nadie tiene agua y comenzamos a sufrir las consecuencias.
Por el hayedo nos acercamos a una zona de fincas y cabañas donde paramos en una para que un paisano nos de un poco de agua. Un par de litros de agua después, seguimos la bajada ahora de mejor talante. Torcemos en el cruce a la izquierda y llegamos a una fuente poco más abajo. Nos ponemos en fila y llenamos de nuevo las cantimploras. Nos bebemos un litro de un trago toda la expedición. Tras el primer litro volvemos a llenar la cantimplora y seguimos bebiendo. ¡¡¡¡Que duro es estar sin agua!!!!
Alcanzamos el pueblo de Ladines o Llaiñes. Pueblo muy cuidado, con muchos hórreos restaurados y casas renovadas que le dan mucha vida, rodeado de un paisaje montañoso de ensueño. Un pueblo para vivir y dejar atrás el mundo. Paramos en el restaurante del pueblo y tomamos una cerveza antes de continuar la ruta.
A la salida del pueblo, esta vez sí, la tormenta nos atrapa. Comienza a llover fuertemente por lo que nos ponemos las capas de agua. Por suerte vamos de nuevo entre hayas y estas nos protegen. Estamos cerca de Soto de Agues y no nos preocupa mucho el agua . Además después de tanto calor hasta es bien recibida. Entramos en Soto por la zona de la iglesia. Cruzamos el río Nalón y llegamos al restaurante del pueblo donde tenemos al resto del grupo de montaña esperándonos, por lo que damos por concluida la ruta.
Solo nos queda ducharnos y disfrutar de una cena copiosa y sabrosa cena en buena compañía. El grupo está contento y con ganas de volver mañana a la montaña.
Ruta maravillosa, dura más por el calor que por la distancia y el desnivel. Paisaje y bosques para enamorarte. Cima exigente y maravillosa, bajada para disfrutar. Zona de postal. Día de montaña
¡¡¡¡Esperando la del año que viene!!!!