Dalías-Celín vuelta completa, con parada en los Baños de la Reina.

Desde el centro de Dalías hasta Celín, en una ruta circular con sorpresas, parada en los Baños de la Reina y dos fuertes pendientes que son la salsa del paseo.

Salimos desde el centro del pueblo, la Plaza de las Flores, y subimos por la calle Casino hasta el cruce con la Avenida de la Alpujarra. Continuamos por esta calle-carretera en sentido ascendente hasta el parque urbano, girando a la derecha y apareciendo de frente, al final de esta calle, el colegio público Luis Vives. Desde la puerta de este edificio tomamos el camino de subida hacia Celín, hasta encontrar, unos 200 metros más arriba , el cruce con un cartel que muestra la ruta cultural que vamos a seguir a continuación, a la derecha del camino.
Aquí tenemos la segunda pendiente que se hace bastante acusada y puede sorprender al caminante, aunque después de ese esfuerzo, rápidamente la cuesta vuelve a ser suave. El camino continúa paralelo a la rambla de Almecete, con la Sierra de Gádor al frente, imponente y hermosa, hasta que logramos ver al fondo los Baños Hispanomusulmanes de la Reina. En este punto se debe hacer una parada obligada para valorar este testimonio de nuestro pasado.
Los restos de este edificio se encuentran al pié del antiguo poblado de Al-Hizan, y muy próximo al "Nacimiento de las Fuentes" del que se abastecían directamente. Se trata de un edificio catalogado por la Junta de Andalucía como BIEN DE INTERÉS CULTURAL, "B.I.C", un testimonio esencial para el conocimiento de la organización del hábitat y de la historia local de la taha de Dalías durante la Edad Media. Junto con los Baños de Benejí, son lo únicos baños musulmanes conservados en Almería. Este en concreto es un baño nazarí austero y funcional, un valioso ejemplo del pasado islámico del siglo XIII.
Tenían una pequeña estancia como entrada, guardarropa y lugar de pago de la entrada, y a continuación, tres salas de baño cubiertas por bóvedas de cañón con tragaluces
que se tapaban y destapaban para regular el calor. En la sala fría se desvestían y cubrían con toallas. En la templada eran enjabonados y frotados por servidores y en la caliente o de vapor la elevada temperatura hacía sudar, eliminando impurezas de la piel.
Los baños tenían un significado higiénico (limpieza), religioso (purificación) y también gran importancia social, sirviendo de lugar de reunión y celebración de ceremonias. Los usaban hombres y mujeres pero en días o en horas separados.

Según actividades arqueológicas realizadas en los años 80 está edificado sobre un inmueble anterior, realizándose en el año 1985 obras de limpieza, refuerzo y delimitación así como la consolidación de su estructura, en un proyecto del arquitecto Alfonso Contreras Ibañez, ya fallecido, financiado por la Junta de Andalucía. Desde entonces no ha vuelto a recibir ninguna intervención y su ESTADO ES DE CONTINUO DETERIORO Y ABANDONO, RECLAMANDO UNA ACTUACIÓN URGENTE PARA SU PUESTA EN VALOR Y RESCATE DEL OLVIDO.
Junto a él, destaca un Acueducto sobre la rambla de Almecete, y al fondo, con unas excelentes vistas, el Mar Mediterráneo.
Continuamos nuestro sendero de tierra hasta bajar a la misma rambla y subir de nuevo desembocando en la calle Real de Celín que seguimos, girando a la derecha, montaña arriba, en dirección al Arroyo.
El Nacimiento del Arroyo de Celín es un lugar emblemático para los paisamos y visitantes que disfrutan del agua en todos los sentidos. De este paraje podemos hablar en otras rutas, ya que siendo un lugar con tanto valor ecológico y cultural, se merece una mayor atención tanto por los visitantes que acuden allí y suelen dejar aquello lleno de basura como por la Administración responsable que debe actuar con urgencia.
Desde un poco más arriba de donde brota el mismísimo Nacimiento de agua, tomamos la carretera asfaltada hacia la izquierda, con un segundo tramo empinado, bastante dificultoso porque también tiene una pendiente considerable. Aquí alcanzaremos la máxima cota de nuestro sendero. El camino de vuelta, en esta ruta circular, nos lleva de nuevo a Celín, girando en un cruce con la carretera asfaltada que lleva hasta el Cortijo Blanco. Desde Celín, bajando "cuesta abajo y sin frenos" callejeamos por la calle del Agujero, justo al pasar la Fuente Peralta. Nuestro sendero termina en la Plaza del Olmo, que por desgracia ya no tiene olmo, aunque supongo que en el pasado lo había, como en muchos otros pueblos de la provincia de Almería, que saben conservar y cuidar este patrimonio vivo.